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4998 Words
-Se venderán como pan caliente, ya verán chicas.- ánima Claudia, termina de doblar las últimas blusas y las mete dentro de la bolsa. -Amén.- responden todas. -Me acaba de responder Shop29, quiere comprar una docena en varias tallas.- anuncia entusiasmada Sol. -Le diré a Jall, que nos lleve primero allí, luego pasamos a Girlpower para dejar el resto.- asiente de acuerdo Candela. -Vale, que bueno que hicimos una para nosotras, deberíamos ponerles el logo del taller. -Estoy de acuerdo.- Claudia. -También yo.- Margarita. -Me dice Jall que está afuera, vamos.- toman las cajas con las blusas. Salen juntas a encontrarse con Jalilah. -Mucho pedido?.- les pregunta al verlas con tantas cajas. -Sí, ya tenemos todo vendido.- sonríe felices todas. -Qué bueno chicas, ¿Cómo está, señora Claudia?.- saluda a la madre de su amiga, está la abraza de vuelta. -Bien y tu Jall, ¿Cómo te va? -Bien bien, ¿Qué tal el trabajo con Can? -Ya sabes cómo es, bastante ajetreado. -Lo se.- ambas sonríen. -Dejen de hablar de mí, vamos. Se hace más tarde…- suben al coche de amiga. -¿Dónde primero? -Shop29, Mónica está ansiosa por ver las nuevas prendas, ya las publico para mañana. -Andando. Jall las deja en frente de la tienda, y espera a que dejen las cajas en ella. Las chicas vuelven luego de un rato. -Vamos a Girlpower, a entregar las últimas. -Vale, ¿Qué dijo Mónica? -Le encantaron, dejo una para ella. Mañana me avisa como le va con estas. -Qué bueno. Hacen el mismo procedimiento en la otra tienda, al final deciden ir juntas a comer algo. -¿Ya saben que van a llevar para la playa?.- pregunta ansiosa Jalilah. -Si más o menos.- responde primero Sol. -¿Playa?.- pregunta la madre de Candela. -Sí, iremos a la playa, todas con unos amigos para febrero mamá. -No me habías comentado nada, ¿Qué fecha?. -Para los carnavales, solo será una semana.- aclara Margarita. -Sí, mamá.- sonríe. -Ok, diviértanse entonces.- sigue comiendo tranquila. -Volviendo al tema, ya escogieron los trajes de baño, yo estaba pensando en comprar unos. Los que tengo ya están bastante viejos.- lamenta Jalilah. -Yo también quiero unos nuevos.- comenta Can. -Deberíamos ir de compras.- sugiere. -Yo me hare el mío.- opina Margarita. -Podemos ir a verlos en las tiendas, y si no nos gustan cualquier cosa los hacemos, bueno los hacen ustedes.- opina Jall. -Estoy de acuerdo con ella, no es lo mismo hacerlo que comprarlos. -Vale.- terminan de comer luego de un rato. Pasan dejando a la mamá de Candela en su casa, luego a Sol y Rita. -Can… -Que… -Crees que vaya mi hermano. -No sé, él es tan diferente a ti.- dice pensativa. -Creo que le gustas. -¡¿Qué?!.- grita sorprendida.- Acaso estás loca, yo gustarle a tu hermano, primero vuelan las vacas.- sonríe divertida. -Sé que suena loco, pero lo he pensado mucho y creo que es así, no me creas si no quieres. Pero lo poco que lo conozco, y como te ha tratado estoy segura que es así.- la mira boquiabierta. -Tú perdiste la cabeza Jall. Apúrate a dejarme en casa.- su amiga ríe. -No te pongas así, mi hermano es un buen partido.- alega. -Lo buen partido es verdad, pero todo se va al carajo con su actitud engreída y pedante.- responde cortante.- No lo menciones más. Ok. -Ok.- vuelve a reír pero no dice nada. -Gracias por traerme. Y por todo, descansa.