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Migrantes

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Migrantes es una historia inspirada en la realidad vivida por muchas personas que habitan en el continente Africano y por buscar una mejor vida para si mismos y para sus familias buscan llegar desde todas partes de África a las fronteras con Europa, sin embargo para muchos o para la gran mayoría este viaje se vuelve un verdadero infierno el cuál muy pocos logran superar debido a la cantidad de personas malvadas que suelen toparse en el camino. Aquellos afortunados que logran llegar a las diferentes fronteras de África con Europa deben lanzarse muchas veces en embarcaciones o botes en muy mal estado para atravesar el océano y poder llegar a Europa y así pedir un estado de refugiados.

Yaru es un joven que ve la oportunidad de cambiar su vida realizando un viaje de kilómetros camino a Europa, sin embargo su viaje luego de un buen comienzo cambia de ritmo y vuelve un verdadero infierno dónde la comida, el agua y el refugio son una completa odisea. Allí conoce a su gran amigo Olwen y juntos son presas de torturas y maltrastos por personas que le toman como esclavos en el viaje a través de África. Pero cuando llega a Europa su vida cambiará para siempre encontrando el calor de un hogar y hasta familia recibiendo lexiones y sorpresas que en sus sueños más fantasiosos imaginaba.

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Migrantes Capítulo 1 "Perdidos en el Mar"
Autor: Yilfred J. Rivero Z. Prólogo. Migrantes es una apasionante historia inspirada en los hechos reales que ocurren durante los viajes realizados por los Migrantes Africanos que intentan cruzar el Mediterráneo para lograr llegar a Europa. Esta historia está llena de dolor, sufrimiento, bondad humana, tecnología y éxito. Demostrando en cada capítulo lo mejor de la amistad y el valor por la vida. Capítulo 1 "Perdidos en el mar" Apenas abrí mis ojos pude ver cómo dos hombres me sujetaban por los pies y brazos sonreían al verme, sus voces no podían distinguirse y se escuchaban muy lejanas. En ese momento pensé ¡son ángeles! ¿acaso estoy en el cielo? El brillante sol ya no podía quemarme habré muerto, quizás todo había terminado y yo había muerto mi visión era muy borrosa y no podía ver bien sus rostros solo pude ver sus vestimentas no tenían alas su ropa no era blanca por lo que pensé no pueden ser ángeles ¡estoy vivo! Aquellos hombres me subían hasta un bote y yo no podía siquiera moverme o hablar apenas tenía fuerzas para respirar ¡oh Dios! ¡la guardia costera estoy perdido me tomaran prisionero y me deportarán! ¿Serán piratas o traficantes de personas? Luego de que me subieron al barco pude ver el cielo estrellado por lo que entendí que era de noche pero ¿de dónde salía aquel sol brillante? ¿en dónde estaba mi amigo? Luego se acercó a mi un viejo y me cubrió con un manta ¡Ya no tenía fuerzas ni para llamar a mi amigo! De pronto un hombre grito su nombre: — ¡Olwen! ¡Olwen! — mirándome fijamente. Yo no podía entender nada de lo que decía solo el nombre de mi amigo, cuatro hombres intentaron levantarme, luego de colocarme en una camilla cerré mis ojos y me quedé dormido. Al otro día desperté en una espaciosa sala llena de camas con personas sobre ella, sentí una suave brisa marina rodando por mi piel. — ¡Al fin despertaste Olwen! — me dijo con mucho entusiasmo. — ¡Olwen estas en las en el hospital central de Las Islas Canarias Las Palmas eres un hombre con mucha suerte! Aquel hombre tenía las mismas características raciales que yo y vestía completamente de blanco. — Yo soy de Sudan, trabajo aquí soy tu cuidador llegaste hace unos 20 días pensé que nunca despertarías — ¿Hablas francés verdad? No puedes entenderme — me preguntaba. Yo solo lloraban como un niño sin emitir una sola palabra solo pensaba ¡oh Dios mío! había llegado al cielo estaba en España, este hombre habla mi mismo idioma. Aún no entendía