Mi Hermanastro es el Jefe

Capitulo 01.| ¡Todo ha sido mi culpa!

POV : LIZZIE.

[Siete años después...]

— Humm sí, Café. — Dije para mí misma al inhalar el humo que emanaba de la gigantesca taza de café que me servi antes de sentarme en mi escritorio.

Cerré mis ojos para darle un sorbo y por un segundo no existieron todos los problemas que me rodeaban, las deudas de la compañía a mi cargo, ni la separación de mi ex novio Frank.

Facturas, abogados, comidas, terapeuta... todo desapareció en ese breve instante de explosión de sabor. Solo un segundo de placer al dar esa probada a mi primera taza del día.

Abrí mis ojos y dejé el placentero café junto a mi ordenador para mirar la pantalla, era el momento de revisar mis correos.

"De vuelta a tu realidad Lizzie"

Pensé al mismo tiempo que me activaba de nuevo, solo que mi corazon se aceleró al ver el correo de Grupo CARPER. La última firma con la que intento conseguir una contratación.

La emoción desapareció de un plumazo cuando leí sus nuevas condiciones, ellos tenían la intención de elevar sus precios a los que ya habíamos acordado para cerrar el negocio.

— ¡Hijo de su puta madre! — Escupí con ira mientras escribía una respuesta a su correo, dónde le exigí al Ceo de la compañía de la forma más educada que no fuera un desgraciado.

También le recordé lo que OMEGA CORP, la compañia de mi padre (Ciro Marshall) había realizado por su firma en cada evento de primavera desde que ellos iniciaron.

Si, se que era un acto muy bajo vivir bajo la sombra de mi padre después de tanto tiempo pero estaba desesperada.

Giré mi vista por el escritorio en cuanto terminé de escribir y sonreí al ver la foto familiar que tenía conmigo siempre.

La tomé con mis manos para admirarla por un instante, la verdad es que los extrañaba un montón.

Hacía casi dos años que me había mudado de mi ciudad natal, la razón fue; que el día en que culminé la universidad, papá entregó a mi cargo una extensión de «Techint Ingeniería» para continuar con el legado de los Marshall.

— ¿Todo bien, Liz? — Preguntaron detrás de la pantalla de mi ordenador.

En cuanto levanté la vista, me fijé que se trataba de mi prima Laurent, la hija mayor de mi tío Lucius.

Estaba supervisando mi trabajo mientras daba un sorbo a su bomba de azúcar disfrazada de capuchino.

— Si — Dije con una sonrisa. — Solo estoy recordando viejos tiempos. — Ella sonrió sin hacer más preguntas, era una mujer muy segura de si misma con una personalidad increíble.

— Laurent, prometiste dejar de consumir azúcar.... — Giró la vista, pues siempre se enojaba cuando salía a relucir el tema de su sobrepeso pero a mí lo único que me importaba era su salud.

— Y lo haré, Lizzie, mejor cuéntame ¿Cómo vas con el trato de los CARPER?

— Esta vez fue mi turno de desviar la mirada, no estaba segura si debía mencionar que las cosas se están complicando demasiado.

«Pensé mientras respiraba profundo, al final decidí no comentar nada.»

— Todo está bajo control, Lau. — Le digo. — Yo te haré saber si surge algún cambio.

— ¿Y los avisos al personal? ¿Los enviaste?

— Tienes los borradores en tu correo esperando a que le des un vistazo. — Laurent asintió y resopló. — me encargaré ahora mismo, se dirigió hasta la puerta de mi oficina pero antes de salir habló nuevamente.

— No olvides organizar el evento de la siguiente semana para la mesa directiva.

Mi tío Ciro nombrará al nuevo presidente de la compañía. Si este nuevo contrato sale bien, podemos recuperar su confianza en nosotras.

— ¡Dalo por hecho! — Aparenté serenidad pero la verdad es que me sentía un tanto intranquila.

Digamos que durante estos años he llevado una vida de muchos excesos, lo que implicaba comidas en los restaurantes más lujosos de la ciudad, diversión en los mejores antros, muchas citas y encuentros casuales....

"Ah y el vino" como olvidar algo tan suculento. En fin una serie de distracciones que me han hecho perder un poco el control, algo que a mis padres no le agrada especialmente a papá quien hace menos de un mes amenazó con quitarme la compañía para entregarsela a alguien más "responsable".

Alguien que llegue a la oficina a las 6:am.

¡Ni siquiera Dios se levanta tan temprano! De cualquier manera se que no es capaz de hacerlo.

