Capítulo 5 parte 4

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-¡Eres igual de tierno y gentil a tu hermana!- exclamó Louise -Muchas gracias señora, Annya y mi mamá siempre me han enseñado los buenos modales- Contestó el pequeño Junior -Eso puedo notar. Puedes venir acá a visitar a tu hermana cuando quieras- le mencionó la mujer, al tiempo que miraba amablemente a la madre Dennise. El niño emocionado con la noticia, cuestionó: -¿De verdad cuando quiera? ¿Y el señor Josef también jugaría conmigo?  -Claro que sí amigo, desde que no tenga muchas cosas por hacer, no tendría ningún problema. Yo encantado de jugar de nuevo con un pequeño futbolista como tú. Dennise se sintió acogida en la mansión a pesar de las diferencias que había tenido con Louise en el pasado por errores con quien era su pareja. Sin embargo, la preocupación la embargaba al imaginar que en cualquier momento ella le contaría la verdad a Annya, tal y como se lo había asegurado. Por otra parte sintió un poco de tranquilidad pues al visitar con frecuencia el lugar para llevar a su hijo menor, podría estar en más contacto con Louise y así llegar a algún acuerdo para no mencionar nada sobre el secreto. La amena visita finalizó pasadas las 4:00 p.m. Amablemente Josef se ofreció a llevarlos hasta el terminal para finalmente ellos desplazarse hasta su pueblo y posteriormente su casa. Annya por su parte le agradeció de cuantas maneras pudo a sus empleadores por el noble gesto y actitud con su familia. Después, se encaminó a cocinar algo para la cena y  dejó a Beatriz encargada de la atención de Louise.  Parecía haber sido un día perfecto, pero rápidamente se vio opacado con una visita inesperada: Chantelle. -Es increíble que tengas el descaro de venir hasta mi casa después de lo que me hiciste. Definitivamente no tienes límites- vociferó Josef con indignación y enfado. -¿ahora me dices conchuda a mí?, por ahí me enteré que acá estaba la familia de la sirvienta,  mira como avanzas, no llevamos ni una semana separados y ya traes a la familia de la otra aquí -¿Sabes que Chantelle? Me tiene sin cuidado lo que digas o pienses, a ella la respetas, tiene todo el derecho de traer a sus allegados cuántas veces quiera. Y si piensas que tengo algo con ella o no, no es asunto mío. No seas descarada y lárgate de aquí que no te quiero ver- respondió Josef tan exasperado que en su rostro se podían notar goteras de sudor por el enojo. Chantelle despertó su furia al recibir los comentarios, y no pensaba quedarse sin contestar a  lo mencionado por su expareja, así que agregó en medio de carcajadas: -Pero es que mirá cómo te ofende lo que tenga que ver con ella, y así me dices que no tienen nada, esto es el colmo. ¿De verdad piensas cambiar a una mujer como yo, por una tipa de estas? Caíste muy bajo  déjame decirte -Ya te dije que me tiene sin cuidado lo que pienses, y podrás ser la mujer que dices ser pero Annya te supera en mucho. Es juiciosa, responsable, respetuosa y mil cualidades más que tú no tienes. Pero no voy a perder más tiempo contigo, que ni se a que vienes, ¿Te dejó Martín acaso?- mencionó Josef al tiempo que intentaba controlar un poco su enojo. Justamente, Annya que no estaba enterada de la visita de Chantelle, pasaba por la sala cuando las ofensas de la mujer no se hicieron esperar: - A ti te estaba esperando, mosquita muerta. ¿Crees entonces que te puedes quedar así tan fácil con Josef? Bájate de esa nube que te falta mucho y él jamás pondría sus ojos en alguien como tú, te lo digo como consejo para que no te hagas muchas ilusiones. La paciencia de Annya venía agotándose con los malos tratos recurrentes de Chantelle y ésta vez decidió responder: -vea señora, a mí me respeta por favor porque yo podré ser la empleada o sirvienta como usted dice, pero merezco un trato decente. No le he hecho absolutamente nada y desde el primer momento tiene algo en contra mía. ¡Ya no más!, En cualquier momento se me olvida que soy una simple empleada y la trato de la misma manera en que usted lo hace conmigo. La cara de sorpresa de Chantelle fue evidente al instante, y para terminar Josef refirió:  -Eso es lo que te buscas por querer parar por encima de los demás siempre. Aprende a respetar un poco, a ver si así logras ser feliz.   -A mí no me vengas a dar reflexiones que ni me interesan. Yo trato a los demás  como me dé la gana y no me importa. Pero tú si puedes tomar un  consejito mío  que no te caería nada mal; consíguete una que esté a tu altura, o que por lo menos me supere, porque con una mujer como esas de verdad  lo único que logras es arruinar tu reputación- Dicho esto, Chantelle lanzó con furia la puerta principal y salió del lugar. Por su parte, Josef fue en busca de Annya para hablar acerca del malentendido pues era consciente de los malos tratos que había aguantado y tuvo sus motivos para reaccionar de la manera en que lo hizo; pues solamente estaba pidiendo un poco de respeto. La conversación fue corta pero fructífera. El joven le aseveró a Annya que la defendería cuantas veces fuera necesario pues ella no merecía ser pisoteada de ninguna manera. También, resaltó la forma en la que le contestó a la mujer sin llegar a ser ofensiva. La charla finalizó con lo siguiente: -Yo sólo quiero que entienda que no hago esto esperando algo suyo a cambio. Sé que le he dicho lo que siento por usted, pero  si la defiendo es porque realmente es merecedora de ello. Por favor nunca más permita que la pisoteen o pasen por encima suyo. Usted es una excelente mujer y vale mucho, no lo olvide jamás. Annya cada vez sentía una ilusión mayor con las palabras de Josef; lo que le pasaba a su parecer era de telenovela pues frecuentemente se cuestionaba cómo es que un hombre tan adinerado puede llegar a sentir cosas por una empleada como ella.   
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