porque este hombre me confundía con mi amigo de pronto comenzó hablar muy fuerte como si llamase a alguien pero ahora yo no podía entender nada de lo que este decía parecía que hablase otra lengua. — ¡Espere, espere! si puedo entenderle — le dije aquel hombre sacando fuerzas de mis entrañas. Este se detuvo y sonrió yo le respondí con una sonrisa, este me dijo: — Debo llamar al médico ya vuelvo— y se fue caminando levemente del lugar. Aquel día comprendí que lo único que no logramos es lo que decidimos dejar perder sin haberlo intentado, allí estaba yo tres meses después intentando respirar al otro lado del Mediterráneo sin familia, sin amigos, quizás sin sueños, este largo viaje se ha llevado parte de mi o quizás soy otro ser engendrado por mis ideas de escapar de casa y hacer mi propio destino, un ser concebido en el desierto a mano de mis captores para nacer en una tierra nueva donde el principio de la vida es la madre de las ideas solo que ahora no siento miedo no siento dolor ya no siento tristeza. Hoy pienso que el mundo debe sentirse avergonzado cuando pregona la paz celebrando grandes fiestas con banquetes mientras un niño en Sierra Leona toma agua contaminada con petróleo y nunca ha visto la luz eléctrica. En ese momento mis pensamientos fueron interrumpidos por una hermosa mujer completamente vestida de blanco que ingresó a la sala donde me encontraba, al verme se dirigió hasta mi cama yo quedé impactado ante su belleza su cabello era radiante como piedras de oro su piel blanca como la luz de la mañana y sus ojos azules como la inmensidad del océano, sentía algo muy extraño en mi estómago me acosté de lado colocándome en posición fetal y presione fuertemente mi estómago con mis antebrazos y manos para controlar aquella extraña sensación que sentía supuse en ese momento que era producto del hambre ella me miró con mucha dulzura colocando su mano en mi maltratada espalda por los azotes recibidos durante mi viaje. — Olwen ¿Tienes hambre? Cuando hablaba de sus ojos podía verse salir destellos de luces brillantes como los rayos que atraviesan las nubes durante los días nublados. Yo intente decirle mi nombre pero mi voz casi no salia. — Tranquilo Olwen no te esfuerces por hablar, mi francés es muy malo — Sonriendo nuevamente mostrando sus hermosos dientes entren sus labios rosados. Yo solo quería levantarme y agradecerle por su caricia aquellas suaves y frescas manos me hicieron volver el tiempo, solo mi madre me daba palmaditas en la espalda cuando era muy niño. Con el tiempo le pregunté a mamá porque ya no me daba esas dulces palmadas en mi espalda durante las mañanas ella contesto. — ¡Hijo ya está grande! — con mucha dulzura — Mamá pero si aún me encantan — Respondí muy confundido Ella lloró durante unos minutos incrementando aún más mi estado de confusión hasta que paro de llorar y me dijo: — Yaru solo lo hacia para que no despertaras antes de la hora de la comida — Mientras hablaba su mirada se iba cubriendo con mucha tristeza. — Pero madre ahora es igual y permites que me despierte — le dije aún más confundido. — Lo se hijo ahora eres más fuerte, yo te despierto para que me ayudes a conseguir algo de comida antes de que tus hermanos despierten — su rostro volvía a cubrirse de lágrimas. En ese momento le abracé mientras ella me daba palmaditas en la espalda. La chica saco una jeringa y otras cosas yo me resistí al ver la aguja. — Tranquilo no tengas miedo, soy tu enfermera el doctor se encuentra algo ocupado me pidió que te hidratara. Su voz era tan dulce que no podía evitar sentir confianza y seguridad me pinchó con su jeringa luego la dejó sujeta a mi antebrazo con adhesivo después conectó la vía ubicada en mi antebrazo a una bolsa con un contenido transparente que colgaba de un tubo junto al lado de mi cama. — ¡Descansa! Pronto vendré a verte nuevamente — fueron las palabras de aquella dulce joven. Aquella mañana transcurrió lentamente ya no recordaba la comodidad