Volví a centrar mi atención en la pantalla del ordenandor y abrí mis archivos de trabajo para crear una nueva presentación, conseguiría el contrato con el grupo CARPER del modo que sea.

— Voy a demostrarle a papá que tambien soy buena en esto.

Incluso más que... — me frené al darme cuenta que estaba apunto de mencionar el nombre de mi mayor enemigo.

Su recuerdo seguía doliendo igual que antes, pero de alguna manera me las había arreglado para sacarlo de mi vida todo este tiempo y no iba fallar en aquella promesa que me hice un día.

[...]

Después de trabajar sin parar durante días por fin tenía lista mi presentación, estaba segura de que tendría éxito.

Hice un leve estiramiento para aliviar la tensión en mi cuello y me di cuenta de que ya pasaban de las 10 de la noche, seguramente no quedaba ni un alma en el piso, rápidamente tomé mis cosas y salí de mi oficina mientras iba en el elevador revise los mensajes en mi móvil.

Para mí sorpresa mi mejor amiga, Alba, me había texteado más de cinco mensajes.

***

Alba 10:05 P.M : Hey chica rubía ¿dónde estás?

Alba 10: 08 P.M : Hellooo ¿Hay alguien allí?

Alba 10: 21 P.M : No puedo creer que no me contestes.

Alba 10 39 P.M : Te has vuelto una anciana...

Alba 10: 43 P.M : Estoy en el "Paradise" con un par de amigos, no seas aburrida, así que trae tu platinado trasero hasta aquí en este instante Elizabeth Marshall.

***

Aparté la vista del móvil con indecisión, mañana era el día de mi presentación para el grupo CARPER. Es una reunión importante pues de ella dependía mi estadía en la constructora, había invertido mucho tiempo en este trabajo y deseaba que todo saliera perfecto.

Pero por otra parte...

Mi cuerpo estaba cargado de estrés.

Qui-zas... Si acepto salir un rato eso me ayudaría a despejar mi mente, no creo que una copa y algo de música me haga daño.

¡Si, eso es!

No hay nada de malo con relajarse un poco.

Antes de subir a mi auto envié un mensaje a mi amiga y me dispuse a conducir hasta aquel antro.

Yo 10:57 P.M; Estuve trabajando, querida. ¡Estaré allá en treinta minutos!

[Al día siguiente...]

Me di la vuelta en la cama, gimiendo al notar una corriente de aire frío colándose entre mis sábanas. Tenia una fuerte resaca y las piernas me dolían, creo que irme de fiesta no fue la mejor idea.

Desbloqueé la pantalla de mi móvil y vi que tenía una cantidad considerable de notificaciones.

La mayoría eran de mi prima Laurent.

Sorprendida abrí su primer mensaje y me dispuse a responder, entonces me di cuenta de la hora.

«¿Son las 11: 30 Am?»

— ¡Carajos! — Me levanté tambaleandome de la cama, en busca de cualquier cosa para arreglarme no era posible que casi fuera medio día.

¡Dios santo! ¡¡La presentación!!

Respirando hondo trate de calmar mis nervios y estar lista lo antes posible. Mientras iba camino a la constructora no dejaba de repetirme que todo saldría bien, sin duda podría poner manos a la obra y dominar la reunión por completo, solo era una pequeño retraso.

Cuando llegué a mi despacho ya eran las dos de la tarde, el panorama no lucía muy bien para mí.

— ¡Jefa! —mi asistente gritó con todas sus fuerzas apenas me vio cruzar las puertas de mi ascensor privado. — La señorita Laurent la ha buscado como loca. — Me ayudó a reacomodar el dobles de mi falta.

— ¡Venga! La presentación comenzó hace media hora. Todos están esperando por usted.

— Eh.... Ocurrió un imprevisto esta mañana, una emergencia familiar, Eva. — Me excusé haciendo todo lo posible por mantener una expresión seria y disimular.

Aunque para ser honesta pude detallar que el resto del personal en el piso comenzó a murmurar en cuanto les di la espalda.

Al pasar la puerta de la sala de juntas, seis pares de ojos me observaron fijamente.

— Vaya, hasta que por fin tenemos el placer de verla, señorita Marshall. — Jacob Carpenter, el presidente del grupo CARPER se burló de mí mientras observaba su reloj.

Quité mis gafas de sol para dirigirme al resto de ejecutivos pero la luz de la oficina nubló mis ojos durante un par de segundos.

