Capítulo 3

2588 Words
Mordí mis labios un tanto preocupada mientras abría la puerta de casa. Al entrar mi madre estaba con los ojos llorosos y con el teléfono en sus manos. Al verme pareció ver un ángel. - Anne - gritó y corrió a abrazarme. - ¿Que sucede mamá, estas bien? - dije aún en sus brazos. - ¿Anne donde diablos te habías metido? - ahora su voz cambió a estar molesta. Bufé. - Lo siento mamá, es que hubo un problema y nos castigaron a todos - mentí. Odiaba hacerlo pero no me quedaba otra opción.- lamento haberte asustado pero tu sabes que no tengo móvil. - Lo se cariño, cuando tenga dinero suficiente prometo comprarte uno - me tocó el cabello - traes olor a leche Anne - frunció el ceño. - Oh si - fingí una risa - es que un chico sin querer tropezó y me derramó toda su leche - ella negó con su cabeza. - Está bien cielo, ve a cambiarte y deja esa ropa en el cesto. Enseguida pasaré a buscarla así la lave. Asentí y subí corriendo por las escaleras. Al llegar a mi habitación como costumbre tiré la mochila y entré al baño para darme una ducha. Mi cabello estaba duró. No podía evitar pensar en lo que había sucedido hoy, rogaba que pronto dejaran de molestarme. Lo peor es que aún no había conseguido un amigo. Estaba completamente sola. - No deberías callar cosas como esas Anne - dijo mi amiga de la infancia a través del teléfono fijo. - Lo se - suspiré - pero de verdad no quiero preocupar a mi madre. No después de todo lo que pasó conmigo - dije con un nudo en la garganta. - Hey, nada de esto fue por tu culpa ¿de acuerdo? - podía imaginar que había rodado los ojos. Conocía a mi mejor amiga - solo, no dejes que pase a mayores o me veré obligada a viajar para allí y si es posible matarlos a todos. Largué una risa, una risa que hacía tiempo que no se veía en mi. - Te extraño estúpida - dije - ¿cuando crees poder venir a visitarme? - Y yo a ti zorra - largó una carcajada - para vacaciones me tendrás ahí. Y recuperaremos todo el tiempo perdido. - Esta bien - Sonreí - tengo que colgar, debo hacer unas tareas. Hablamos luego. - Vale - dijo ella y colgamos. Tomé mis cuadernos y me senté a realizar un par de tareas. Un grito se escucho desde afuera así que miré hacia la ventana. Allí estaba James discutiendo con un hombre mientras una mujer lloraba. No podía escuchar muy bien y me sentía algo extraña por ser tan curiosa. James - Largo de aquí - le grité a aquel hombre que decía ser mi padre. - Tu no te metas, esto es entre tu madre y yo. - No voy a permitir que toques a mi madre, lárgate de aquí antes que llame a la policía - unos puños se formaron en mis manos. - La pagaras muy caro Alice - la amenazó - y tu también bastardo - gritó con asco antes de tomar sus bolsos y subir en un taxi. - Esto te hará bien - dije dándole un té de manzanilla a mi madre, quien lloraba sin consuelo. - No se porque hace esto cariño - sollozó - me hizo un papelón en el trabajo solo porque estaba dándole indicaciones a un empleado. - Se habrá puesto celoso, pero el ya no tiene nada que decirte. Te hizo la vida imposible, se fue con otra mujer. Si pudiera lo mataría. Estaba demasiado cabreado, sentía la ira correr por mis venas. Mi mamá con sus temblorosas manos intentó calmarme. _______ - Oh si james sigue - gimió Rachel mientras la penetraba. - Ya casi llego - dije con dificultad. Y llegué. Me tumbé a su lado mientras ambos intentábamos controlar nuestras respiraciones. - Me sorprendió que me hayas elegido a mi y no a tu novia Keyla - mordió sus labios. - No tenía ganas de estar con ella - miré hacia el techo. Ella se incorporó y me vió. - ¿Pasó algo? - enarque una ceja. - Nada que te importe Rachel - Encendí un cigarro y lo puse sobre mis