Mis primeras vislumbres
Llevo en mi memoria fuertemente grabada escenas de un pasado intenso y propio de una persona con tendencias a la contemplación, aún hoy en día al llegar al vestíbulo de las remotas y siempre nuevas iglesias de La capital, me envuelve un sentimiento de pleitesía hacia todo aquel ambiente , las figuras de los santos sobre las iglesias dan la impresión de ser dueños y eternos guardianes. Quito es una ciudad llena de leyendas, fábulas y misterios, posee obras arquitectónicas propias del barroco, esta ciudad a simple vista para un espectador extranjero podría traducirse como una joya preciosa y obra maestra de la arquitectura, a mi me sucede que cada vez que tengo la oportunidad de visitar un museo o el ser testigo de obras tan antiguas me transportó a otra época, saben – a la de la República -, pero no sólo basta saber contemplar estas cosas, la pobreza y la desigualdad siempre han marcado a este país, siendo niña me encontré con múltiples dificultades, siempre asediada por muchos cuestionamientos ¿Por qué se permite tanta desigualdad e impertinencia? , mi pequeño corazón de niña suplicaba saberlo. No era sólo eso, también existía mucho machismo y un trato vulgar a la mujer, sobre todo América Latina que tiene fama de ser uno de los continentes con mayor delincuencia en el mundo
Tenía una amiga llamada Margott, nunca me aburría sus conversaciones , era una especie de compañera mística en mi vida, tenía una mente muy desarrollada para su edad , a pesar de vivir en una ciudad decididamente conservadora, se había formado una mente asocial y propia, no llegó a absorber ideas tabú. Estudie en un colegio para monjas, y el sexo era considerado un tema obsceno, si aquellas monjas supiesen lo liberal que éramos Margott y yo para conversar nos habrían considerado blasfemas, aunque en la escuela se hablaba sobre temas sexuales, las alusiones sobre el particular se hacían cuchicheando, siempre he considerado tales observaciones ridículas, ¿por qué hablan de tales temas con tanto misterio? Pero bueno también he conocido chicos que hablan de temas sexuales sin bromas ni vergüenza.
Mis compañeros de clases solían reunirse en los partidos del colegio, no es que sea fanática pero si quieren que les diga la verdad me aburren esas cosas, si tuviera que elegir entre ser futbolista y ser veterinaria, preferiría lo último, no es que este en contra del fútbol, pero ¡por favor! Han visto ese orgullo y fanatismo exacerbado, es algo que me apena muchísimo, vivir en un mundo que pone en monumentos a personas que patean una pelota y personas que salvan vidas o que dan de comer a millones de personas ganan una miseria, yo con eso no puedo, no me afecta tanto pero la gente se ofende por estas cuestiones, y es algo tan básico pensar así, es el primer peldaño que debíamos haber escalado hace mucho como civilización, elucubrar los malentendidos y de una vez por todas sacar a relucir el trasfondo de la realidad, a muchas entidades o corporaciones las considero mafias, lo que sí considero una insensatez es la falta de libertad de pensamiento y expresión, ¿Cómo un país así puede ser tan pobre en pensamiento crítico? ¿Por qué incluso universitarios son víctimas – si ese término es válido -a repetir los mismos parámetros de sus padres? , ¿¡no pueden usar sus propias cabezas!? Y no hace falta saber mucho, porque en sí el problema es tener una mente dogmática y con ideas preconcebidas sin darle cabida a la observación desnuda, pura y simple de lo que ocurre, ¿o me van a decir que tal reflexión no bastaría para dejar a millones de mentirosos y estafadores en la calle? Sólo hago un reclamo ante cualquier concepción que sea aceptada y no puesta a prueba, ¿acaso somos borregos que repetimos lo que dicen los demás sin usar el sentido común y la más fiel objetividad para deslastrar, desnudar la verdad? , aún si este criterio este contra mi, porque hay que tener la osadía de verse a uno mismo y no engañarse, y si uno es culpable lo tiene que admitir, pues como decía el viejo adagio: “conocimos al enemigo y resulta que somos nosotros” . No soy una persona que hable demasiado del honor o el nacionalismo, si quieren que les diga la verdad me da igual ser de este país, es absurdo, si viviese en Italia o en Perú, ¿se supone que tenga que sentir orgullo y celo patriótico? ¡Diablos! , y la gente de los países lo creen, toda nación se cree escogida, pero es mejor no obsesionarse con eso, pues luego aparece la xenofobia.