de dormir en una cama a pesar de sentir fuertes dolores en los riñones y columna no quería levantarme, cuando desperté me dijeron que dormí durante muchos días aunque para mi no ha sido así ya no se ni quien soy quizás me he vuelto loco. Esperé toda la mañana y no volví a ver aquella hermosa joven, por la tarde llego nuevamente aquel hombre que estaba justamente cuando desperté acompañado de otro. — Olwen el es tu médico tratante yo soy un enfermero me encargaré de ser su interlocutor el Doctor no habla francés. Extrañamente aquel hombre me seguía confundiendo con mi amigo en algo si tenía razón no podía entender nada de lo que decía el Doctor. — Dice que es tu médico tratante además que te ha visto progresar desde que llegaste, cuando te recogieron del mar llegaste en muy mal estado, él dice que eres un milagro — me explicó el enfermero. Luego el doctor habló en privado con él y se marchó dejándome con el enfermero. — Olwen debes tomar está pastilla antes de comer tu primera comida de lo contrario te dolerá mucho el estómago. Entregando en mis manos una cápsula y un vaso con agua yo reí a carcajada aquel hombre no tenía ni idea que mis secuestradores me daban de beber agua contaminada con petróleo, de comer heces de camello mezcladas con heno y leche de cabra descompuesta, me miró con mucha tristeza y exclamó: — Tranquilo Olwen mañana te examinará un psiquiatra. Sin duda alguna creyó que yo estaba loco, luego se marchó y regresó con un recipiente que contenía algo que olía muy bien y me dijo: — Esta taza de sopa de garbanzos con vegetales y pollo te ayudaran a sentirte mejor, pruebala esta deliciosa Intente tomar la sopa acostado y el enfermero me dijo: — ¡Olwen Por favor! Trata de sentarte en tu cama yo te puedo ayudar. Colocó en mis piernas una mesita de plástico que se abría e introdujo la cuchara en la sopa y luego en mi boca, aquella sensación caliente me recordó nuevamente a mi madre. — ¡Yaru! ¡Yaru! Es la hora de comer. En mi aldea realizabamos tazas de comer sopa con los frutos de una planta que crece en la sabana. Sin darme cuenta me termine la sopa, el enfermero sonrío de alegría y exclamó: — ¡Ya vengo espera aquí! — regresó de inmediato. En sus manos trajo un vaso de cristal hasta arriba de líquido nuevo para mi así que recordé lo que me decía mi amigo de viaje. — "Del otro lado del Mediterráneo hay cosas que nunca has visto y probado" Sujetándonos para no caer al mar en medio de una tormenta que amenazaba con hundir nuestra balsa de mentira. De pronto una lágrima salió de mi ojo derecho de forma involuntaria y mi enfermero me trajo de vuelta a mi tiempo y espacio. — ¡Olwen! ¡Olwen tranquilo que ahora estás a salvo! — me dijo aquel hombre como si leer mis pensamientos pudiese. Llegó la tarde y la joven de cabello dorado no regresaba pero volvió nuevamente aquel hombre con comida entonces pensé ¿cuantas veces come esta gente? Ahora lo intente yo mismo tome con mis manos aquel gran trozo de carne luego lo introduje en mi boca mas una cuchara de granos y un trozo de pan sin aún haber masticado la carne pero solo conseguí atorar me y mi enfermero intervino. — ¡Pero Olwen! Que haces, ¿a caso te quieres ahogar? Escupe todo eso ¡vamos! — Y acercó a mi el cesto de la basura. Yo hice algo que pensé que no haría jamás escupir mi comida en ese momento comprendí la verdadera fuerza de los estímulos ambientales, hace unos meses comería hasta el vómito de alguien ahora había tanta comida que yo la escupía aquel hombre terminó dándome la comida con mucha tranquilidad y yo que solo pensaban en comer, realizaba un gran esfuerzo para decirle a mi cerebro que fuese poco a poco. Cuando me capturaron nos lanzaban la comida junto con los animales y teníamos que luchar con los cerdos por comer algo entre sus heces y sus grandes bocas, como nuestras manos se hallaban atadas en nuestras espaldas debíamos comer como si fuésemos uno más de ellos. Uno de nuestros captores decía: — "Deben competir