Capítulo 4

2386 Words
JORDAN WOLKE. — Siiii, —¡Oh Siiii! —Oh, sí, señor MORDASHOV… — Jordán gimió en su habitación vacía, solo con el sonido de su intimidad mojada. Solo se escuchaba el sonido de su respiración ultra agitada por un hombre mayor, y en silencio, antes de acabar, las imágenes de lo que podría pasar inundaron su mente, hasta que el vibrador hizo magia. Era su tercer orgasmo de la noche y no lograba sacarse las imágenes de una revista en donde apareció su jefe en ropa interior. Todo su interior palpitaba, y el deseo y la lujuria la consumían poco a poco. Se imaginó siendo follada en su oficina, por un Alexei dando embestidas duras mientras rogaba por más y más duro, y con él vistiendo uno de sus costosos trajes de diseñador que dejaban ver sus dotes. Posteriormente, ella misma se pone de rodillas frente a su jefe con la erección de su profesor entre sus labios, chupando con esfuerzo mientras el magnate movía sus caderas de forma armónica y nunca perdiendo el control. Mientras recibía todo el placer de su empleada, mientras él le repetía una y mil veces que excelente. En su fantasía, él la subiría a su escritorio cuando ambos hayan tenido su satisfacción y la premiaría por ser tan buena complaciendo. Pero algo dentro de ella quería experimentar el ser castigada por ser tan desobediente por hacerlo dejar su trabajo de lado. La una o la otra, quería experimentar. Jordán, y aceptaría, obediente y dócil. Cuando su orgasmo terminó y sus deseos amenguaron un tanto más, no desaparecieron. Su mente regresó al presente, la regresó al pequeño cuarto que alquilaba por un bajo precio. Estaba acostada sobre su propia cama, desnuda y con su vibrador, regalo de su amiga Kelly, y unas sabanas mojadas en nombre de Alexei MORDASHOV. Se pasó la mano por su frente y suspiró por lo que había hecho. Magnífico, genial, lo que me faltaba, llevaba solo dos semanas y media, ya estaba teniendo fantasías con mi jefe. Pero no podía evitarlo. Ese hombre era la masculinidad hecha persona, su seguridad, su personalidad autoritaria, pero sin llegar a ser abusivo, Jordán es incapaz de sentirse consumida por los deseos que le generaban su jefe. Si tan solo él me viera de la misma manera que yo lo hago. Pero cierro mis ojos y respiro hondo para poder calmar la tormenta que se forma en mí, como el hombre pensaría en mí de otra forma si ni siquiera recordaba su encuentro en la capilla aquella noche. Bájate de esa nube, Jordán, él jamás podría fijarse en ti, menos de esa forma. Al menos en todo el tiempo en aquella empresa, él siempre había sido agradable, porque no tenía problemas, ya que lograba terminar con sus obligaciones con tiempo. No sabía cuánto tiempo alguien se tardaría en que se dieran cuenta de que más que admiración hacia su jefe eran otros sentimientos. La admiración, si bien, existió al principio; sin embargo, con los días cambió y no quería parecer inmadura, así que trataba de ser lo más profesional, ser visto como una adulta. Bueno, soy adulta, pero a que me vean como una par y no una chiquilla de veinte años que represento. En algunas ocasiones yo misma era la que me pillaba mirándolo y suspirando, pero es que es casi imposible no mirarlo, bueno admirarlo, verlo en acción, verlo dar órdenes con tanta autoridad, bueno debo reconocer que varias veces me encontré yendo al baño porque mi ropa interior estaba empezando a mojarse. Moverse por el edificio asegurándose de que todo estuviera en orden es la parte favorita de mis días. Si bien era muy estricto y firme a la vez, pero al mismo tiempo era amable y educado, alexei es la mezcla perfecta. Se podría decir que es el hombre perfecto, mi hombre perfecto. Pero lo mejor de todo es su acento: la mezcla del ruso, y el español, junto con el inglés mal pronunciado. Dios, ese exquisito acento, me hace suspirar… —Te pone caliente tu jefe, verdad. — Le soltó de una sola vez Kelly, su amiga de toda la vida. . —¡no! Estás segura por cómo hablas —le había comentado Kelly, un día en uno de los recesos de la universidad, su mejor amiga, dando a entender lo obvio. ¡Por supuesto que no! Sabría si alguien me gusta o no y es no. Fin del tema. . — No te creo y ni tú lo haces, pero cuídate, él tiene mucha más experiencia que tú. No obstante, Ketty sabía que ella ya estaba coladita por su jefe, porque Jordán, en su rostro, podías ver cada una de las emociones