En mis clases lo único admisible a la hora de estudiar era la investigación, yo con la escuela no puedo, es tan difícil borrar de la mente del alumnado que el propósito – el fin de la educación – no es sacar buenas notas, no esta en obsesionarse con los números, cuyo sistema educativo está dirigido a considerar a los seres humanos como máquinas y no como algo real y sintiente, sólo te dan un número y te comes el cuento de que vales eso, ¡por favor! Existe un parámetro tan estrecho para evaluar a los estudiantes, de tan variada naturaleza, por ejemplo no puedes enseñar igual a tanta amalgama de seres, es ilógico, sobre todo el profesorado, mucha gente viene con tendencias heredadas, un conservador de nacimiento no podrá aceptar ideas sexuales como el poli amor, su cabeza no podrá concebirlo, una maestra con tendencias a la heterosexualidad juzgará de infame a un estudiante homosexual, así mismo no podrá aceptar el futuro como algo mejor, tendrá metido en la cabeza que el pasado era mejor, este tipo de sesgos asedian la mente de las personas, y en cierto modo es tan incompetente que personas así enseñen, si, lo digo en serio, es muy profundo si lo piensas bien, muchos no nacieron para esa profesión, abogo por más exámenes que no solo evalúen cuestiones numéricas, sino también el carácter – en sí la naturaleza de las personas - , para tal trabajo, se debe profundizar en la psique de la persona que desea un trabajo, personas más amables, de naturalezas compasivas, abiertas, no de mentes estrechas deben educar, la naturaleza maternal podría decirse es más amena para tal labor, debería dividirse así, y este es un tema estrictamente educativo,¿ a donde no llegaremos si, por ejemplo nos pasamos al bando político? ninguna persona con fuerte egoísmo enraizado o con hambre de poder debería escoger tales puestos, quizás psicólogos deberían encargarse de evaluar no sólo la mente racional, sino la emocional, los miedos inconscientes, traumas de infancia que llevan a personas de poder a no desear el bien más que de ellos y sus familias inmediatas y esto aplica a todo. Pero este estudio escrupuloso sobre la mente de las personas nos deja en una situación complicada, pues aquí viene la encrucijada, todo el meollo del asunto se da en la mente de las personas, y no hay que ser un genio para saber que la gente actúa movida por emociones reprimidas, ira, etc. Somos gobernados por el inconsciente, el quid de la cuestión es que el mundo no va a cambiar desde afuera, se pueden guindar pancartas, hablar o crear series, lo que se debe cambiar es al individuo, es así de simple, mientras no hagamos de cada ser una joya preciosa este planeta no cambiará, es lo que considero. Ahora, claro que millones de individuos tienen buenas características y muy buenas tendencias para ejercer un rol, eso está bien, naturalezas hay como personas existen, y esto sólo es el comienzo.
Al terminar el bachillerato tenía planeado independizarme, estaba decidida y no me dejaba influenciar por la consciencia colectiva, todos mis compañeros irían a una universidad, en cuanto a mi eso me asfixiaba, quería conocer nuevos mundos, otros rostros, vivir nuevas experiencias, por supuesto que eso llevó tiempo, hacerme dueña de mi misma, purificar tanta incompetencia absorbida en mi hogar y colegio, me sentía muy poco dueña de mi. No se si me entienden, es que entre ratos me siento una víctima al no tener el valor de hacer mi propia vida, vamos que una jovencita de mi edad sabe de todo menos lo que realmente quiere, eso es difícil, y yo era de esas personas que no tenía idea de a dónde iba a parar, lo primero que hice fue irme lejos de mi familia, quería más privacidad, después me preguntaba ¿cómo es posible que todo lo que creo y siento es verdad? , simplemente soy una marioneta del destino - reflexionaba - , toda idea que saliera de mi cabeza no era yo, eran voces de mi madre, padre, amigos pero esa no era yo, al menos hablando estrictamente de lo que es el ser humano, soy el producto de lo que la sociedad a hecho de mi ¡ es una infamia! Y lo digo literalmente, había permitido a un montón de personas meterse en mi cabeza menos escucharme a mi misma, tenía una ardua tarea para independizar a mi mente, que corría tras concepciones dichas, nada de lo que decía era propio, la mayoría de