bc

Devora & Katherine [ Parte II ]

book_age16+
2.0K
FOLLOW
14.4K
READ
revenge
forbidden
second chance
badgirl
brave
confident
enimies to lovers
first love
reckless
lesbian
like
intro-logo
Blurb

Una pesadilla. En eso se ha convertido la maravillosa relación que Katherine creyó tener con Devora.

Ya no hay vuelta atrás, no después de todos los rumores alrededor de ambas y los peores, los que son ciertos: ambas están con alguien más. Eso debería ser alentador, pero lo que Katherine no sabe es cuan herida está Devora y tampoco sabe qué, cuando Devora está herida, lastima de vuelta y le ha prometido unos simples cinco meses como venganza por su corazón roto.

Katherine cree que es solo una broma, pero comienza a entender cuan en serio habla cuando Devora comienza a asistir a clases en su misma universidad y, sin mayor esfuerzo, vuelve a poner su mundo de cabeza, pero con una actitud muy distinta y agridulce que le recuerda que no es la única que no ha podido avanzar.

chap-preview
Free preview
INTRO
                                                                                            Teresa   Estaba tan cansada de todo el romance fallido de Devora y Katherine. Por un lado, siempre supe que iba a pasar y, por otro lado, estaba sorprendida de que pasara. Devora en serio había cambiado y Katherine en serio estaba enamorada, no era un juego ni obsesión de ninguna parte. Me quedé por más de un mes escuchándola arrepentirse de haber sido la que decidió terminar. La vi dejar de sonreír de la misma forma en que dejó pasar las fiestas de fin de año ahogada en lágrimas. Seguía tan enamorada de la maldita esa que incluso me hacía llorar. Yo no lo decía, pero creía que Katherine era la culpable, incluso creía que ella también lo sabía. Según lo poco que me había contado sobre el quiebre entendía que se debía al hecho de que Devora no quiso contarle qué diablos había pasado entre Kevin y ella. Eso sin contar que Devora le envió un mensaje a la vieja Karen en el cual, en resumidas cuentas, delataba a Katherine. Pero cuando le pregunté si la enfrentó sobre lo último, Katherine dijo que jamás le preguntó. Parecía descabellado que Devora le hiciera una jugada así de sucia después de todo y yo, que no quería ponerme de su lado, si consideraba que Katherine fue la que actuó imprudentemente y peor, actuó imprudentemente con la persona a la que amaba. A pesar de tener una postura, no perdí mi tiempo con esos debates. Fui un par de noches al bar para ver los dos lados de la historia y el otro se veía muy bien. Estaba tranquila, sonriente, destrozando elásticos de bragas y siendo Devora Wigmore, igual que siempre. Jamás hablamos cuando estuve ahí, pero más de una vez la vi mirándome con duda, como esperando que trajera a Katherine escondida en mi bolso. Ella podía ser muy ruda y orgullosa, pero sabía que, al igual que Katherine, estaba muriéndose de amor. Era casi estúpido que estuvieran alejadas. Tener la versión de Katherine se sentía como tener el mapa a un tesoro valioso en Kitty’s Bra. Los rumores se habían esparcido rápido y la primera semana lo supe: Devora había vuelto con su ex, la bastante bellísima Allison Harris. Estaban viviendo juntas e incluso había rumores de matrimonio. No le mencioné nada a Katherine porque no quería verla destruida por completo. La miraba cuando se sentaba en el balcón de su cuarto, en ese lugar parecía que la depresión se manifestaba aún más. Su brillante y ondeado cabello rubio ahora era opaco y despeinado. Sus ojos brillantes estaban rojos y unas gloriosas ojeras se habían establecido bajo ellos. Sus labios que solía mimar con labiales frutales ahora estaban secos y blancos y, por último, debía decirlo, la chica no dejaba de comer. Tenía un trasero enorme que ya no caía en sus ajustados jeans. En una de esas noches en que ella le daba todo el volumen a Radiohead y se abrazaba a sus piernas, la miré. Si