que podría experimentar. Su rostro era su ventana al alma. . — No te preocupes, sabes que soy una muerta de hambre y que un hombre como él jamás se voltearía a saludarme. Soy como esta novela que nos mostró tu nana Lupe, cuando éramos más pequeñas. . —¿Cuál de todas? Mira que esa señora pasa viendo novelas. Esa la de la chica pobre, como no vas a acordar. . — ahhh, ya recuerdo maría la del barrio. Jajajajajajajajaj siii así de pobre soy. . — No eres pobre amiga, solo estás pasando por un mal momento económico. La loca me tira la almohada en mi bello rostro, así que sin más se la devuelvo y la golpeo repetidamente con mi almohada. Para cuando terminamos de golpearnos y reírnos como hienas esquizofrénicas. . — tus padres, aún preguntan por ti, que debes aparecer o será peor. Que se pudran, llevó cinco años lejos de ellos, porque así lo quisieron, entonces que no molesten ahora. Solo suspiró y le informó que debemos dormir; que mañana sábado algunos trabajamos. ALEXEI MORDASHOV. Si bien ALEXEI tenía muchas facetas, las más marcadas eran ser un adicto al trabajo y le gustaba y amaba verter su experiencia y conocimiento en los cuerpos de chicas jóvenes, curiosas y hambrientas de aprender todo lo que él pudiera enseñar y dispuestas a experimentar. Quebrantar el delgado hilo donde la timidez sale por la ventana, dejando paso a corromper la pureza de sus mentes, llevándolas a vivir su juventud dulcemente pervertida. Ver caer la dulce pureza de sus mentes para mostrarme la perversa oscuridad de su alma. Sentir sus cuerpos inexpertos, apretando en su interior su m*****o mientras les susurra al oído lo buenas que son para su Daddy. ALEXEI sabía que su naturaleza estaba marcada, que siempre supo que nació para ser un Daddy. Amo ser necesitado, castigar cuando es necesario y consentir cuando era merecido. Todo aquello lo consumía, así como él consumía a las jóvenes que estaban dispuestas a ser devoradas como caramelos. Esto lo llenaba de satisfacción y le hacían bien para inflar su ego y aún más su polla. Pero hoy por hoy la curiosa inocencia en la mirada de una joven chica y esa adorable falta de experiencia lo dejaban con sus barreras y ganas a flor de piel. En solo pensarla, su polla dolía como un demonio. Él está consciente de su edad y las canas en su cabello las cuales portaba con orgullo y ego porque las mujeres jóvenes y adultas lo deseaban lo sabía, ya que siempre rechazaba insinuaciones, sin embargo, la excitación de ser capaz de satisfacer el cuerpo de una joven que le dobla la energía, era lo mejor que podía experimentar. Pero al saber la edad de su chica, lo hacían replantearse todo, puesto que Jamás nunca había tenido una Baby Girl tan joven. Siempre procuraba que sus edades rondaran entre los veinticuatro y los veintinueve años. Pero JORDAN no hace mucho cumplió sus 20 años, prácticamente hace unos años salió de la preparatoria, pasó una de sus manos por la cara mientras sus pensamientos confabulan en su mente entre las buenas ideas y los deseos más perversos. ¿Qué estás haciendo, MORDASHOV? ¿En qué piensas? Esas eran las preguntas constantemente que su mente repetía. Con decisión ya tomada iba a evitar mirarla, solo se limitaría a ser su jefe, hasta que termine sus horas y todo vuelva a ser como siempre. ALEXEI ya se lo había propuesto, iba a evitar posar sus ojos, sus deseos sobre el perfecto cuerpo, así eso requiriera toda su voluntad. Bueno, ya tenía algunas ideas para poder evitarlo, las cuales iban desde clausurar la puerta que los unía, como también había pensado en transferirla a otro piso. No más una que otra charla de sus días, solo por trabajo. Si no era así, ella no se le acercaría. Pero como sabemos que el destino está en mi contra, una tarde cualquiera, me dirijo, donde todos los días sagradamente compro mi café o lo envían. Al ingresar a la cafetería a comprar su café, camina al mostrador para ser atendido, pero cuando la persona se voltea, todo el piso de ALEXEI se abrió, ya que quien estaba detrás del mostrador era JORDAN con un delantal blanco atado a su pequeñísima cintura y con su cabello tomado en una coleta alta. .— Buenas tardes, ¿en qué puedo?… no termina por el hecho de que posa su vista a quien está frente de ella, sus mejillas se tornan rosa, algo maravilloso. —¿Señor MORDASHOV?