Esta semana, Simón pensó que iba a ser más escandalosa, pero en realidad, todo estuvo demasiado tranquilo. Habló con Sofía acerca de la amenaza que hizo Richard en frente del ascensor, pero ella no le pasó importancia. Cree que es demasiado cobarde y sólo está intentando asustarla, pero ella no vio lo que él sí. Los ojos de ese hombre, definitivamente estaba hablando en serio. Por eso, decidieron esperar y ver. Más que eso no pueden hacer. La ley no estaría de su parte, si todavía no hizo nada, no hay nada por lo que acusarlo. De todas formas, Berenice ya volvió al trabajo, así que ahora deberán ser más cuidadosos para que no los atrapen. Se acabó el almorzar juntos sin razón, el tomarse de la mano en la oficina, e incluso todo eso relacionado con las felaciones en pleno horario