eso era el amor, yo no quería vivirlo. — ¿Ella se ve feliz? Su pregunta me atrapó volando bajo y obviamente tardé en responderle. No podía decirle la verdad, era dolorosa así que traté de ocultar un poco. No darle muchos detalles. —Se ve como siempre, Katherine. Como si nada hubiera pasado. Unas cuantas lágrimas corrieron por su rostro después de eso. No quería ni imaginar cuánto le dolería saber todo lo que estaba pasando fuera de la comodidad de su cuarto. —Necesito verla—levanté mi vista y la miré sin poder creerlo—. Solo una vez más. Mentía. Yo no necesitaba ser un genio para notarlo. Ella, muy en el fondo, tenía la esperanza de que Devora llegara en su elegante corcel-moto y la salvara de todo eso, pero la chica no lo haría. Demonios, ni siquiera yo lo haría. —Katherine... —Por favor. Solo una vez más. Pensé en todos los pro y contra en un solo minuto y me sentí casi estúpida por también albergar un poco de esperanza en que si, tal vez todo se arreglaría si se vieran en persona. Así que acepté llevarla. Bajamos las escaleras y nos encontramos con su madre, alias, la perra que, por cierto, no le hablaba directamente desde esa noche en que Katherine cometió una seguidilla de errores que la había dejado en la posición que estaba ahora. Pero eso no justificaba que su madre fuera una perra. — ¿A dónde vas? —A casa de Teresa. Obviamente no le creyó, pero tampoco se interpuso en nuestro camino. Podía estar molesta porque su hija era lesbiana, pero de todos modos la había escuchado preocupada por ella, susurrando en los rincones y pidiéndole a Josh que fuera un intermediario. Sabía que ese par se reconciliaría tarde o temprano, pero realmente esperaba que ella diera la mano a torcer, no Katherine: ella no había hecho nada malo. Afuera de Kitty's Bra comencé a dudar todo ¿Qué tal si Devora estaba cogiéndose a una chica encima de la barra? Lo sé, podía ser más explícita que una canción de Nicki Minaj. —Escucha, Katherine. Debí decírtelo antes, pero, este... —demonios, ¿Cómo decirlo? Maldición, maldición—. Devora ha vuelto a ser la misma de siempre—rápidamente me volteé para mirarla a los ojos—. Ha levantado su reputación una vez más. No deberías entrar ahí. Solté la respiración y me sorprendí al no verla llorar, pero pude ver que si le había dolido. A mí también me dolió cuando lo supe ¿Cuan loco era eso? Aun así, ella se mantuvo fuerte y se puso su chaqueta porque la lluvia no había cesado. —Debo verla. Me bajé del auto y caminamos lado a lado como la primera vez. Sentía sus nervios y casi me los contagiaba. Una vez adentro mirábamos la barra, incluso a lo lejos divisé a Megan y Chocolatito haciendo sus malabares, también vi a Kelly en una esquina sirviendo una ronda a un grupo de chicas y luego, a unos cuantos metros, estaba Devora. Miré de reojo a Katherine que no podía despegarse. — ¿Suficiente? Negó con la cabeza y vi como sus ojos se convertían en agua acompañados por una sonrisa melancólica que hizo que mi corazón se apretara. Estaba tan enamorada. —Se siente igual que la primera vez. Sonreí porque, curiosamente, yo recordaba igual de bien ese momento y el dolor de cabeza que me provocó. Volví a mirar a Devora que reía sobre algo que gritaba Chocolatito a sus espaldas y luego se dio la vuelta completa para mirarse con su compañera de trabajo y reír aún más. —Te dije que todas vivían con un corazón roto para contarlo. La miré cuando asintió aun abstraída en Devora como si estuviera, de alguna manera, viéndola por primera vez. —Es tan hermosa, como una fotografía. Sigo sintiendo todo con solo verla, sin importar qué. Es la única que con el tiempo no ha perdido su color. Suspiré porque en verdad esa chica no estaba enamorada, estaba a otro nivel más arriba si las cursilerías se le daban tan bien en la mitad de un bar y un cuadro depresivo. Quería darle esperanzas sobre su futuro, pero ni siquiera yo podía imaginarla