Capítulo once
“La búsqueda"
La furia azotaba el conjunto playero de la península, ya hacia un buen rato en que volvió la manada y grande fue su sorpresa al ver a Camila tirada en el suelo inconsciente, y eso no fue lo peor...¡No!, sino que Aquamarine no se encontraba por ningún lado.
Como si se la hubiera tragado la tierra.
Jace apretó con enojo sus puños, el olor de su amada se camuflajeo perfectamente con el de otra cosa al igual que Madeline.
Estaba ardiendo en rabia por no poderla rastrear.
—Lo intenté, pero Madeline ya no es humana y su fuerza es mucho mayor al punto que de solo un golpe me noqueó—la voz de Camila se oyó apagada.
La culpa estaba consumiendo su subconsciente de a poco por no haber impedido el s*******o.
—Hicistes lo que pudiste, la verdadera culpable es Madeleine—habló Matthew con tono molesto, puesto que le lastimaron a su impronta.
—No puedo creer que le hagan eso a una persona tan buena y noble como Aquamarine, ella ni siquiera sabe muchas cosas—comentó Julián con tristeza por el destino de su querida amiga.
Jace apretó la mandíbula tratando de controlar esa sensación tan envolvente de enojo en su interior, ya no se podía casi ni controlar en cualquier momento pasaría de fase a su lado lobo.
Él no lo perdonaría.
«Se han metido con el tesoro más valioso del mar, es mejor que la salven o desatare mi furia sobre vosotros»
El hombre lobo por un segundo se quedó petrificado de miedo al escuchar aquella imponente voz masculina susurrarle en el oído, volteó de forma rápida para buscar con la mirada al causante de esas palabras, pero grande fue su sorpresa que no había nadie a su lado.
«Ella es la princesa del mar, tú deber es protegerla, vino aquí por ti, porque escucho tus súplicas y el gran deseo que tenías de ser amado»
Jace abrió los ojos con sorpresa a tal punto que su rostro mostró perplejidad al oír tales palabras, nunca pensó escuchar aquello, es más creía que Aquamarine solo se había perdido y tenía una secuela de amnesia.
—Yo iré a buscarla, no puedo dejarla sola—dijo Sami en un tono determinado.
Jace frunció el ceño de manera involuntario pero por un segundo sintió celos de que él más pequeño de la manada le robara a su amada princesa del mar, muy dentro de su ser deseaba que fuera solo suya por toda la eternidad.
Ya estaba seguro de una cosa y era que se ha enamorado profundamente de Aqua.
—Debemos dividirnos en tres grupos de búsqueda, unos al norte y este mientras los demás avisamos a los jefes principales—dio cada indicación Matthew como alfa que es.
Matthew estaba muy molesto porque lastimaron a su impronta embarazada, dado que Camila ese mismo día le ha dio la noticia a él.
No obstante, el rostro de Jace denotaba que no le había gustado para nada eso de trabajar en equipo y menos el hecho de que Noah junto a Sami este en su grupo de búsqueda para hallar a Aquamarine.
—¿Porqué Madeline está haciendo todo esto?—pregunto Sami después de un gran rato en silencio.
—Sencillo es una envidiosa que no quiere ver feliz a nadie—respondió Noah, a la vez que encogió los hombros sin más.
Jace se mantenía en completo silencio necesitaba encontrar a su impronta sana o la irá del mar caería sobre ellos.
Sin embargo, el dulce aroma a la brisa de la playa chocó contra sus fosas nasales, ese es el particular olor que desprende su amada princesa; de cierta manera aquello quería indicar que Aquamarine había pasado por ese lugar.
—¿Huelen eso?— la voz de Jace resonó impaciente entre los arbustos del bosque.
El inconfundible olor a maresia
Los tres hombres lobos se miraron entre si, esa era la pista que tanto estaban deseando para ir tras la princesa del mar.
Jace se le pasaron miles de ideas locas para castigar a los dos culpables de tal barbaridad, a pesar que en el fondo le tenía un gran aprecio a Madeleine por todos los momentos que compartieron juntos, pero ella había tomado esa decisión, de volverse su enemiga mortal.
El chico olfateo un par de veces buscando el olor de su amada o algo que lo conducirá a ella como el aroma de hace un momento, pero para su mala suerte se volvió a perder con ese petulante escencia.
—¿Crees qué podríamos separarnos para cubrir más espacio?—le pregunto Noah, volteando a ver al mayor de todos.
Jace de cierta manera lo vio de una manera positiva para salvar a AquaMarine, además de poder seguir solo buscándole sin ningún estorbo, por lo cual solo asintió con la cabeza en modo de aprobación.
—Pero el alfa nos indico que no lo hiciéramos, chico—habló el menor con un toque de inseguridad.
Tanto Noah como Jace enmarcaron un ceja sin poder creer lo que acababan de oír, por lo que el Winston no pudo evitar reírse.
—Sami, el alfa no está en este momento y no nos va a pasar nada si nos separamos a cubrir mas terreno—le respondió Noah con mucha paciencia.
Jace simplemente nego con la cabeza por lo absurdo de aquella conversación y lo peor es que estaba perdiendo tiempo valioso para poder encontrar a la princesa del mar, he impedir que el océano desate su furia.
Él Winston comenzó a caminar sin prestarle atención a los otros dos chicos, solo siguió hacia adelante dónde provenía el olor de AquaMarine hace un rato, tal vez con la esperanza de encontrarla.
«Dame una sola pista, señor del mar para poder encontrarla» pensó el hombre lobo con impaciencia.
No obstante, un profundo aroma a sal marina lo cautivo era casi parecida a la de AquaMarine pero l diferencia era que la de ella es más dulce y está es lo opuesto.
⟨⟨Sigue el aroma y lograrás encontrar a nuestra princesa⟩⟩
Otra vez una voz lo había alertado, pero está vez estaba agradecido porque por fin la encontraría...
Continuará...