- se despide. -No es nada, nos vemos mañana. -¿Mañana?. -Sí, iremos a ver los trajes de baños y otras cosas. -Ahh, vale. Entra a su casa distraída en sus pensamientos tan confusos. No puedo gustarle Zayd, es un error. “Ash abandona mi mente Turco idiota”. Se va a dormir con esos pensamientos tan delirantes. “Playaaa” Victor| Holaa, como se preparan para el viaje? Jhean| No seas molesto Vic, aún falta… Sebastián| Dos días, idiota, no ves el calendario. Margarita| Hola Victor. Sebastián| Por qué tu saludo solo va dirigido a Victor??? Candela| Porque ustedes están peleando. Es obvio, hola Victor… Yo ansiosa de ir a la playa, necesito broncearme. Victor| Quiero ver esoooo Jalilah| Hola a todos, yo también quiero ver eso ami… Margarita| Estoy preparada. Sebastián| No seas tan seria, ¿puedo ponerte el bloqueador solar, Margarita? Victor| Sebas, déjala en paz. Sol| Ya se lo coloco yo, tranquilo. Jhean| Eso sería más entretenido de ver. Sebastián| Eso suena mejor Candela| ¿Todos activos? Jalilah| ¿Por qué Nayn no está en este grupo? Victor| No tengo el número de tu novio, disculpa. Jalilah| Como conseguiste el mío? Victor| Candela me paso varios… Jalilah| No se te ocurrió pedir el de mi novio, jumm. Victor| Ehhh Candela| Agrégalo ahora, y listo Victor| Valeeeeee. Jalilah| Contacto “Novio” Victor| “Contacto nuevo agregado Nayn” Jalilah| Graciasss. Sol| Bien, todos activos para la playa, confirmen. Jhean| Si. Sebastián| Sí. Margarita| Sí. Nayn| Sí. Jalilah| Sí. Candela| Sí. Zayd| Si. Victor| Sí. Sol| Sí. Confirmado el viaje. Victor| Hasta ahora apareces Zayd, ya casi te sacaba del grupo amigo. Zayd| No seas idiota, de quien es la casa a la que van… Sebastián| No seas presumido Jhean| Como nos vamos al aeropuerto. Jalilah| Pasare por los que me quedan cerca, incluyendo a mi novio Sol| Pasas por mí y Rita, y quien más…? Margarita| Vale. Candela| Por mí debes pasar….. Jalilah| Tu no me quedas cerca, además con nosotros 4 ya cargamos el carro, recuerda que no es tan grande, sorry. Victor| Yo puedo pasar por ti Candela Candela| Te quedo cerca? Victor| Un poco, además puedo pasar por Sebas Jhean| Yo iré por sebas, Zayd? Victor| Yo paso por Zayd también, te parece amigo? Zayd| Ok. Sol| Resuelto entonces. Adiós, Hablamos luego tengo cosas que hacer. Candela| Yo igual, bai. Buenas noches. Jhean| Buenas noches. Zayd| Buenas noches. Margarita| Adios, buenas noches. Sebastián| Bye bye! Nayn| Buenas noches! Jalilah| Buenas nochess! Victor| Hasta pronto, buenas noches! Fin de la Conversación >  Candela| Buenos días, nos vemos en el aeropuerto! Le da a enviar el mensaje luego de pensarlo varias veces. Termina de armar su maleta, cuando suena el teléfono. Tal vez se despertó muy temprano. Jalilah| Por qué envías tan temprano Can, eres loca? El vuelo es a las 10am. Nayn| Buenos días… Candela| Es que no había hecho la maleta, sorry. Sol| Buenos días, también desperté temprano Margarita| Buenos días, ya estoy lista. Candela| Yo estoy muy ansiosa. Sebastián| Buenos días amigos Jhean| Siempre tienes que ser tan cursi sebas, buenos días. Zayd| Buenos días. Candela| ¿Victor? Sebastián| Ni idea Candela| Aun estará dormido? Jhean| Él para nada es impuntual. Zayd| Lo llamare… Sol| Nos vemos en el aeropuerto, bye. Jalilah| Hasta luego. Sebastián| Ok. Luego de un rato, todos envían listo por el grupo que crearon en w******p, se preocupa por Victor quien no da señales de vida. Decide enviarle a Zayd. “Conversación privada” Candela| Localizaste a Victor, no responde mis mensajes. Zayd| No responde. Candela| Ok.