Capítulo 2: DOS RIVALES SE CONOCEN

1074 Words
Al día siguiente, muy temprano como de costumbre Annya se dispuso a realizar las labores de la mansión. Entre tanto, Louise le pide que se dirija a la cocina pues necesita pedirle un favor. -Necesito que todo hoy esté más limpio de lo normal,. -Entendido. -También requiero una cena especial. Hoy viene la prometida de mi hijo y quiero que todo esté impecable. La noticia no le sentó nada bien, pero tenía que actuar como si no le afectase.  -Sí señora, cuente con eso, no se preocupe.- Respondió Tomó una escoba y aseó la sala muy enojada, triste, confundida. Sólo pensaba en cuál sería su reacción al conocer a la futura esposa del hombre que ahora le robaba el sueño. Luego de unas horas de limpiar y dejar la mansión reluciente, se dirigió al supermercado a conseguir los insumos necesarios  para la cena especial que su patrona le había encomendado… Un gran pavo, verduras, arroz especial y un buen vino, con esto seguramente quedarían satisfechos. Ese día transcurrió más lento de lo normal para Annya. En su cabeza sólo rondaba Josef, y ahora la noticia de que su prometida iría a cenar con ellos. Tendría que soportarla, y no sólo eso… ¡Sino atenderla! -Esto sólo me pasa a mí- Pensó dentro de sí. Pasadas las 4:00 p.m, se topó con Josef que en ese momento salía de su cuarto hacia el balcón principal que contaba con una vista paisajística que cualquiera envidiaría. -Annya, hablemos un momento -¿Hablar de qué? No me quiero hacer más daño con esto, hoy que venga su novia trataré de evitarla, será muy difícil para mí  y usted sigue como si nada. -Yo no estoy haciendo como si nada -contestó. -¿No? ¿Entonces qué es? - Sólo necesito tiempo y hacer las cosas bien. Perdóneme por lo que deberá soportar hoy, pues se que no será fácil, pero le prometo que solucionaré todo pronto. -¿A qué se refiere con solucionar? Usted debe casarse, mejor dicho, entre nosotros nunca pasó nada- Agregó con determinación. De allí se encaminó a su cuarto, tomó una pequeña siesta y seguidamente se dispuso a tomar una ducha para alistarse para lo que necesitaran sus patrones en la cena que venía. Pasadas las 8:00 p.m, el timbre de la mansión sonó anunciando la llegada de Chantelle. Annya se dirigió a atender la puerta y quedó maravillada con aquella mujer; delgada, alta, esbelta, de cabello castaño muy bien cuidado, y algunos adornos que resaltaban su belleza.  -Buenas noches señorita, pase por favor, todo está listo Chantelle, con su personalidad prepotente que la caracterizaba, la miró con reparo de pies a cabeza, y con una mirada despreciable siguió sin dirigirle la palabra. Desde ese instante, Annya supo que no sería nada fácil lo que vendría, pues realmente no quería alejarse de Josef, así que se idearía la manera de conseguirlo, pero sin duda Chantelle era una gran rival para ella… -Tiene dinero, es linda, debe tener sus estudios, son tal para cual- pensó Annya mientras se disponía a servir en la cocina. Tan pronto como Chantelle se instaló en la sala con su novio Josef, le preguntó arrogantemente: -¿Quién es esa sirvienta y yo por qué no sabía de ella?   -Se llama Annya y no tienes por qué tratarla así, está haciendo muy bien su trabajo. Además no te lo mencioné porque no me pareció importante. -¡Qué tal esto, ahora la defiendes!, lo que me faltaba, ahí están pintados todos… -Chantelle por favor deja de ser dramática, no arruines la comida que mi mamá ya va a bajar para que hablemos  sobre el compromiso. Chantelle quería dejar muy en claro que era la dueña de Josef, así que en frente de Annya se abalanzó  sobre él a darle un gran beso, y parloteó:  -Es obvio que no me voy a dañar la noche por esta otra que ni sé quién es, vine a hablar sobre la boda, no a estar preocupandome por las empleadas de la casa- lanzó una mirada de víbora a quién ahora consideraba su rival, y puntualizó:  -Nos casaremos lo más pronto posible y nos iremos del país. Annya no pudo evitar sentirse humillada por la futura esposa de Josef, y luego de terminar de servir el banquete que ella misma preparó, se retiró y se fue a su cuarto. Al ver lo que había causado, Chantelle en tono burlesco y fuerte mencionó: -Allá es donde debería estar siempre que yo venga, lejos de mi vista. Porfa la próxima le ordenas que no salga- y continuó carcajeándose. Josef se sintió muy ofuscado por la escena, así que se levantó de la mesa y muy enojado expresó:  -Chantelle, suficiente, no voy a permitir que la trates así, ella no te ha hecho nada. Apenas la conoces y ya estás tomándola por enemiga, de verdad que no te entiendo a veces. -Ay ya! Tú deja de ser amargado, sólo era una broma, no la voy a molestar más. Momentos más tarde Louise bajó a la mesa, donde se encontraba la pareja esperándola. Entre tanto, varios detalles estuvieron  incluidos en la conversación que tuvieron los tres: invitados, la cena, el lugar, dónde sería la luna de miel, en cuánto sería el menor tiempo posible en que se llevaría a cabo, y también se hizo mención de algunos detalles excéntricos que Chantelle deseaba que fueran incluídos en su esperada boda. Por su parte, Annya se encontraba tendida en su cama llorando de enojo por la forma en la que había sido tratada por Chantelle. No sentía que había sido justo con ella, pues no sabía qué motivos tendría, porque estaba segura de que el desliz con Josef sólo lo sabían los dos. Transcurrió la noche y tan pronto como escuchó que ya la cena había terminado y que la mujer que la trató despectivamente ya se había marchado, fue hasta la cocina a limpiar lo que había quedado. Al terminar, nuevamente en su cuarto, le hizo una llamada a su madre y le dijo que al siguiente día iría a visitarla a ella y a su hermano Junior. Ambas se emocionaron pues ya habían pasado algunos días desde que Annya no pasaba a saludar a su casa. Siendo las 6:00 a.m, Annya se levantó como de costumbre a limpiar la mansión pero esta vez con un poco más de apuro puesto que ya tenía planes con su familia. 
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