¡Agggg!

— ¿Es consciente que se ha retrasado un par de horas, señorita Marshall?

— Si. Y quisiera pedirles a todos una disculpa por mi retraso, Veran hoy no ha sido un buen día y...

— No tiene que preocuparse señorita Marshall. — un m*****o del comité me detuvo a mitad de la frase.

— Oh, muchísimas gracias por su comprensión, señor Welck.

Sigamos entonces.

— No.

Parece que usted no ha entendido, señorita Marshall. — Insistió de nuevo el hombre. — No debe preocuparse por su presentación, porque ya hemos tomado una decisión. — sentenció.

— Declinamos la negociación. No estamos interesados en nada que tenga que ver con Techint Ingeniería. — Dijo con frialdad y se levantó de la mesa.

Seguidamente los otros ejecutivos lo siguieron.

— Pero... ¡Oigan no pueden irse así! — levanté la voz tratando de mostrar desacuerdo con lo que había sucedido pero no sirvió de nada.

Incluso Laurent me veia con ojos acusadores.

«Parece que se esta vez me excedí» ¡Acabo de perder mi última oportunidad!

— Oye, Laurent... ¿Acaso tú también me dejas? ¿A dónde vas?

— Ahora no, Lizzie. Ya hiciste suficiente. — Pasó por mi lado enojada al igual que el resto de los demás.

— ¡Carajo! — Me quejé antes de lanzar los folders con mi presentacion sobre la mesa. — ¡¿Por qué todo me tiene que salir mal?! — Me reprendí a mi misma pues acababa de poner una sentencia en contra de mi.

A papá no le agradará nada.

De nuevo voy a decepcionarlo, joder.

— Toc, toc. — Dice alguien desde la puerta.

— ¿Jacob? pensé que te habías marchado. — Le digo tratando de recomponerme.

— Bueno, susy me gustaría hablar algo contigo en privado, querida. — Fruncí mi entrecejo cuando lo ví acercarse a mi con demasiada confianza.

Además, el tarado dijo mal mi nombre igual que siempre.

— Ok, puedes tomar asiento. — señalé una de las sillas pero un discreto sonido de su garganta indicaba que no es lo que quería.

— Iré directo al punto preciosura. — Agarró mi muñeca y casi sentí su aliento en mi cuello. — Existe una manera en la que yo podría pensar en la posibilidad de cerrar este trato con la compañía. — Se lamió los labios y de nuevo se recostó a mi...

Está vez sentí la evidencia en mi muslo de lo que realmente buscaba el degenerado.

— ¿Entonces, podemos llegar a un acuerdo ahora mismo sobre esta mesa?

— Mi columna tembló con disgusto mientras él me lanzaba miradas lascivas.

—¡Que te parece si te vas al demonio, Jacob! — Inmediatamente le di un rodillazo en su entrepierna. — ¡Cerdo!

Tomé la delantera y salí corriendo hacia mi despacho, luego de eso no pude mantenerme concentrada el resto de la tarde, estaba con la cabeza plagada de preocupaciones así que decidí volver a mí casa.

Me sentía frustrada, derrotada y enojada.

¡Todo ha sido por culpa mía!

«Definitivamente este día no puede empeorar»

No he terminado de pensar esas últimas palabras cuando la pantalla de mi móvil se enciende con una llamada de papá.

«Oh, no»

***

— Hola, papi. — Respondí con tranquilidad.

— Elizabeth...

¿Cómo es posible que hayas perdido al grupo CARPER? — Fue directo al punto.

— Papá, verás, se presentó un inconveniente.

— Claro, un inconveniente en "Paradise". — Me responde y por el tono en su voz, se que está decepcionado.

— Bueno papá, tienes razón, pero lo de "Paradise" es algo diferente. También sucedió algo con Jacob Carpenter que me molestó mucho...

— No, Elizabeth. ¡No voy a escucharte!

Tu madre y yo estamos cansados de tus excusas hija..

— ¡Pero papá!

— Te hemos consentido demasiado, y te has vuelto una niña mimada.

Ya es hora de que te tomes las cosas en serio. Estamos hablando de tu legado y el de tus hermanos, ¡Por Dios!

Esta vez voy a tomar acciones...— Me trago la bilis para no responderle y me apresuré a colgar la llamada.

***

No estaba de humor para una discusión con papá en este momento.

De seguro el día de mañana se le pasará el enojo y todo volverá a ser igual que antes.

"Conozco a papá, va a ceder igual que siempre".