—dijo la joven cuando sus ojos se fijaron en su apuesto jefe. El primer pensamiento que resonó fue el retirarse del lugar. Pero eso sería muy descortés y, si algo caracterizaba al ruso, eran sus modales. Buenas tardes, señorita……… dejo en el aire la pregunta. Haciéndome el que no recuerdo, ni su nombre, ni apellido. No esperaba verte por aquí. Señorita mmmm. En sus ojos, los que antes estaban iluminados como dos faros, pasaron a apagarse y ser cubiertos por algo. —Trabajo aquí los martes y jueves por las tardes y en ocasiones los domingos. —¿Qué desea pedir? En ese momento su voz era un susurro legible de tristeza. Cuando entendí que eso la lastimó, algo en mí se activó, estuve tentado a saltar sobre el mesón y cobijarla en mis brazos y pedir disculpas. —¿Qué le puedo dar?—preguntó la joven nuevamente con falsa amabilidad. Dame un espresso y un latte, para llevar. La chica se puso manos a la obra y preparó la orden con una punzada en su pecho, ya que la segunda orden es para una mujer claramente. ¿Un regalo para su cita? Algo así, pero no es …… — No puedo dar mi explicación, puesto que mi pedido se encuentra en el mesón y se despide de mí con su mirada en el piso, ya esos ojos cristalinos no me buscaron nuevamente. .-Gracias por su preferencia. Y con eso corta todo, podría haberme rehusado a irme, pero detrás de mí ya había gente esperando ser atendida por mi JORDAN. Tomo mi pedido y no puedo despedirme, ya que ella no volvió a mirarme. A la mañana siguiente, al llegar a su oficina, ingresa para poder ver a quién venía viendo desde hace casi un mes, pero no estaba. Y cuando voy a preguntar por mi acompañante, Julia ingresa y me indica que está en recursos humanos, como lo solicité. No la saqué de mi lado de forma indefinida, solo la mandé a rotar por los distintos departamentos. .— Ya sacó sus cosas de la oficina, me informa Julia. .— Acá están los documentos de los contratos, ¿necesitas algo más? —No, estoy bien, gracias. Por primera vez ingresó al sistema de cámaras y la busca por toda su empresa y la encuentra en donde viven las pirañas más feroces. Hace Zoom y mira su rostro y ve su nariz roja, claramente por el llanto. Ya no podía hacer nada, ya la había cagado. Al tercer día, se dio cuenta de que las cámaras de seguridad estaban aún prendidas y enfocadas en el mismo sector. Él se aseguraba de que estuviera a salvo en esa selva, hasta que la envían a dejar unos documentos y a mí me informan que debo pasar a la sala de juntas. Al salir de la junta, decido dar un paseo por mi empresa, algo muy común en mí, pero hoy necesario, ya que algo en mi interior está nervioso. Camino a paso rápido cuando veo a JORDAN en el piso bueno, siendo levantada. Pero ver su frente ensangrentada y enseguida todas mis alarmas se encienden. Corro hacia ella, llegó a su lado y veo su rodilla lastimada y no es porque esté usando falda o algo por el estilo, sino que sus pantalones están rotos en esa parte. Cuando quiero tomar su mano, Demon me gana. Lo miro confundido hasta con reproche, bueno, más bien con irritación, él solo niega mirando mis ojos. Miro a mi alrededor y caigo en cuenta. Solo puedo ver cómo los paramédicos de la empresa se la llevan al consultorio. Miro a todos y por Dios que no sé cuál es mi rostro, porque todos dan un paso atrás y las que reían por el accidente de mi pequeña se callan abruptamente. Camino con demon a su oficina y pregunto qué acaba de pasar. Él me explica que mi acercamiento no lo están tomando bien las féminas que follo a diestra y siniestra en mi empresa, cosa que supuestamente era en de absoluta confidencialidad. Perdón como que yo me acuesto con una de las chicas de recursos humanos. —preguntó haciéndome el loco, el que no sabe nada. . —Por Dios, no te hagas. El que no sabe nada, toda la empresa sabe eso y el que no sabía que ella lo ha divulgado, ¿por qué crees que ella es tan respetada, por su trabajo? Bueno, yo creí que sí, o no. —respondió confundido. . — Como decía tu mamá que en paz descanse, no eres más tonto porque no te levantas más temprano, hermano. . — Pero como tu hermano de vida, arregla esto, si querías una oportunidad con la chica, te costará. Quien dijo oportunidad, si algo pasaba, sería como con las demás, una follada y listo. Aunque sabía que en el fondo no era cierto. Pero no sabe que esas palabras serían su mayor problema para poder acercarse a su ya pequeña
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