labios. Largué el humo y mi cuerpo se relajó. Acostándome con Rachel, la mejor amiga de mi novia. Se que esta mal pero al diablo lo que esta bien. ______ - Así que, ¿que dices James? Podemos ir a practicar fútbol o jugar al Xbox con los chicos - dijo Zachary mientras caminábamos por los pasillos. - Deberíamos entrenar, el campeonato se acerca y debemos ganar para pasar a semifinales - dije frío. - Si eso quieres - levantó los hombros. Observé a la cerdita de Anne arreglando su casillero. Al parecer había conseguido uno nuevo. Una sonrisa malvada se escapó de mis labios - Adelántate Zachary, tengo algo que hacer. El levantó el pulgar y se adelantó dándole un empujón a Anne . Ella levantó su mirada y al encontrarse con la mía se tensó. - ¿Que pasa cerdita? ¿me tienes miedo? - me acerqué a ella. Rápidamente bajó su mirada. - No - susurró. - Deberías - la estampe sobre su casillero - ayer te equivocaste en haber empujado a mi chica ¿sabes? - la tomé de sus mejillas apretándolas fuerte, sus ojos se pusieron llorosos. - recuérdalo, no te metas con los míos - ella asintió con dificultad. Sonreí. - Buena chica - la solté y caminé hacia el salón, mientras ella se frotaba las mejillas para calmar el dolor. Anne Luego de aquel mal momento, caminé hacia el gimnasio ya que hoy tendríamos educación física. Debo decir que esta parte del instituto aún no conocía, era enorme. Entré hacía el baño de mujeres para poder colocarme la ropa deportiva. Allí estaba Keyla y sus amigas quienes me miraron mal. De pronto comenzaron a susurrar entre ellas. Las ignoré y entré al baño con el objetivo de cambiarme. Una vez lista fui hacia la cancha. - Bien, todos formen una fila. Van a correr sin parar 20 minutos, uno detrás del otro - gritó el profesor. Me puse al último, tocaron el silbato y comenzamos a correr. Estaba saliendo todo perfecto cuando el pie de Justin se puso delante haciéndome tropezar. El profesor tocó el silbato. Maldije mentalmente. - Johnson vuelve a correr desde el principio - gritó este. Suspiré y me levanté sin ganas del suelo. Le di una mirada molesta a james, quien solo sonrió como un idiota. - Formen una fila, vamos a hacer un amistoso. James, Silvina, formen sus equipos - el comenzó a anotar en una planilla. Todos nos formamos en una fila y ellos comenzaron a elegir. Al final quedamos yo y una chica. James la eligió y Silvina bufo. - ¿En serio esa perdedora debe estar en mi equipo? - dijo molesta. - Vamos a perder - dijo otro. - Lo lamento sil, suerte - James le guiñó el ojo y ella me miró molesta. - Espero que sepas atajar una pelota - dijo chocando contra mi hombro mientras comenzábamos a planear una estrategia. El silbato sonó y el partido comenzaba. A Silvina se le ocurrió ponerme de arquera, no era nada bueno pero al menos no debía correr. La pelota comenzaba a acercarse y los miedos también. James pateó fuerte la pelota golpeando mi cuerpo, pero por suerte no entró en el arco. Estuvimos así hasta que el profesor tocó el silbato. - La clase terminó, no quiero cansar a los chicos del equipo. Recuerden que en dos horas comienza el entrenamiento - todos asintieron. - Bueno, supongo que lo hiciste bien - levantó los hombros y sonrió a medias. Le devolví la sonrisa y me relajé. La cancha comenzaba a despejarse y solo quedaba el grupo de James, quienes me miraban furiosos. Me dí la vuelta y comencé a caminar. - Hey tu - gritó Keyla, me volteé - nadie nos gana - dijo para comenzar a tirarme con las pelotas. Cubrí mi rostro para que no pudiera golpearme. Pero cuando creí que habían acabado, James me lanzó una pelota a la cabeza haciéndome golpear fuertemente. De repente todo se volvió oscuro. James - ¿Que hiciste James? - Keyla