Capítulo 1
Elena.
Estoy sentada en el sofá de la sala y mi querido esposo Alex tira frente a mí una carpeta con unos documentos dentro de esta, no tengo que ser un genio pera saber cuáles son los documentos que ahí se encuentran, no es la primera vez que los dos pasamos por esta conversación.
—Hasta cuando piensas seguir con esto, firma de una buena vez los malditos papales del divorcio y terminemos con toda esta falsa de una vez. — me dice molesto y yo trato de mantener la calma todo el tiempo como siempre hago, aunque por dentro estoy destrozada. Mi matrimonio cada día está peor y se deteriora cada vez más.
—Aún tengo la esperanza de que los dos podemos ser felices y recuperar nuestra vida juntos. — Alex me mira con desprecio y con un movimiento brusco tira el jarrón con flores que se encuentra en una de las mesas de la sala de estar, lo que me sobresalta, y aunque el temor quiso apoderarse de mi por un momento mantengo la calma, a pesar de nuestras diferencias él nunca me ha lastimado.
—¡Siempre me dices la misma estupidez! Acaso no te das cuenta de que eso nunca va a suceder. — me grita en la cara y puedo ver como sus ojos se ponen rojos de la ira que siente en ese momento.
En ese momento suena su teléfono, él lo toma y mira la pantalla para ver quien es la persona que lo está llamando y al ver quien es la persona que lo llama cambia drásticamente su actitud y toma la llamada.
Su brusco cambio lo delata he inmediatamente se quién es la persona que lo está llamando, él muy descaradamente no le importa mi presencia y contesto la llamada sin tomar encontrara ahí junto a él.
—Hola cariño. — dice como si no fuera nada, mi corazón palpita y siento un nudo que lo aprieta al escucharlo hablar con otra mujer como si yo no importara, esto me rompe el corazón, siento como si cada vez que él me ignora clavara en mi pecho una daga envenenada.
Sintiendo su desprecio hacia mí y la falta de empatía decido levantarme de del sofá en donde estoy sentada he irme a mi habitación.
—¿Qué demonio fue lo que sucedió? — lo escucho decir enojado y me detengo, cuando lo miro veo que se encuentra enojado y a la vez angustiado, algo ha sucedido que él esta así, por lo que decido quedarme y no irme a mi cuarto.
Me detengo frente a él y lo observo mientras el camino de un lado a otro con su teléfono en los oídos, escuchando lo que le dicen del otro lado.
—¿Qué es lo que sucede? — le pregunto preocupada, pero él solo me dedica una mirada fulminante y me ignora.
—No te preocupes, pronto estaré ahí. — dice y cierra la llamada. Yo continúo mirándolo preocupada mientras el, está sumido en sus pensamientos y no dice nada.
De pronto pasa su mano por su pelo algo agobiado para luego posar su mirada en mí.
Su seño está fruncido y su mirada cargada de odio.
Sentí como mi corazón se comprimía al ver el desprecio que el siente hacia mí, y a pesar de que hace un poco más de un año que él se comporta conmigo de esa manera, siento como si fuera el primer día.
Todavía recuerdo lo felices que éramos los dos, a un recuerdo esos últimos besos que nos dimos lleno de amor y pasión. Quisiera poder devolver el tiempo hacia atrás y ser lo que una vez fuimos, pero lamentablemente no podemos retroceder en el tiempo, y no se puede evitar esa tragedia que cambio nuestras vidas.
Alex continúa sumido en su conversación mientras yo solo lo miro como una tonta, deseando que él recupere sus recuerdos sobre nosotros dos.
Mientras Alex continúa hablando por teléfono, él no se mantiene quieto en ningún momento, al parecer algo grave ha sucedido y eso lo tiene tenso.
Unos pocos minutos después de haber recibido la llamada él cuelga y enojado lanza su móvil sobre el sofá donde me encontraba sentada, haciendo que yo me sobresalte por la impresión y por lo cerca que este cae de mí.
