Capítulo 2, parte 3

1023 Words
Ocurrido esto, Annya no pudo ocultar lo bien que se sentía por lo que había causado. Louise le preguntó si sabía el por qué, pero ella negó conocer el motivo, así que continuaron conversando entre ellas mientras terminaban el gustoso almuerzo que Annya había preparado. Más tarde Josef y Louise salieron en uno de sus autos de la mansión sin dar razón de su destino, quedando así la joven empleada intrigada, sin saber si tardarían o no y qué se dispondrían a hacer.  Aprovechó la soledad del lugar para descansar un rato; tomó una siesta y seguidamente fue a la cocina, tomó algunos dulces que se encontraban en la nevera (le gustaba mucho el chocolate), también robó algunos tragos de la licorera que ocupaba gran espacio pues sabía que no se darían cuenta, y luego se tiró en un mueble en la sala a observar la televisión para distraerse un rato.  Ya habían pasado tres horas y aún no volvían a casa los patrones de Annya entonces se tomó otro momento para ir a ducharse pues la tarde era calurosa y sofocante.  Seguidamente fue de nuevo a la cocina pero esta vez a preparar la cena para tenerla lista al momento en que regresaran a la enorme mansión Louise y su hijo. Eran algo más de las siete de la noche cuando el portón principal se abrió y la primera persona en entrar fue Chantelle, con su imponencia que  ahora era más notable ya que su intención sólo se centraría en hacer sentir mal a la hermosa empleada. Chantelle en parte sentía celos y algo de inseguridad, pues no podía negar que Annya era atractiva, pero por otra parte estaba convencida  de que Josef jamás se fijaría en alguien como ella. Por su parte esto tomó por sorpresa a la joven quien no esperaba esta visita, pero sabía que era su deber atenderla de la mejor manera posible.  En ese orden de ideas, primero les sirvió a todos un poco de vino para que disfrutaran mientras alistaba la mesa.  Louise la felicitó por ser tan atenta y nuevamente la invitó a pasar a la mesa con ellos; pero no imaginaba que esto iba a ofuscar a su nuera, y en consecuencia se molestó tanto que no quiso cenar a menos de que Annya se retirara. Josef intentó interceder para evitar disgustos pero sólo empeoró la situación y entre tanto descontento Annya terminó por apartarse del lugar, dándole gusto a Chantelle quien ahora estaba contenta al igual que una niña pequeña cuando le cumplen sus berrinches. Pero Louise últimamente se sentía muy cercana a su empleada, así que tuvo una pequeña discusión con la prometida de su esposo: -¿Sabes?, no voy a permitir de nuevo que vengas a nuestra casa a tratar a la empleada como se te antoje por el simple hecho de que no te agrade. Annya es una excelente persona y no merece malos tratos. Ni ella, ni nadie- Aseveró Louise contra Chantelle mientras sus gestos complementaban su enojo. -Yo lo siento mucho Louise, pero ¿de verdad vas a ponerte en mi contra por defender a una sirvienta que apenas conoces?, esto es increíble- Respondió Chantelle muy exaltada. A lo que Louise con su posición en firme contestó: -La defenderé las veces que sea necesario porque ha demostrado ser una joven muy respetuosa y responsable, además, no veo motivo alguno para que la trates mal, ¿te sientes acaso insegura porque es linda?  -¡Ay por favor! ¿linda ella?- una carcajada salió de su boca y añadió: -no me llega ni  a los talones, no digas estupideces que no quiero discutir más y menos por ella. -Como sea Chantelle, pero ya te advertí que no permitiré una vez más que la trates como lo has hecho.  Josef con su pasividad que lo caracterizaba, intervino para tratar de calmar los ánimos y mencionó mientras le sostenía la mano a su novia: -Yo creo que ya fue suficiente con respecto al tema, lo dejáremos así y puedes estar segura mamá que esto no volverá a ocurrir.  Al terminar, Chantelle le pidió que la llevara de nuevo a su casa, pues se sentía incómoda con el mal entendido, y procedieron a subir al auto para encaminarse a calmar los ánimos afuera de la mansión. Antes de dejarla en su vivienda, tuvieron la idea de ir por unos tragos para tratar de enmendar un poco lo ocurrido, y Josef consideró necesario darle un poco de tranquilidad a Chantelle.  -No deberías preocuparte por ella, tú y yo nos vamos a casar, llevamos años juntos, eres la única  que quiero para mi vida, ¿y de verdad crees que voy a arruinar nuestro compromiso? Como cualquier mujer que escucharía estas palabras, Chantelle cedió y con un beso le refirió que no sentiría celos por ella, y que intentaría no determinarla para no tener más inconvenientes. Pero fue clara en decir que quería evitar problemas pero no con la empleada, sino con su suegra Louise.  Luego de esto y por efecto de los tragos sintieron un poco de hambre así que hicieron otra parada antes de su destino para comer algo y saciar el antojo. Compraron hamburguesas, gaseosa y papitas, y finalmente llegaron a casa de Chantelle. Josef estuvo un rato más con ella y luego regresó a la mansión pues debía madrugar a su empleo, además ya era casi media noche. Al llegar, se dispuso a entrar a su cuarto, se tiró en la cama con deseos de dormir, pero pensamientos en torno a Annya llegaron a su cabeza, y estuvo fantaseando con ella por al menos 40 minutos mientras el sueño lo venció. Sabía que no era normal lo que sentía y que tal sentimiento estaba tomando fuerza. Por una parte quería enfrentar la situación y contarle a su madre y a su novia lo que le ocurría, pero por otra parte no quería herir a su futura esposa, tenían muchos detalles listos, de hecho casi todo, se sentiría como un poco hombre al arruinar los sentimientos de ella, pero también quería ser feliz con quién de verdad le gustaba ahora.
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