abrió los ojos como platos al ver al cuerpo de Anne tirado en el suelo. - Acabé lo que tu empezaste - rodé los ojos. Ella me dio un golpe en la espalda. - No hacía falta que lo hagas de esa forma - chilló. - ¿Desde cuándo le tienes lástima? - grité cabreado. Todos rodeamos su cuerpo - no esta muerta, solo esta desmallada. - ¿Que hacemos? ¿la dejamos tirada? - dijo Zachary. - ¿Estas loco? La llevaré a enfermería. Ustedes hagan lo que tengan que hacer, lo último que falta es que venga el director y nos encuentre con las manos en la masa. Los demás se fueron y a penas logré cargar el cuerpo pesado de Anne Llegué a enfermería y la deje sobre la camilla. - ¿Qué es lo que pasó? - dijo la enfermera examinándola. - Estábamos jugando futbol y sin querer un amigo le dio fuerte con la pelota - mentí, ella me vió con los ojos entrecerrados. Ya me conocía, la mayoría de los que venían eran por mi causa. Salí afuera mientras la examinaban. Anne - Vamos, despierta - escuché una voz a lo lejos. Abrí mis ojos con dificultad ya que la luz me molestaba y me encontré con una mujer. - uf que suerte - suspiró aliviada. - ¿Que me pasó? - dije confundida mientras mi cabeza dolía como el infierno. Hice una mueca de dolor. -Te golpeaste en gimnasia - sonrió - toma este calmante para que el dolor pase - sujete el medicamento y el vaso de agua. Entonces James entró. - Que bueno que estas bien Anne - fingió cara de preocupación. - ¿Que haces aquí? - fruncí el ceño. - Yo te traje tontita - largó una carcajada - ahora que estas bien me iré porque tengo entrenamiento. Cuídate - me guiñó el ojo y salió cerrando la puerta. Miré a la enfermera. - ¿Estas mejor? - me miró y asentí con una sonrisa débil. - bueno entonces puedes irte. Cualquier cosa estoy aquí. - Gracias - sonreí. Al salir de enfermería caminé hacía los casilleros para sacar mis cosas e irme. Pero al cerrar mi casillero me encontré nuevamente con James. - Si se te ocurre abrir la boca no me hago cargo de mis actos - me miró serio y solo asentí. El como costumbre me estampó sobre mi casillero y se fue perdiéndose en los pasillos. 2 Meses después. Todo se había vuelto parte de una rutina. Levantarme, ir al colegio y soportar burlas, risas y golpes para luego llegar a casa y largarme a llorar. Pensé que solo eran cosas del principio, pero ya había pasado bastante tiempo. Todas mis esperanzas de que mejorará se esfumaron. Cerré los ojos mientras la lluvia de la ducha caía sobre mi cabeza. Frote mi cuero cabelludo tratando de relajarme, fue entonces cuando vi mi cuerpo. Mis brazos estaban morados, mis brazos y piernas. Suspiré. - ¿Estas lista Anne - dijo mamá desde afuera. - Ya - intenté que mi voz sonara normal. Pero la verdad es que no quería ir. Me coloqué base sobre algunos moretones de mi brazo. Caminé por los pasillos con algo de miedo ¿quién diría que le tendría temor a la escuela? Dejé unos libros que me había prestado la bibliotecaria en el casillero, pero alguien me sujetó fuerte del brazo haciéndome gritar. - ¿Hiciste lo que te pedí? - me gritó James mirándome fijamente. Asentí - ¿que esperas para dármela - . Pegó un puñetazo en los casilleros haciéndome temblar. Con mis manos temblorosas agarré su cuaderno y se lo di. El lo sujetó fuerte. - ¿Ya te dije que me das asco gorda inútil? - dijo para largar una risa e irse. Cerré los ojos intentando calmar mis lágrimas que amenazaban por salir. - Tengan cuidado, vino la obesa. Puede dejar a todos sin su almuerzo - gritó Keyla en el comedor. Todos comenzaron a reír - ¿quieres mi sándwich? Toma - dijo apretándolo sobre mi rostro. Estaba siendo humillada. Todos me miraban. Todos reían. - Miren un cerdito que llora - me apuntó estallando