- ni loca le decía que no tenía como irse, prefería pedir un taxi. Zayd| Pasare por ti. Candela| Ya pedí un taxi… Zayd| Voy llegando a tu casa, no veo ningún taxi cerca. Candela| Vale… Zayd| Te aviso cuando este afuera. Candela| Ok Zayd| Luego pasamos por casa de Victor a ver si está allí, te parece. Candela| De acuerdo. Zayd pasaría por ella y luego irían por Victor, él no respondía, ojala lo pudieran encontrar en casa, para no ir sola con él en el auto. Se sentía nerviosa de solo pensar que ya llegaría, que haría en la playa una semana, se mantendría lejos, pero no demasiado para que no resultara incómodo. Zayd| Estoy en frente de tu apartamento.- observa el mensaje sin responder y decide salir. Sabía que su amiga notaba lo nerviosa que la ponía su hermano, ash a quien quería engañar, desde que lo vio en el bar le atrajo, pero ella no era buena coqueteando. Ash porque tenía que fijarse en un hombre como él, frio, solitario y amargado, le resultaba molesto. Y para más su amiga lo tenía que invitar, no pintaba nada bien ese viaje. Salió de su casa y él ya la esperaba fuera del coche, se veía bastante bien con esa bermuda beige, franela blanca y vans, y si a eso le sumaba los lentes de sol negros y esa pose, se lo comería, pero esa no era su realidad, él estaba prohibido para ella por muchas razones, que ahora no quería pensar. -¿Necesitas ayuda con la maleta?.- lo mira mal, hasta mal educado se ve hermoso. -Hola. Estoy bien, gracias.- lo saluda de mala manera ella. La mira divertido, eso es nuevo piensa, además desde cuando él le sonríe así. -¿Cómo estás?.- pregunta al quitarle la maleta de las manos y montarla en su coche. -Bien como dije, ¿tú?.- pregunta devuelta. -Bien.- suben al coche en silencio. -Vamos por Victor?.- pregunta dudosa. -No, me llamo que tuvo que ir a otro lugar antes, que luego nos alcanza en el aeropuerto, por?.- dice tratando de parecer casual. -Ya.- asiente.- ¿Puedo poner algo de música? No me gusta el silencio.- explica. -Claro, adelante. -Gracias.- pasa varias emisoras hasta que escucha una que tiene a “Guaco” le gusta. Tararea las canciones, casi imperceptiblemente, sin que lo note su acompañante, cantar le gusta, pero no que la escuchen hacerlo, no se le da muy bien. No tardan mucho en llegar al aeropuerto, y ya están todos allí, menos Victor. Si era cierto entonces, piensa. Saluda a sus amigas, a los hombres, si, definitivamente todos son guapos. Ella estaba bastante normal, nada llamativo, unos shorts, una franelilla, unas sandalias y sus lentes de sol, su cabello solo lo ato en una cola alta, bastante floja. Mira a Zayd de vez en cuando y él está bastante entretenido con su móvil, bueno todos lo están menos ella, y Jalilah que esta con Nayn. -Lamento llegar tarde, hola a todos.- saluda un sudoroso Victor.- Tuve que correr desde la entrada, pensé que perdería el vuelo.- suspira cansado. -¿Estás bien?.- le pregunta Candela, intrigada. -Si preciosa, tuve que hacer unas cosas en casa de mi madre.- explica sonriente.- Pero ya estoy acá, podemos irnos. -Aun no anuncian el vuelo, calma amigo.- lo frena Sebas. -Bueno en ese caso, iré a comprarme algo de beber. Hace calor, y estoy sediento, me acompañas Can.- ella asiente y se va junto con él hacia el área de comida. -¿Todo bien?.- le vuelve a preguntar, porque tiene que ser tan curiosa. Sonríe divertido. -Todo está bien, porque piensan que algo debe estar mal, cálmate mujer.- llegan a un cafetín, ordena un batido de chocolate para ella, y uno de galletas para él. -Gracias. -A la orden.