Embarazada de... ¡¿Mi Mejor Amigo?!

—El despecho es un maldito —Sonreí sin ánimo, dándole una vuelta a mi asiento de manera más cómoda. —¿Sabes qué fue lo último que pasó?. Sin querer le rocé la mano cuando estaba tomando un trozo de algodón. El castaño carraspeó. —¿Es urgente? Tengo más pacientes que... —Se levantó, tomó sus llaves y se fue ¡se fue!. Rodó sus ojos y en una barrida me colocó una curita en el brazo. —Típico de Christian. Escucha, tengo pacientes que… —Y no conforme con eso, cuando lo seguí, se puso a contarme su vida… —Estoy de turno, pero puedo cambiar con otro doctor, si es urgente. —¿Harías eso? —me detuve —¿Si quieres me voy? Negó. —No, al parecer esto va para largo. Sus ojos esmeralda se detuvieron en los míos, elevó mi falda hasta mi cintura y acarició mis muslos. —Solo veo si tienes lesiones —Musitó en mi oído con tono grave, al escucharme gemir. —¿Quieres que nos vayamos ahora?. Ethan asintió. —Estoy pensando en hacerte una propuesta. Aquello alteró mi sistema, me senté recta de ipso facto y esperé a que continuara, abriendo un poco mis piernas, para que siguiera revisando si tenía lesiones. —Te ayudo a olvidarte de Christian, de Dave y de Aaron… y tú me ayudas a olvidar a Susan. Estamos en el mismo barco. Reí entre negaciones. —¿Te enamoraste?. Se encogió de hombros. —Digamos que quizá le puse un poco de corazón a la única vez que estuvimos juntos. Me sorprendió escuchar eso. Ethan no era de los que se enamoraba nunca. Lo conocía a la perfección como para saber que aquello era algo nuevo. Algo que hacía que nos lleváramos bien, era que ambos podíamos estar con cualquier persona, y no sentir amor o apego, por más buenos que fueran en la cama. Extendió su mano, me miró con una sonrisa ladeada y me guiñó un ojo. —Diversión, confianza y placer… la única regla es cero amor. Eso tú y yo lo manejamos a la perfección. Sexo, placer y cero compromisos. Ese era mi fuerte. ¿Enamorarme? ¡Puff! Sí, claro. Rodé los ojos y tomé su mano, segura de una sola cosa. Eso no sucedería. —Trato hecho.