en risas. Fue entonces cuando tomé el vaso de jugo y se lo tiré encima. Ella abrió su boca sorprendida. - Ahora me la vas a pagar - se tiró sobre mi jalándome fuerte del cabello. Hice lo mismo solo que traté de hacerlo más fuerte. Estaba cansada. No se como hice para quedar encima de Keyla, mis manos golpeaban su cara mientras ella lloraba. No me importó nada. Unos brazos me tiraron para atrás. Era James. El me empujó fuerte haciendo que cayera sobre unas mesas. Me Torcí del dolor. - ¿Estas bien amor? - le dijo este a Keyla quien tenía sangre en su rostro. Intenté calmar mi respiración ya que estaba agitada. El me miró nuevamente y se acercó rápidamente. - Ahora si voy a matarte - me tomó del cuello presionando fuerte haciendo que mi respiración comenzará a perderse. Entonces alguien impactó sobre James haciendo que el me soltara. Vi hacia delante y allí estaba el chico rubio que me había salvado antes. - ¿Tienes ganas de golpear a alguien? Golpéame a mi poco hombre - dijo el rubio. - ¿Quién mierda te crees que eres? - dijo James y se lanzó sobre él. Todo el mundo gritaba. Los puñetazos sonaban fuertes. Cuando vi que James estaba lastimando a Nate, corrí hacia las espaldas de James y comencé a golpearlo. - Ya suéltalo - grité mientras le daba puñetazos. Los amigos de James me levantaron y luego lo separaron a el de Nate. - Ya déjalo James - dijo un morocho - no hagas que venga el director y nos metamos en problemas. - Me la vas a pagar - su cara estaba roja después de la pelea. Me vió a mi - y tu también. Luego de que todo aquel grupo se fuera corrí hacia Nate y me tiré a su lado. - Oh dios mío, mira como te dejó - dije preocupada. Le salía sangre de la nariz así que saqué de mi mochila un trapito y comencé a limpiarle. - Estoy bien - susurró - ¿me ayudas a levantar? Me incorporé rápidamente y lo tomé de los brazos haciendo que se levantara. - Deberíamos ir a enfermería - lo observé. El sonrió. - No es necesario Anne , fue solo un golpe. Solo debo limpiarme y ya - el tomó su mochila que estaba en el suelo. - ¿Estas bien? - Si - dije con un suspiro - gracias por eso - Sonreí a medias. Todos nos miraban impactados, Nate los vió a todos frunciendo el ceño y luego me tomó del brazo. - Vamos - dijo mientras caminábamos por los pasillos. - Pensé que iba a morir - murmure. - Era posible - mordió sus labios - pero que buena golpiza le diste a Keyla - carcajeo. - La violencia no es buena - dije entre risas. - Pero se lo merecía - me apuntó el con una sonrisa, levanté los hombros. - ¿Por que me ayudaste? - me detuve en seco, el volteó y me miró curioso. - Bueno... es que estaba cansado de ver como te trataban - levantó los hombros - además si no lo hacía el en serio te iba a matar. Un escalofríos recorrió por mi cuerpo, entonces me lancé a sus brazos dándole un abrazo. El se sorprendió un poco pero no tardó en corresponderme. - Hasta ahora eres la primera persona que me trata bien - dije en sus brazos - te lo agradezco de todo corazón. - No lo agradezcas Anne - nos soltamos - ve a clases - me señaló mi salón. Bufé. - Bien, ¿te veo luego? - dije y el sonrió. - Mas que luego. Me despedí de Nate y entré hacia el salón. Por suerte la profesora de literatura estaba de buen humor y me dejó entrar sin problemas. Los demás me miraban molestos o bueno, solo el grupo de James. Minutos después las clases se vieron interrumpidas por unos golpes en la puerta. - Disculpe señorita Gilbert. Me han cambiado de salón - se sintió una voz conocida afuera. - Adelante - ella se hizo a un lado y la figura de aquel chico que me salvó la vida, apareció. Una enorme sonrisa se formó en mi rostro.
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