enamorada de alguien más. De repente se soltó de mi brazo y la vi caminar a la barra. Miré todo el momento muy atenta por si necesitaba de mi ayuda y eso pasó cuando vi que alguien la tomó de la muñeca y la jaló hasta los baños. Era Allison. Corrí para atraparlas, pero el lugar estaba colapsando en chicas que no me dejaban avanzar y una vez que las alcancé ya era demasiado tarde. Allison había dicho todo y me dio una mirada que casi se sintió como un regaño. Luego se fue y dejó a Katherine ahí, llorando y a punto de caer sobre sus rodillas. Pensé que al verme estaría molesta, pero me abrazó y me pidió que la sacara de ahí. Camino a casa miré por la ventana para distraerme de la rabia al ver que la salida no sirvió de nada y yo seguía sintiéndome culpable. La lluvia hacía que todo simplemente se viera y sintiera peor. — ¿Lo sabías? —la sentí mirándome, pero no pude dejar de ver al frente. Estaba tan molesta respecto a todo así que solo asentí—. Debiste decírmelo. —Intentaba decirte cosas para que te levantaras de esa maldita depresión. No te diría algo que terminaría destruyéndote más. —Gracias, Teresa. Yo solo...no esperaba que me olvidara tan rápido. Nos miramos una décima de segundo antes de que ella bajara del auto y se fuera caminando a su casa, sin mostrarse afectada por la lluvia. Esa era nuestra mayor diferencia; yo odiaba la lluvia y el dolor, pero Katherine amaba la lluvia y enfrentaba el dolor incluso cuando era advertida.                                                                                                  Allison Jamás pensé que, después de todo lo que pasó entre Devora y yo, las cosas estarían calmadas alguna vez. Debía admitir que cuando aceptó quedarse en casa me hice todas las ilusiones que alguien podría hacerse. Desde que la conocí hasta el presente no dejé de amarla ningún día, ni siquiera mientras hacíamos la guerra. Devora simplemente era de esas personas que dejan huellas enormes y, al parecer, muy pocas personas dejan huellas en ellas. Pero esa Katherine Mendler no solo había dejado una huella, dejó heridas, dolor y todo un desastre irreparable. Devora me sonreía siempre, también a Cody y para muchos parecía todo en orden, pero yo la conocía. Era muy buena haciendo creer eso, pero estaba muy mal si creía que  me engañaba cuando vivíamos bajo el mismo techo. La vi muchas veces sufriendo y por mucho tiempo fui la única persona que supo qué era lo que realmente le pasaba a esa chica que siempre sonreía sin importar qué. Ahora estaba un poco celosa al darme cuenta de que con Katherine se abrió nuevamente, pero aun así mi odio hacia ella era mayor que los celos. Sentía que la chica era idiota ¿Por qué demonios se había esforzado tanto por conseguir la confianza de Devora para después dejarla por una estupidez? En cierto punto durante esos cinco meses, creí que la chica podía ser la indicada e incluso creí que tal vez por eso Devora y yo no habíamos funcionado. Quizás el destino la estaba reservando para Katherine y finalmente podría ser feliz, pero no era justo. Yo estaba ahí cuando Cody se dormía y Devora escapaba al patio para que nadie la viera. Lloraba en silencio hasta que el frío era demasiado y entraba de regreso para sonreírme y volver a la cama como si nada hubiera pasado. Yo estaba ahí cuando sonaba alguna canción y ella guardaba silencio por el resto del día y estaba ahí, compartiendo mi cama, mi vida, todo solo por un poco de afecto que ella no estaba dispuesta a darme. Pero no me dolía eso. Me dolía que ella estuviera sufriendo y que fingiera que en verdad no le dolía. Pensaba en eso cuando la miraba en la barra, bromeando con sus amigas y sirviéndoles copas a las chicas que llegaban como pirañas a su lado. No me sorprendía. Desde que la conocí tenía un encanto muy particular que causaba ese efecto. Si la metías en un grupo de chicas guapas ella jamás sería la más guapa de