Aún molesto y preocupado él sigue dando vueltas por la sala mientras yo lo sigo observando.
—¿Me vas a decir qué es lo que sucede? — le pregunto y él cierra sus ojos por un momento y me vuelve a mirar con esa mirada que apuñala mi corazón.
—Ana, tuvo un accidente y se encuentra en el hospital. — dice y yo me sobresalto por la preocupación, las dos no somos amigas y la verdad es que ella tiene una gran culpa de mi problema matrimonial, pero no deseo que le suceda nada malo.
— ¡Que le sucedió! Espero que se encuentre bien. — digo preocupada, el saber que ella ahora se encuentra en el hospital me hace sentir mal y preocupada, a pesar de todo el mar que nos ha hecho.
Al ver mi reacción de preocupación Alex me mira, y en su mirada se nota la incredulidad que siente sobre mi actitud ante semejante noticia.
—¿De verdad te preocupas por Ana? O solo haces de cuenta que te preocupas para ganar mi simpatía. — me pregunta con voz dura y acusante.
—¿No crees en mí?
—No, no creo en ti. — me dice sin titubear y siento como mi corazón se rompe en mil pedazos a ver como él pone en duda cualquier cosa que expreso o digo.
Doy un profundo suspiro y me dejo caer en el sofá, cada día siento que las fuerzas se me acaban y que ya no puedo luchar más, Alex me odia y no hay manera de que yo pueda convencerlo de que algún día los dos nos amamos profundamente y de que fuimos felices.
—No puedo obligarte a creas en mí, es tu decisión si lo haces o no.
Alex me mira molesto y luego se da la vuelta y va hacia las escaleras.
—Alex. —me levanto del sofá y repito su nombre varias veces, él se detiene a mita de la escalera y se da la vuelta y me mira.
—Te he dicho más de mil veces que no me llames así, para ti soy Alexander y nada más. — me dice con desprecio y luego se va, dejándome con una profunda tristeza.
Me dejo caer en el sofá y cierro los ojos, a mi mente llegan los dulces recuerdos de nuestra vida juntos, y mi corazón añora como siempre revivir de nuevo esos momentos a su lado.
Pasan algunos minutos y escucho sus pasos, rápidamente me levanto del sofá y veo que él se ha cambiado de ropa y va a salir.
—¿A dónde vas? — le pregunto instintivamente.
—No tengo que darte explicación de adonde voy.
—Hoy tienes cita con el médico. — le digo apresuradamente y el me dirige una gélida mirada.
—No pienso regresar a ningunas de las consultas con el medico ese, estoy bien y no necesito seguir perdiendo mi tiempo con tonterías.
—Hay recuerdo que no están en tu mente y bebes seguir tratando tu problema. — le digo con la esperanza de que el no desista de su tratamiento, pero en vez de provocar en el algo de razonamiento lo que ha hecho es enojarse más.
—No creo que tenga que recordar nada más, lo único que necesito es que me dejes en paz y desaparezcas de mi vida. — me dice y sale de la casa azotando la puerta tras él, yo solo me quedo mirando triste la puerta por donde ha salido.
Todos los días para mi es lo mismo, el constantemente me rechaza mientras yo intento desesperadamente recuperarlo, no sé hasta qué punto podre aguantar esta situación, ni hasta cuando resistiré verlo irse a los brazos de otra mujer, mientras yo me quedo aquí esperando su regreso como una estúpida, si no fuera por lo felices que una vez fuimos y por los agradables recuerdo que tengo de nosotros dos yo hubiera tirado la toalla hace tiempo y hubiera renunciado a todo.
Desolada subo a mi habitación, desde hace un poco más de un año ambos dormimos en habitaciones separada y no hay ninguna intimidad entre los dos.
Decido tirarme en la cama y llorar las ultimas lagrimas que me quedan, mis ojos se están secando y ya no tengo fuerzas para resistir tanta tristeza.