ideas venían de otros, nada era experiencia, solo información, y lo peor información de otros que no se sabía si era verdad. Respire e intente calmarme, nunca antes me había sentido tan engañada, y así comenzó mi viaje en busca de la verdad. Ahora, en tal silencio, en tal quietud ¿Qué quedaba? Nada, en realidad me enfrente a lo más colosal del ser humano: su propia mente. Se que muchos creerán que esto es de poca importancia, pero no si lo piensas bien y de manera seria, todos nuestros comportamientos, decisiones, todo lo que hacemos, como pensamos y absolutamente todo, hasta cómo sentimos la vida, o los prejuicios que tenemos están en la mente, si odias a tu pareja o si no soportas a otras personas se debe a la psique no trabajada, eso me llevó a indagar de manera muy seria acerca de cómo quería vivir, en realidad la vida es un viaje hacia uno mismo, por supuesto mucha gente vive bien pero como les iba diciendo eso es en parte debido a tendencias heredadas. A donde primero acudí fue a prácticas misticas y me adentre en técnicas de naturaleza meditativa, use toda clase de respiración para calmar mi mente, quería experimentar, quería que la información me llegase de otra fuente, quería conocer la verdad, quería experimentar el éxtasis. Todo sistema de creencias tenía que ser puesto a prueba, muchas veces me doble luchando contra demonios internos, a la par que me enfrentaba a un mundo que a olvidado su interior.
Recuerdo que tuve un pleito con un instructor, el muy hijoputa me trató a la patada, ahí llegué a convencerme que muchas personas tenemos mucha ira por dentro, pase por lo que llaman las noches oscuras del alma, estuve al borde de sufrir un colapso, a esta persona la odiaba a morir, yo para este tiempo había consagrado mis devociones a deidades hindúes, por primera vez experimente el perdón, y no sólo eso, fue como una fuerza demoledora, en realidad siempre he sentido conflicto al querer conciliar al mundo físico con el espiritual y muchas tensiones a la hora de meditar, pero en aquel instante esta fuerza del universo - si se quiere ver así, está corriente espiritual -, me dejó sin aliento, no volví a ser la misma, sentí que había nacido de nuevo, toda concepción creada por mi mente se quedaba corta, ahí entendí que todas estas fuerzas desconocidas para la humanidad en general, en realidad son inconcebibles para la racionalidad, trasciende el entendimiento humano, sólo me decía a mí misma: “ > y yo haciendo ostentación por mis pensamientos bien elaborados”, en verdad honraba a mi mente y cerebro, al igual que mis ideas y pensamientos, pero una vez experimenté eso, solo me repetía a mi misma ¿quién soy para sentirme quien? Soy una pobre ignorante, lo más elevado del ser humano no son sus propios pensamientos, ahí hay demasiada insensatez, por eso admiro a los científicos, ellos en cierto sentido no crean nada, sólo descubren y admiran los secretos revelados del universo, la ecuación es una fiel representante de la realidad, pero esa belleza es propia del universo, reflexionaba a Tomás de Aquino que al finalizar su obra Suma Teológica había escrito: “se me han revelados cosas de tal naturaleza que siento que todo lo que he escrito no tiene más valor que un montón de paja".
Después de dilucidar ciertos conceptos, de liberar juicios, el mundo me parecía algo muy superficial, no conciliaba a las personas, sabía con más certeza cuando actuaban movidas por el ego o el miedo, las personas siempre actúan así, ejercen un rol y se meten en el, olvidando que sólo es eso, > nuestra naturaleza más íntima - más cercana - está lejos de ser experimentada, por eso todo el tiempo fingimos rostros, actuamos acorde a las normas preestablecidas, estuve así por varios años, viendo dentro de mi.
Siempre solía conmoverme íntimamente el rostro de Maurice, al parecer siguió sus estudios en una universidad del Este, no recuerdo bien su nombre, era totalmente inconsciente de mis sentimientos hacia él. Aquella noche en que visitaría a mi familia llovía a cántaros, y de pura casualidad lo encontré en el autobús, llevaba una chaqueta marrón, una camiseta apretada de color azul cielo, su pelo color caoba, cuerpo delgado y musculoso pero bien proporcionado, parecía de mi edad, quizás un año mayor, su postura era pobre, aparté la vista, pero me reconoció.