por la comida no podemos alimentarlos a todos" Llegó la noche y para ser una isla sentía mucho frío por lo que me arrope con una manta roja que estaba en mi cama una hora después llegó la hermosa chica de cabellos dorados en compañía de otra enfermera y me dijo: — Olwen nos vemos mañana me encanta verte mejor ella te dará de comer — Sus ojos me miraban con tanta dulzura que sin darme cuenta ya no estaba pensando en comida. Creo que ese fue el mejor día de mi vida o de mi nueva vida luego de comer me recosté de lado y cerré mis ojos para dormir. Durante la noche desperté muchas veces con una pesadilla recurrente en la cual me encontraba en un bosque solo y desprotegido sin saber que hacer caminé hacia adelante por lo que pude divisar a lo lejos una silueta entre la maleza cuando me acerqué a esta reconocí a Olwen corrí a él como un niño, el se hallaba muy serio yo me sentí muy extrañado le pregunté porque me miraba de esa manera el muy molesto me advirtió que por nada del mundo contase a nadie la verdad sobre mi nombre o algo muy malo me ocurriría yo me quedé en silencio por unos segundos de pronto una anaconda apareció de la nada y se trago a Olwen. Luego de intentar ayudarlo sin éxito caminé y caminé sin darme cuenta estába de nuevo en España dónde sin importar la advertencia de Olwen le conté la verdad a la policía estos me arrestaron inmediatamente me lanzaron de nuevo al océano dónde fui recapturado por mis captores desperté muy asustado y apenas me quedaba dormido soñaba lo mismo. En mi tribu es muy común hablar con los muertos por lo que algo me decía que Olwen había muerto y hablaba a través de los sueños ¡espero que Olwen este vivo! es el gran hermano que me ha dado la vida no lo quiero perder también. Llegó la mañana y con ella una hermosa visita, la hermosa joven de cabellos dorados me trajo el desayuno junto con una enfermera sin embargo no se quedó mucho tiempo. — Olwen como amaneces Mariza te dará la comida por favor te comes todo — marchándose mientras sonreía. En ese momento yo la llame — ¡Oye! ¿Cómo te llamas? — Me estás preguntando mi nombre que bueno ya tu voz se escucha mucho mejor. — respondió un poco extrañada. — ¡Si! — contesté rápidamente. — Me llamo Salomé luego vuelvo voy a atender a otros paciente — y se marchó. Ese era el nombre más bello que había escuchado en mi vida. Luego recibí la visita de Kolé quien vino con un médico el cual me causó mucha intriga ya que me miraba como si quisiera examinarme pero no me tocó un cabello solo me veía mientras anotaba en una hoja apoyada en una tabla preguntándole cosas a Kolé luego el doctor se macho y Kolé se quedó a conversar conmigo. — El doctor me dijo que tus crisis de ambivalencia afectivas son los síntomas de un Trastorno por estrés postraumático. Ese día Kolé me recordó a mi maestra de matemáticas que aunque le escuchaba detenidamente no podía entenderle nada de lo que decía la diferencia era que esta vez ya no me quedaría dormido así que le pregunte — ¿Que es la ambivalencia afectiva? — ¡Me gusta que hables! Bueno, es cuando una persona se encuentra bien y de pronto cambia su estado de ánimo eso le llamamos ambivalencia afectiva. — Explicandome con mucha humildad. Yo que poco entendí decidí no preguntar más luego Kolé se fue y me recoste un poco durante la tarde recibí una visita que me causó mucho temor, la policía Española vino a preguntarme por mi origen y como llegué a España. Después del almuerzo una enfermera me colocó un tratamiento por la vía que me colocaron en mi muñeca. Luego de terminar me dijo algunas cosas muy pausadamente pero con mucha esperanza apenas se marchó ingresaron dos hombres altos vestidos con sacos de color n***o pantalones negros zapatos negros camisa blanca bajo sus sacos llevaban una corbata negra. Para mi sorpresa uno de ellos hablaba mi lengua perfectamente se sentó en el borde mi cama y me interrogó: — ¡Buenas tardes! Soy el detective Alonxo, el es mi compañero el