Una chica como ninguna.
Tal como había quedado,apenas llegó al lugar le envió un mensaje a Steven Majors, minutos después lo vio aparecer con una espléndida sonrisa.
— Bienvenida señorita Catalina Craven, ven conmigo, voy a mostrarte nuestra corporación donde empezarás a trabajar desde hoy mismo, aunque tú y yo viajaremos en unas horas hasta Europa
Ella lo miró confundida y dijo:
— ¿Viajar? No me dijo eso ayer.
Él mostró una sonrisa al decir:
— Quizás porque no escuchaste bien nuestra conversación, cuando le decía a mi padre mi urgencia por conseguir una experta en finanzas, es porque ella tendría que viajar conmigo a la sede principal, espero que no tengas problemas por eso.
Ella realmente se mostró retraída y confundida por saber sobre ésta nueva modalidad de su empleo. Él en cambio estaba lleno de euforia y siguió diciendo:
— No te vas a arrepentir de este cambio, ya verás como ésta empresa te llevará a la cúspide.
Ella suspiró, ya estaba metida en ésto y no había marcha atrás.
Cómo lo prometió el hombre, las oficinas eran imponentes, se sintió abrumada ante tanta atención de parte de Steven Majors, pero se imaginó que se sentía aliviado de que por fin hubiera encontrado a alguien para ayudarlo.
Esa mañana también Evan estaba con ánimo, pero de perros, extrañó no tener a Catalina allí metida en la oficina, separados por un débil panel corredizo, ese día había dado instrucciones para que una de las empleadas de la empresa fuera la asistente mientras lograba contratar a alguien.
En ése momento hablaba con su amigo Mike por teléfono.
— No sé que voy a hacer sin ella amigo, estoy desesperado y solo lleva horas fuera de mi vida — dijo Evan con la tristeza reflejada en la voz.
— Ay amigo, la verdad que la idea que fueras acompañado por una escort, fue lo peor que se me ha ocurrido, tu vida ha dado un giro inesperado, ya no te interesan las farras ni andar con las chicas de antes, no se ni como ayudarte— respondió Mike.
— Quizás si pudiera encontrar la dirección donde vive, necesito pedirle que vuelva a trabajar conmigo, la verdad me conformo con tenerla cerca— dijo Evan.
— ¡Si que te dió fuerte el amor!— dijo el otro— veré que puedo averiguar, Lotty debe saber dónde vive, voy a llamarla.
— Te lo agradezco enormemente.— dijo Evan suspirando aliviado.
Mientras en el consorcio de los Majors:
— ¿Está es su oficina?— preguntó Catalina
— No, ésta es la oficina de mi padre que ya está por llegar, como te decía, ayer cuando nos escuchaste hablando, oíste de lo que yo necesitaba, pero el detalle es que no era para ésta sucursal, si no para la que está en Europa, así que ahora mismo vamos a tramitar los pasajes para que te vengas conmigo a la matriz principal de nuestras empresas.
Catalina dijo con timidez:
—¿No podría quedarme aquí con su padre?
— ¿Por qué no puedes viajar? ¿Hay algo que te lo impide?— preguntó Steven alarmado.
Ella se sintió incómoda, pero respondió
— Varias cosas, primero acabo de mudarme a un departamento, no puedo cancelar el contrato, segundo tengo ocho semanas de embarazo, creo que sería un riesgo para mí bebé — respondió ella.
El hombre se quedó unos minutos pensativo y luego dijo:
— Por lo del departamento, podemos pagar un año y así cuando regreses tendrás donde llegar, lo de viajar embarazada, no creo que haya problema, de todas maneras consultamos a un médico, lo único sería que nos llevamos a tu esposo con nosotros.
— No tengo esposo, soy madre soltera— informó ella.
Catalina pudo ver cómo Steven Majors suspiraba aliviado, después dijo:
— Entonces, todo está solucionado, en tres días viajaremos a Francia, ya empecé a tramitar lo de tu pasaporte, solo en cuestión de horas nos vamos y todo resuelto.
— Siempre eres así, tan optimista— dijo ella.
— Si, a todo le veo el lado positivo, por ejemplo, el que estés embarazada y sin marido me da una ventaja y créeme que voy a aprovecharla.
— ¿A qué te refieres?— preguntó ella intrigada.
— Nada, solo pensé en voz alta, por lo pronto,vayamos a resolver lo de tu departamento, después nos ocuparemos de hacer ciertas diligencias, mientras tu pasaporte y permisos de viajes están listos.