—hola, ¿tu, eres?
—Phoebe—Asentí sonriendo.
—te he visto antes—tenía una mandíbula de infiernos. De repente tuve la sensación de que jamás podría con alguien así, su vida estaba revestida de materialismo escéptico, en el colegio al exponer acerca de las leyes físicas que gobiernan el cosmos me hubiese hecho preguntas de índole ateística: ¿es el cielo un lugar físico? ¿Qué clase de placer podría experimentar si quienes excitan los nervios son las fibras nerviosas?, ¿cómo se crea la materia, si Dios es todopoderoso debe arrancar de la nada pelotas de tenis para jugar en el cielo? Efectivamente somos de planetas diferentes. Admiro a las personalidades estables, me supone un reto no cambiar de opinión, mi naturaleza mutable me vuelve inconstante de criterio y más temo de mi misma el no poder cumplir mi palabra o que su espíritu volara a otro rumbo , cuando veo con pena que nuestros caminos difieren no tardo en alejarme, en aquel mundo aparentemente Dios era siempre el mismo, nunca me abandonaría. Por si no saben quien es Maurice les diré que ha escrito el “pececillo de diamante”, que es un cuento fenomenal.
—yo te he visto, es imposible no notar tu presencia—eso me estremeció, se despidió, no pude resistirme y me encendió, las únicas amistades que rodean mi vida siempre han sido mis padres y Margott, ni siquiera estaba segura que alguien pudiera encenderme, aunque en ocasiones me siento más espíritu que persona, algunas veces este cuerpo me juega una mala pasada, en cuanto Maurice me toco sentí que las fibras de mi carne lanzaron electricidad. Acostumbrada a la contemplación en soledad, no obstante estaba marcada por reflejos casi automáticos de afecto. Debo admitir que mi relación con el género masculino es bastante inarticulada.
Al bajarme en aquel chapoteadero corrí por aquellas avenidas, hacía un frío de los mil demonios, mis padres cambiaron de paradero y me advirtieron que me esperarían en la calle 168 o 186, no lo sé, una de esas calles que están en el quinto infierno. Al verlos tuve una sensación muy extraña, sentía que eran unos completos desconocidos, los abrace pero he aquí era otra, no lo se, no se si me entienden, no es el lugar ni las personas, uno ya no es la misma, tanto tiempo de soledad me había parecido una eternidad, mi percepción del tiempo se había agrandado, mis padres al abrazarme me contaron que retratarme de niña es como si hubiese ocurrido ayer, yo en cambio siento que una semana es una eternidad, en efecto no es solo el tiempo el que ha cambiado, también mi percepción del espacio y las personas, vivir así me daba la sensación de que el tiempo se hubiese detenido. Algunos quizás no comprendan la naturaleza mística de mis experiencias, pero les digo que la consciencia es todo un mundo por explorar.
—Hija mía, ¿Qué a sido de ti, que haces, a que te dedicas?
—pues verá, he pasado mi tiempo leyendo literatura medieval: Beowulf, Grendel y Lord Randal—Mi padre con su total ternura me veía, su cuerpo desgastado mostraba señales inequívocas de la edad. De repente sentí a mi padre extraño, me dio la sensación de que tenía heridas que sanar con él, aquella noche un extraño sentimiento me envolvió, pareciese que todo ese meollo, todas las iras y la represión que había pasado se debía a manchas psicológicas sin tratar con mi padre, en teoría del apego se comprende como afecta la niñez a la vida adulta, y yo no solo sentía pavor por los hombres, también en el fondo me parecían seres extraños, y por supuesto los evitaba a toda costa. Una vez leí un cuento para niños para explicar la naturaleza de las personas, era un cuento fenomenal, hablaba de por qué el mundo es gobernado por la competencia, el estrés, el miedo y la ira, todo el asunto se debía a fuerzas cósmicas masculinas, el hombre creó al Dios masculino y no dudo en atribuirle fuerzas de naturaleza bruta, la mujer no participó de tal elección, de lo contrario la religión tuviese una Diosa como deidad, y a aquel celoso, irascible, magalómano y misógino Dios le corresponderían atributos más bien benevolentes, de compasión, se habría cambiado la visión de la Diosa divertida en éxtasis por la de un Dios poco divertido, esta historia también cambió mi percepción con respecto a los hombres, los observaba pero a veces también los envidiaba.