detective Ramos. El otro levantó su cabeza emitiendo una leve sonrisa. — ¡Mucho gusto señor! Me presenté sin decir mi nombre y aquel hombre comenzó a dialogar conmigo: — Venimos para leerle sus derechos fue rescatado del mar en territorio Español hace casi un mes pronto mejorará y necesitamos que arregle su situación migratoria, ¿Lo entiende? — Yo moví mi cabeza de arriba a bajo. —Afortunadamente tiene sus documentos de identidad y están intactos al igual que sus pertenecias. Saco de su bolsillo un dije y el documento de identidad de Olwen y me lo dió. — Con este documento puede solicitar un estatus de refugiado ahora solo le pregunto ¿Quién era el joven que recogieron muerto del mar con usted? No pude controlar mi llanto, inmediatamente comencé a llorar había perdido mi único amigo mi hermano, recordé claramente que cuando partimos de Egipto Olwen me dijo: — ¡Este dige es como un tesoro! — alzándolo con su mano derecha. — Para ti significa mucho por eso crees que es un tesoro — le pregunté de forma reflexiva. — ¡No Yaru! De verdad es un tesoro si lo llevo a Francia el destino de mi familia cambiará para siempre luego de llegar a París y entregarlo tendré el dinero suficiente para volver volando y traer a mi familia conmigo a Europa. Yo no entendí como un trozo de madera tallado podía valer tanto pero Olwen le cuidaba más que a su vida. — El oficial me llamaba Olwen, Olwen cálmese Tranquilo usted no le hizo nada a su compañero, el murió por deshidratación severa usted es un milagro cuando llegó acá su estado era crítico ¿Bebió agua de mar? — ¡Si señor, le dije rápidamente! — ¿Recuerda cuantos días vago por el océano? — ¡No lo sé señor! Aquellos hombres comenzaron a conversar durante un rato ahora entiendo porque Olwen me dijo que no dijera mi verdadero nombre en aquella pesadilla sin mis documentos de identidad que había perdido en el desierto no podría solicitar el estatus de refugiado de pronto el oficial exclamó: — ¡Olwen! Solo necesito que me diga algo ¿Cómo se llamaba su amigo? Yo guarde silencio por unos segundos y pensé decir mi verdadero nombre sin embargo recordé la advertencia de Olwen en mi sueño entonces tenía la oportunidad de morir y volver a nacer con un nuevo nombre sabía que al mentir sobre quién era realmente podría meterme en muchos problemas pero no había forma de comprobarse mi verdadera identidad. Quizás esa seria mi mejor decisión o fue mi peor error los oficiales me miraban muy extrañamente de pronto llegó Kolé les llamó aparte y ellos conversaban en esa lengua rara que no podía entender el oficial se acercó a mi y me dijo que vendría luego pero yo lo detuve y le dije mi nombre: — Señor me llamo Olwen y el chico muerto era mi mejor amigo su nombre era Yaru nos conocimos camino a Egipto donde fuimos capturados por traficantes de personas y vendidos unas tres o cuatro veces un día decidimos escapar creando un bote de mentira así le llamó mi amigo luego nos aventamos al océano dónde casi perdimos la vida bueno mi amigo la perdió. Mi mirada se quedó perdida en aquel recuerdo los oficiales quedaron pasmados inclusive aquel hombre que no entendía mi lengua ese día comprendí que el idioma no es una barrera que el lenguaje universal si existe es el que habla el corazón de quien lo dice si los hombres habláramos a través del corazón simplemente nos entendiéramos sin importar nuestra lengua. Kolé tenía lágrimas en sus ojos se acercó a mi y me dijo: — Yo también fui capturado en el desierto hace varios años atrás. En ese instante comprendí que aquel hombre y yo compartíamos historias similares los oficiales se marcharon con lágrimas en los ojos yo me di vuelta y me coloque en posición fetal escuché cuando Kolé se marchó de mi habitación como si nuevamente leyera mis pensamientos y entendía que quería estar a solas. Muchos se lanzan al mar ya que es la única salida corriendo a la boca de un gigante león hambriento.

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