- caminan devuelta. -Me vas a decir.- la curiosidad la está matando. -Como sabes que tengo algo que decirte. -Vamos, suéltalo.- lo pincha con los dedos. -Vale, bueno primero lamento haber dicho que iría por ustedes temprano, y no haberlo hecho.- su disculpa la toma por sorpresa y lo mira confundida. -Como, no entiendo. Explícate.- pide amablemente. -No tuve nada que hacer, solo te deje sola con Zayd porque pensé que ustedes necesitaban limar esas asperezas que todos notamos, para que en el viaje no se maten el uno al otro.- amigos tenían que ser. Su sexto sentido no le mentía, y ella pocas veces se equivocaba con sus presentimientos. Sonríe, tiene razón. -Ok. -Solo, ok.. No estás enojada, ni un poco. -No, pero si quieres que me enoje, puedo hacerlo. -Vale vale, todo bien entonces. Vamos, a lo mejor nos deben estar esperando. -VUELO 415 CON DESTINO A LA ISLA DE MARGARITA, PUERTA 6°.- apenas escuchan el llamado corren deprisa a área de abordaje. -Casi vamos por ustedes.- suelta Sol, Zayd los mira más de lo que debería. Ella lo nota pero lo ignora con éxito, debe dejar esa atracción atrás, nada bueno puede salir de eso. Suben al avión, cada uno en sus puestos, Jall decide sentarse al lado de su amiga, y Nayn junto a su cuñado, no se llevan mal, pero tampoco son los mejores amigos. Jalilah toma una revista, y ella decide leer un rato. Mientras llegan, gracias a Dios es un vuelo corto, nada de estar horas sentadas en el avión, se pierde en su lectura. -BIENVENIDOS A MARGARITA, POR FAVOR ABROCHAR SUS CINTURONES PARA EL ATERRZAJE. Apenas bajan del avión, toman su equipaje, y se dirigen a la parada de taxis. Suben a varios, el recorrido por la isla es bellísimo, hasta que llegan a la casa que alquilaron por eso días, está cerca de la playa, y cerca de la plaza. -Bueno, esta casa tiene 6 habitaciones, cada una su baño incluido.- anuncia Victor. -Jhean vienes conmigo.- se apresura Sebastián. Él elegido asiente de acuerdo. -Ok, van los primero. -Yo iré con Nayn, obvio.- Jall toma su equipaje y espera que su novio haga lo mismo, y se van juntos. -Margarita, vamos.- dice Sol. -Bien, quedan tres habitaciones, y quedamos nosotros tres,  Zayd vienes conmigo o prefieres estar solo? -Solo, gracias. -Tú, Can, vienes conmigo.- le pregunta en tono de broma, a lo que Zayd voltea incrédulo. -Ya quisieras. Nos vemos al rato.- toma sus cosas y pasa por un lado de ellos. -Tranquilo, no quiero nada con ella. Me agrada, te vendría bien si la aceptas.- le dice como si nada. -No sé de qué hablas.- se hace el loco, su amigo ríe. -Pronto sabrás de que hablo, nos vemos luego.- pasa por su lado riendo. Más le valía andarse con cuidado, al parecer todos notaban cosas que el no. Se metió en la habitación que le toco, desempaco algunas cosas, se puso unos shorts de baño, salió a la playa. Caminar un rato lo ayudaría a despejar su mente, o eso creía él, hasta que vio a Candela en un traje de baño tirada a la orilla de la playa, a lo mejor ella también necesitaba distraerse. Se acercó lo suficiente para observarla, tenía una piel bonita, no tan clara, con algunas pecas regadas, sus curvas lo tenían cautivado, es que esa mujer era perfecta, no podía dejar de mirarla, se iba a acercar más y al intentar hacerlo tropezó y casi cae encima de ella. -Para la próxima me tomas una foto.- lo mira divertida, allí esta su sonrisa. -No te estaba mirando.- se defiende. -Claro, dile eso a tus ojos.- se acerca dudosa.- ¿Quieres caminar conmigo? -¿Caminar? -Sí. Se supone que debemos llevarnos bien, para que no nos matemos el uno al otro, al parecer incomodamos a nuestros amigos.- le explica recordando lo que hablo con Victor. -Uh.- asiente contrariado. -Estas bien? -¿Por qué lo preguntas? -Por el tropiezo, no te hiciste daño en el pie.- mira su pie y niega. -Estoy bien.- caminan juntos por un largo rato en silencio, contemplando la playa. -No confundamos las cosas, vale. Seamos amigos estos días, ya en casa podemos volver a odiarnos.- sugiere. -No te odio. -Eso es bueno, podemos llevarnos bien. Los días en la playa siempre suben el ánimo de cualquiera. -Ok.- caminan hasta llegar a un dique de rocas de playa, ella toma asiento en la arena, no espera que el la siga, observa la vista sentada, relajada, plena. Lugares así, son los mejores en el mundo. -Puedes sentarte si quieres, o puedes irte también si así lo prefieres. Yo estaré acá un rato más, me relaja la vista.- cierra sus ojos, sintiendo la brisa en su cara, su cabello, su cuerpo. -Te acompaño.- mira al mar pero no le resulta tan atractivo como a ella, hace tiempo dejo de prestarle tanta atención a su alrededor, no le importa si está en la ciudad, en la playa o en la nieve, le da igual. Pero que ella aprecie esto, le hace ver la diferencia que hay entre ellos. -Cuando era niña, mis padres nos trajeron a la playa, a mis hermanos y a mí, y Camila casi se ahoga por mi culpa, desde esa vez no me volví acercar a lo profundo. No es que tenga miedo al agua, al contrario me encanta, pero no tolero no pisar el fondo, ahora solo estoy en la orilla y allí la disfruto.- cuenta pensativa. -Uh.- no dice nada. -No me gusta estar en silencio, por eso te cuento esto.- lo mira esperando que él diga algo, pero no lo hace.- ¿Cuantas veces has venido a la playa?.- lo mira directamente a los ojos esperando una respuesta, se da cuenta que tiene mucho parecido con Jall, son hermanos después de todo. Cejas pobladas oscuras, ojos negros, sus pestañas también son pobladas, sus labios son rosados, tiene las facciones más bonitas que ella a pesar de que sus ojos son claros no tiene las cejas tan pobladas ni mucho menos las pestañas, todo en su rostro parece perfecto, hasta su sonrisa. -He venido varias veces, nada del otro mundo. No tengo una historia traumática, ni nada.- dice estoico. -Uh, yo si tengo muchas historias de playas, ríos, y varias más… pero no eres muy buen oyente, ni hablador.- suspira sin mucho ánimo. -Soy bueno escuchando.- repica.- Pero no tengo nada que añadir a la conversación. -Eres aburrido… Vamos, volvamos…- se dispone a caminar y él la sigue en silencio. -Tú eres el alma de la fiesta… -A veces sí, depende de con quien este…- contraataca. -Ya veo, conmigo como eres. -Con todos soy igual. -Te comportas de manera diferente conmigo. -Claro que no, intente ser amable desde que nos conocimos, incluso hasta ahora lo sigo haciendo, pero tú eres demasiado cuadrado para notar eso, estás en tu mundo, y no te gusta que se metan en él, eres tú y solo tú. ¿Me equivoco? -No, me gusta mi soledad, me molesta que se metan en mi vida, me molestan las personas demasiados metiches. -¿Qué? -Eso eres, muy metida. Desde que te conocí me di cuenta de eso. -Perdón… no te sigo, cuando quise meterme en tu vida. -Cuando invitaste a esa molesta chica para que estuviera conmigo en la fiesta de Jalilah, acaso no lo recuerdas.- suelta una carcajada. -Es enserio.- dice en medio de la risa.- Solo lo hice para molestarte, fue ese día nada más. -No me gustan las bromas de ese tipo. -Lo sé, a ti no te gusta nada. -Te equivocas, hay muchas cosas que me gustan. -No te conozco… -Es por eso exactamente que no deberías decir cosas de mí. -Solo opino de lo que veo.- la detiene del brazo, con una pregunta que sale de sus labios sin pensarla, ni muchos menos analizarla. -¿Qué ves?.- que carajos le importa a él su opinión, ya es muy tarde para retirarla. -Un hombre que tiene miedo de la vida, tienes un pasado que estas intentado borrar, estás cansado de todo.- sus ojos lo traspasan, y por alguna razón le molesta que diga todo eso, a pesar de que sabe que es verdad, no le agrada que ella lo descifre de esa manera. -No puedes asegurar que así sea.- le contesta molesto. Ella suelta su mano y vuelve a caminar. -Nos vemos luego.- porque siempre abre su bocota de metiche. Sale de allí antes de que él le diga que lo es. Queda plantado allí en la entrada de la casa, se fue sin más, ella no le respondió, tan fácil de leer es, enserio transmite eso. Victor los observaba desde adentro, y pudo darse cuenta de que Candela le dijo algo que lo dejo allí pensativo y sin moverse, ¡Ay! A su amigo cuanto le hacía falta vivir de verdad. Espera que Can entre a su cuarto para cercarse a él. -Todo bien.- pregunta al llegar a su lado. -Sí, eso creo. -Te veo mal.- palmea su hombro, y toma asiento en las sillas de playa que se encuentra en el porche de la casa. -Victor.- lo llama dudoso, su amigo voltea a verlo.- Cuando me ves, crees que estoy cansado?.- su amigo lo mira sin entender. -¿Cómo? -Nada, olvídalo.- camina a su habitación distraído. -Pronto dejaras de estar cansado.- piensa en voz alta Victor sin ser escuchado. >  -Vamos a la playa, luego podemos comer pescado, y de allí salimos a caminar por ahí.- sugiere Sol. -Estoy de acuerdo con ella, me apetece broncearme.- asiente Jall. -Vale.- todos se ponen de acuerdo para salir. 15 min después. -Candela no vas a bañarte.- pregunta curioso Victor, ella asiente, y Zayd los mira interactuar desde su silla. -Sí, pero no todavía. Quiero tomar el sol primero, luego ponerme protector solar para entrar al agua. -No deberías colocarte primero el protector y luego hacer eso.- pregunta confundido. -Me gusta así, además quiero broncearme.- sonríe. -Vale, necesitas ayuda con el protector.- sugiere mirando a su amigo que no les quita la mirada de encima. -Te lo diré cuando sea el momento.- acepta pensando que será el quien se lo coloque, pero su sonrisa pícara la deja un poco confusa. -Seguro que Zayd no tendrá ningún inconveniente en hacerlo él, yo ya voy al agua.- se va dejándolos solos, ella lo fulmina con la mirada, pero el ya no está. Se voltea en la toalla, dispuesta a tomar el sol. A lo mejor ya no se meta al agua, desde ayer no habla con Zayd y duda mucho que él quiera ponerle una mano encima. Zayd observa sus movimientos cuidadosamente de no ser descubierto, y es que ella tiene un cuerpo muy bonito, esbelto en las zonas adecuadas, y sus piernas están bien tonificadas, a lo mejor hace ejercicio, piensa. Vuelve la vista a su celular, tuve que dejar a cargo a su asistente en el Castillo, y aparte también en su negocio, mira de vez en cuando a Candela esperando que le diga cuándo ponerle el protector solar, pero en vista de que continúa allí sin decir nada, ni moverse, toma la iniciativa él, que puede pasar. -Me avisas cuando quieras que te ayude.