todas, pero si sería a la que elegirías. Tenía una hermosa mirada café y una sonrisa que sonrojaba a cualquiera, pero eso era solo el principio y ella no tenía fin. Entre el grupo de chicas me sonrió y me guiñó un ojo, pero no quise hacerme una más del montón. Me di la vuelta y caminé en busca de los baños, pero no esperaba encontrarme a Katherine a mitad de camino. La sangre me hirvió a altas temperaturas y lo único en lo que podía pensar era en que no permitiría que Devora la viera por nada en el mundo. Así que la tomé de la muñeca y con fuerza la arrastré hasta los baños, lejos de la vista de Devora. — ¿Qué demonios crees que haces aquí? Verla de cerca fue un poco fuerte. Recordaba a la pequeña muñeca Barbie sinónimo del brillo y la perfección, ahora que la veía parecía alguien muy distinta. Incluso sentí una puntada en mi pecho al recordar cómo me veía yo después de que el huracán Devora pasara por mí. —Allison, yo...solo quiero hablar con ella. Intenté superar la lástima que sentí por ella y me enfoqué en que sentía por Devora. —No tienes nada que hablar con ella—la vi poner los ojos en blanco y darse la vuelta, pero yo no la había soltado de la muñeca—. Aléjate de mi novia. Lentamente ella se dio vuelta. De inmediato me encontré con sus ojos y me sentí culpable de hacerla llorar. Era una niña aún y no estaba lista para todo lo que podría llegar a vivir con alguien como Devora. —Ustedes... ¿Volvieron? —El día después de que ustedes terminaron. Vi el momento en que las lágrimas corrieron por su rostro y no pude aguantarlo por mucho. La solté y di un paso atrás, fue cuando Teresa llegó y me ahorré las ganas de maldecirla porque debió decirle y evitar eso. Me alejé de ellas y me quedé mirando desde lejos hasta que se fueron. Agradecí que Devora no la viera, pero aun así la imagen de ambas llorando seguía paseando en mi cabeza e imaginar lo que tuvieron como para llevarlas a ese dolor no me hacía sentir muy bien. Necesitaba un trago y con mucho esfuerzo llegué a la barra. La mismísima Devora me atendió junto con regalarme una sonrisa y un beso en la mejilla. — ¿Dónde andabas, entre pierna de fuego? —la golpeé en el brazo y ella soltó una risa escandalosa. Odiaba ese apodo y odiaba el doble que siguiera usándolo cuando sabía que yo lo odiaba—. Ok, lo siento. Asentí y miré el reloj de la pared marcando las dos de la madrugada. La clientela no había disminuido para nada, seguía aumentando y yo comenzaba a pensar que esas chicas no dormían de noche. — ¿Puedes creer que es lunes? —Culpo al happy hour—me sonrió, pero no pude sonreírle de vuelta—. ¿Qué sucede? Dudé un poco antes de hacerlo, pero como siempre, sentía que debía decirlo. No era buena guardando secretos. —Katherine estuvo aquí. Una parte de mi esperaba verdadero desinterés, pero mi corazón se rompió un poco más cuando vi la desesperación en su mirada mientras la buscaba entre la gente. Bajé la mirada sintiéndome un poco más estúpida, pero ella no tardó en sostener mi mentón y hacer que la mirara. —Bueno, han pasado cosas más interesantes por aquí. —No debes fingir conmigo, Devora—me soltó y se alejó un poco—. Sé que estás herida, pero ella no está mejor que tú. ¿Qué pasó realmente? —No me interesa, amor. Lo único que lamento es el tiempo perdido. Mentía. Obviamente se arrepentía de algo, tal vez de lo difícil que le resultaba confiar en la gente, tal vez de no haber dado todo por esa chica, pero sabía muy bien de qué no se arrepentía. Ella no se arrepentía de amarla, ni siquiera de seguir haciéndolo.  No se arrepentía de ningún segundo.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Omega

read
100.2K
bc

Explicit

read
106.4K
bc

Nirella

read
1.1M
bc

La hija del duque

read
248.0K
bc

SUMISA POR ACCIDENTE

read
366.8K
bc

Mi Luna, mi humana, mi compañera.

read
242.2K
bc

[+21] BLACKGOLD ©

read
68.7K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook