La puerta se cierra y el silencio se adueña nuevamente de la oficina. Entonces decido reproducir una canción en mi Smartphone para no sentir que el mundo se detuvo y sólo yo estoy en movimiento.
Este fin de semana fue bastante movido. Y triste, si soy sincera.
Mi corazón roto, volvió a doler por razones estúpidas y la verdad, creo que podría odiarme a mi misma por esto. Me llegó esa invitación que se suponía tendría mi nombre escrito.
Hace unos años, era una romántica como las de las películas. Así como la princesa esa que viaja del cuento de hadas al mundo real y piensa que los pajaritos le van a hacer de despertador. Y como nunca tuve amigos o una relación seria, cuando lo conocí creí que era el amor de mi vida.
Fue un amor tan apasionado.
Pero en realidad, lo que yo consideraba p