- trata de sonar tranquilo y sin mucho interés. Ella voltea a él al escucharlo. -¿Lo haras?.- pregunta. -Sí… si tu quieres.- esa mirada tan profunda la deja descolocada. -Vale. Toma este.- le pasa un protector color rosa. -¿Dónde necesitas…- no termina la frase, porque ella ya está tomando las tiras de su traje de baño para soltarlo en la espalda. Traga grueso, ya no lo esperaba pero verla hacerlo es otra voz, bendita mujer. -En toda la espalda…- susurra nerviosa. Se recuesta completa y espera pacientemente a que el haga su trabajo. -Ok.- toma la crema, y se hecha en las manos, la riega por su espalda cuidadosamente, de no tocar ni muy abajo, ni muy cerca de su cuello. Masajear su espalda en esta posición le resulta muy íntima, y muy provocativa. Cuando fue la última vez que estuvo con una mujer, trata de concentrarse en su tarea, pero es que su cuerpo no lo deja pensar coherentemente, incluso su temperatura corporal ha subido. Ella parece disfrutar el masaje, incluso suspira. -¿Listo?.- pregunta si querer que pare. -Listo.- se levanta de su lado. -Espera, podrías hacer el lazo nuevamente… -Ok.- toma las dos tiras a los lados, y las anuda rápidamente. -Gracias.- se levanta, y se coloca un poco de protector en la cara, los brazos, y listo. -De nada.- la observa guardar todo en su bolso. -¿No vienes al agua?. -Aun no. -Vale. Se aleja en dirección a sus amigas, pero no llega a ellas quienes están todos juntos más allá de la orilla, se sumerge hasta mojarse completamente, y se queda allí, sola. Ya no le resultaba buena idea meterse al agua, al final estaba sola, por lo menos en la arena estaba Zayd, y los chicos no parecían verla aun. -No quieres acercarte a ellos?.- lo mira sorprendida de verlo a su lado, no espero que se acercara nuevamente. -No me gusta estar sin los pies en la tierra. -Cierto… -Ve tú, adelante.- lo alienta. -No te dejare sola. -Vale. Ella vuelve a sumergirse en el agua, y sale luego de un rato. Por su cuerpo se desliza el agua. Zayd la observa en silencio, como haciendo algo tan simple se ve tan hermosa. “deja de mirarla se regaña mentalmente” vuelve su vista a sus amigos que están jugando con una pelota. Están bastante lejos de ellos. -Deja de pensar tanto, solo vive el momento. Preocúpate luego.- escucha a su lado. Asiente sin saber que responder, y es que ella tiene el poder de dejarlo sin palabras. No entiende porque ella le resulta atractiva, y no tan molesta desde aquella vez en el club. A quien quiere engañar, es obvio que le atrae físicamente. La mira morder sus labios, al parecer es un tic nervioso, o lo hace cuando esta distraída ha notado. -¿A qué te dedicas?.- su pregunta no le sorprende y sonríe, su trabaja le encanta. -Soy confeccionista, junto con mi madre, Sol y Margarita. -Por eso estabas en el Castillo, aquella vez.- afirma. -Sí, estábamos en medio de una idea. -¿Cómo te fue? -Bien, vendimos todo. -Qué bueno. -Sí.- ella vuelve a sumergirse, al parecer le encanta hacerlo. Espera pacientemente a que vuelva emerger del agua, pasan unos segundos y mira el agua extrañado, “Sal ya” piensa. Nada. Siente como algo toma su pierna debajo del agua y se ríe, enserio va a intentar hundirlo a él, que mide y pesa el doble que ella. Espera que hale, pero no lo hace, al rato deja de sentir su mano, se alerta, algo no va bien piensa. Ella ya debería haber salido. Se sumerge en el agua, y no la ve. Sale a la superficie, y mira alrededor nada no está. “que se hizo” mira a la orilla y tampoco la ve. Vuelve su vista al mar la ve, está intentando nadar hacia su dirección, esa tonta. Espera que regrese, pero ella por más que lo intente no lo logra, su rostro parece cansado y molesto. Recuerda su historia sobre no gustarle estar sin tocar la superficie, y como no volvió a nadar, en su mente hace clic, no puede. Idiota. Nada hasta llegar a ella, toma su mano hasta traerla hacia su cuerpo, y ella se pega a él, como una sanguijuela. -Pensé que no vendrías ayudarme.