Mike, se ocupó de llamar a Lotty para saber sobre Catalina, ésta le dió la dirección, Pero también preguntó:
—¿ Qué está sucediendo con Catalina?
Éste le respondió:
— Sucede que mi amigo Evan Bragg, quedó prendado de ella, necesita hablar con urgencia y aclarar ciertos asuntos.
—¡Caray, mi amiga sí que está causando estragos!— respondió la chica— De todas maneras si no le sirve ella , recuerda que estoy yo, cariño.
— No por ahora no creo que necesitemos de tus servicios, ando un poco enredado también con una chica, quiero probar a ser un hombre casado—dijo Mike a Lotty.
— Tu sabes que eso no priva la diversión — respondió ella con coquetería.
Mike de inmediato llamó a su amigo Evan, dándole la información sobre la dirección de Catalina Craven.
— Espero que puedas tener éxito con esa chica — deseo Mike a su amigo.
Evan, de inmediato salió de la oficina, quería ver con urgencia a la chica que le quitaba el sueño, estaba dispuesto a confesarle todo lo que ella inspiraba en él, también le pediría que se casara con él, estaba dispuesto a enfrentar a quien fuera con tal de tenerla cerca de él, todo el día.
Llegó al pequeño edificio donde se supone que vivía Camila, era modesto, solo seis pisos, ella vivía en el segundo, según lo que le habían averiguado, tocó y nadie salió, no podía ser que ella estuviera fuera, no importaba, él estaba dispuesto a quedarse allí el tiempo necesario para poder hablar con ella, confesarle el amor que sentía.
Se sentó en el suelo, al lado de la puerta, a esperar a que ella llegara, caminaba, se sentaba de nuevo, pero nada que llegaba; fueron horas y nada que la muchacha aparecía, ¿acaso le habría ocurrido algo? Vió su costoso reloj, las nueve de la noche, lo mejor era salir y ver cómo podía hacer, le dolía todo el cuerpo por estar sentado tanto tiempo esperando.
Cuando salió afuera vió a una chica que le pareció familiar, ésta también lo miró y reconoció:
—¡Hola! ¿Te acuerdas de mí? ¡Soy Lotty!¿ Qué haces por aquí? ¡Ah ya, viniste a buscar a mi amiga Catalina, ¿Que? ¿No la encontraste?
— No, llegué muy temprano, pero al parecer tuvo trabajo que hacer, quizás al igual que tú, tuvo que salir a acompañar a alguien — dijo él con voz llena de amargura.
— ¿Catalina? ¿Por qué tendría que hacerlo? ¡Se supone que trabaja para ti ahora!— dijo ella extrañada.
— No, renunció ayer en la tarde, por eso pienso que quizás un cliente solicitó sus servicios y por eso no está— respondió Evan.
Lotty seguía extrañada por lo que este hombre decía de su amiga.
—¿De qué estás hablando tú? ¿Acaso piensas que mi amiga es una escort como yo?
— Obviamente, se supone que las dos se dedican acompañar caballeros millonarios y pasarla bien, si es que se dan las condiciones.
—¡Pues déjame decirte que estás equivocado con mi amiga!— respondió Lotty.
— ¿Equivocado en qué?— preguntó Evan.
Ahora el confundido era él, necesitaba saber a qué se refería ésta muchacha.
Lotty movió su cabeza de un lado a otro al tiempo que respondía:
—Querido, Catalina no se dedica a acompañar a ejecutivos como yo, ella siempre ha sido un ratón de oficina, nunca ha tenido vida social, esa noche que salió a acompañarte, lo hizo porque yo estaba resfriada y le rogué que fuera a esa cita contigo, como estaba con el corazón roto porque el novio, el desgraciado de Peter la había engañado, salió a hacer algo para olvidarse de su dolor, pero ella, solo ha sido novia de Peter Wilcox.
— ¿Estás hablando en serio?— preguntó él más confundido aún.
— ¡Muy en serio! Conozco a Cata desde que éramos niñas, siempre estuvo cuidando a su madre enferma, hasta que falleció la señora, luego empezó a trabajar para la estúpida jefa, quien la explotaba a más no poder, conoció a Peter, ese fue su primer hombre, hasta que apareciste tú, ella es una chica como no vas a conseguir a ninguna otra, ¿Me escuchaste?