Entramos a una posada y nos duchamos y vestimos apropiadamente, la lluvia no cesaba así que debíamos esperar a que la situación cambiara.
-Hace mucho tiempo que no teníamos lluvias así –comentó la dueña de la posada en la pequeña sala de recepción
-Parece que las cosas van a mejorar ahora –respondió una joven que la acompañaba
-¿Qué los trae por aquí? –dijo la señora dirigiéndose a nosotros
-Venimos a buscar a unas personas con que queremos hablar
-Conozco a todo aquí en el pueblo, ha sido mi hogar desde que todo esto comenzó a construirse
-¿Había un lago en aquella dirección? –apunté con la mano
-Es triste como poco a poco se fue secando, cuando comenzaron a construir las casas trajeron máquinas enormes de las que salían mangueras de gran tamaño, sacaban grandes cantidades de agua