- susurra en su oído. -Lo siento, había olvidado tu fobia al mar.- susurra devuelta.- Sube a mi espalda.- hace caso, y se sube a su espalda con más fuerza de la necesaria. Pensaba que iba a ahogarse y el no parecía darse cuenta. Nada hasta la orilla con ella a cuestas. Cuando baja de su espalda que intenta caminar se queja y casi cae a la arena, Zayd la sujeta de la cintura. -¿Estas bien?- niega confundida, mira su pies molesta. -Me he cortado. -Eso fue lo que paso, entonces. -Pise algo debajo del agua, cuando tome mi pie la corriente me arrastro, y al salir de la superficie estaba lejos. -Ahora entiendo.- dice más para sí. -Turco idiota, no pensabas salvarme.- dice molesta. Él la observa sorprendido, pero en vez de molestarse ríe. -Claro que lo hice. -Me viste por un largo rato en el agua, como es que no ibas por mi.- intenta soltarse de su agarre, pero el no la deja.- Suéltame, debo vendarme el pie. -Yo te llevo… -Como me vas a …- sus palabras quedan suspendidas, cuando él la toma de las piernas y la lleva cargada hasta las sillas. -Espera un momento.- lo ve dirigirse a la mesa, tomar una botella de agua y una toalla. -Que vas hacer. -No es obvio.- toma su pie, y vacía el agua en él, lo seca con la toalla, y la herida no es de alarmarse.- Necesitas una bandita y listo.- sonríe. -Gracias, me iré. Dile a todos.- se levante, tomas sus cosas, camina lista para irse pero su pies no quiere colaborar, le molesta. -Espérame, iré contigo. No pareces estar bien con ese pie así.- toma sus cosas también y la sigue. -No diremos nada?.- lo mira indecisa. -No es necesario, ellos están bastante lejos de la orilla, no volveré al agua. Probablemente si voy tú ya no estés.- camina sin esperarla, porque sabe que tiene razón. -No es necesario, puedes quedarte si quieres. -Vamos.- ignora su comentario sin problema. Ella parece decidirse si ir o no, al final lo sigue. -Estoy bien, solo es una cortadita de nada. -No parece… -¿Por qué te preocupa tanto?.- pregunta. -Tú harías lo mismo si fuera al revés.- asegura. -No. -Estoy seguro que sí, hasta lo que he visto de ti, eres así. -¿Cómo soy?.- pregunta curiosa. Lo mira esperando su respuesta. Titubea con su respuesta. -Eres una buena chica, con carácter, y buena amiga…- casi suelta otra cosa sin pensar. -Algo más?.- su mirada le dice que tiene otra cosa en mente, pero parece no querer soltarlo. -No. -Se sinceró.- lo toma por el brazo.- Yo fui sincera contigo ayer, hazlo tú también, no me voy a molestar.- suspira sin saber si ser sincero o no, “deja de pensar tanto, preocúpate después” sus palabras resuenan en su cabeza, tiene razón. Mañana tal vez piense en las consecuencias. -Eres de las mujeres que valen la pena, trabajadora, buena persona, buena amiga, decente, que defiende lo que cree y si a eso le sumamos tu belleza, podría decirse que eres la mujer perfecta..- su sinceridad la deja pasmada, incrédula, lo mira inquieta.  
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