Una compañía llamada Tantalus

1947 Words
(…) Royal Roads / Base de Tantalus / Unas semanas antes Un territorio lleno de edificios, los cuales se perdían entre la inmensidad del cielo y las profundidades de la tierra. Por supuesto sus líderes estaban en los pisos superiores como si remitieran a la torre de babel, con el anhelo de estar por encima de Dios. El hombre se bajó de un taxi, contemplo la construcción con desidia, la había visto tantas veces a lo largo de su vida que no le sorprendía en lo más mínimo. Camino con velocidad hacia el interior, el recibidor estaba lleno de personas, siendo una compañía tan famosa y elogiada en todo el mundo, recibía visitantes continuamente, los guardias no lo detuvieron, pues conocían su rostro demasiado bien, mostraron ante el miedo y respeto, su paso estuvo abierto hasta llegar al ascensor, donde una chica lo recibió sonriente. —Señor Hutson —Bajo la cabeza con unos ojos picaros — ¿A dónde quiere ir hoy? —Ofreció con una extraña doble intención. —Al último piso, debo conversar algo importante con los ancianos —Aseguro viendo que la dama se sorprendía. —Cielos, está bien —Afirmo buscando una llave especial en su bolsillo e introduciéndola en la ranura. Tras meterla e introducirse en él, este comenzó a subir a gran velocidad, no era muy común que se usara y menos para ir a dicho sitio, pues con la tecnología existente, los jefes rara vez debían reunirse personalmente con alguien, este honor se guardaba solo para los más leales y la elite entre las elites. La muchacha miro al joven y no fue capaz de callar más tiempo. —Disculpe mi atrevimiento… ¿Ocurre algo entre usted y la compañía? —Cuestiono con una particular preocupación. —En teoría no, pero últimamente no he estado haciendo las cosas como ellos quieren, he tomado decisiones que les disgustan y creo que lo que hare nos le agradara demasiado, espero que Louis me respalde —Dejo salir una risa incomoda, sabiendo que las cosas podrían ponerse feas —Solo por si acaso, baja de una vez, no esperes a que regrese —Aseguro viéndola fijamente. —Pero… Usted es el mejor de todos, yo… A mi usted me gus-- —Antes de que la señorita terminara de declararse el chico la interrumpió. —Eres una buena chica María, creo que deberías renunciar, quizás te hubiese invitado a salir, pero ya tengo a alguien en mi vida —Expreso con honestidad, viendo como el ascensor se detenía y la puerta se abría —Encontraras a alguien bueno, te lo prometo —Sonrió amable, caminando por el pasillo.   La mujer se entristeció, pero obedeció lo que el tipo le dijo, marco el botón del recibidor y bajo, por el camino solo podía recordar esa risa, había visto su figura durante mucho tiempo, su pelo castaño y bien peinado, su atlética fisionomía y sus ojos parecidos a los de un felino, sin embargo, era la primera vez en todo el tiempo que llevaba allí que lo veía reír. Una sincera y perfecta sonrisa, pensó con rabia en que quizás fue producto de la relación de la que su amado hablaba, era molesto que no pudiera sentirse feliz por el hombre. Al bajarse, alguien la esperaba. — ¿Dónde está? —Pregunto el tipo de pelo blanco largo, quien llevaba una espada enfundada en su cintura. — ¿Quién? —Dudo algo despistada. —Él... El gato n***o —Comento con interés y una extravagante elegancia, pues su saco estaba decorado con pinchos y llevaba una rosa en la solapa. —Subió al último piso —Declaro la muchacha. —Llévame de inmediato, tenía mucho tiempo sin verlo, tengo cosas que hablar con el —Sonrió con emoción y cierto sadismo, enseñándole su credencial. — ¡Discúlpeme señor Crist! ¡Ya lo llevo! —Reacciono con lamentos, al notar el grado de importancia que esta tenía en la empresa.   (…) En lo alto del edificio El caballero recorrió el pasillo hasta llegar a una puerta gigante, decorada con símbolos culturales de todo el mundo, los cuales definían de una forma u otra, la economía y los imperios. La cámara lo miro fijamente y activo un escáner, el sujeto se levantó la camisa y mostro un número grabado en su espalda, el decimotercero en romano, tras verificarlo, la entrada finalmente se abrió. Tres figuras se elevaban varios metros sobre el, en una mesa de forma horizontal con tres sillas, esta estaba tras un vidrio reforzado, por lo que la voz de los señores salía a través de un aparato de sonido, el joven alzo la mirada y se inclinó levemente, en señal del respeto que aún conservaba hacia ellos. Recordó en donde tenía su revólver, vio la única ruta de escape y los posibles puntos a los cuales apuntar para derribarla, estaba preparado para lo peor.   —Gato n***o… Tomas Hutson, bienvenido a casa —Saludo un magnate calvo y con una barba bien arreglada, con una falsa amabilidad. —Cuando nos solicitaste una reunión nos alteramos un poco, no es algo común en ti —Hablo un varón muy mayor, con el pelo canoso pero finamente cortado y peinado hacia atrás. —No sean crueles con el muchacho, seguro es algo importante —Confió plenamente el último de los empresarios —Bueno chico, los hermanos Blend estamos delante de ti, no nos hagas perder el tiempo —Declaro con un tono burlón, aligerando la tensión. —Siempre con tus confianzas Louis, por eso no te dejamos las decisiones difíciles —Suspiro con desagrado el alopécico. —Y tú eres demasiado serio Josef, deberías ser más como Daniel —Respondió el menor a su primer familiar, para luego ver al segundo. —Muy bien ¿Qué tienes que decirnos prime trece? —Cuestiono el de en medio. —Gracias —Respiro profundamente, con sus ideas claras y preparado para lo que pasara —He servido fielmente a la compañía desde que me acogieron hace quince años, entrenado, peleado, asesinado en nombre de la “Paz” del mundo, pero ahora… Deseo retirarme —Dijo con confianza y el corazón agitado. — ¿Disculpa? Acaso escuche bien… ¿Quieres irte de Tantalus? —El mayor de ellos se alteró ante la repentina noticia — ¿Por qué motivo? —Dudo angustiado. —Los motivos dan igual, Tomas… Sabes que esa no es una opción aquí, quien se va es erradicado —Advirtió el calvo con un rostro indómito. —Esperen… Dejen que se explique —Pidió el más joven, como si ya supiera lo que estaba ocurriendo. —Estoy dispuesto a luchar por mi libertad, desde que asesinaron a mis padres y ustedes me salvaron, este ha sido mi hogar, pero ahora quiero vivir una vida tranquila, prometo jamás decir nada sobre la compañía y desaparecer para siempre del mundo —Garantizo intentando salir de la forma pacífica. —Escalafones más bajos nos dejaron en el pasado señor Hutson ¿Cree usted que por estar encima de ellos tiene derecho a vivir? —Pregunto con molestia Josef. —Ninguna vida vale más que otra, solo pienso que he dado suficiente a esta industria como para pedir el indulto —Acoto con un temple de hierro. —Te recuerdo gato n***o, fui yo quien te encontró en aquel callejón oscuro, levantando el pesado revolver de Meyer, miedoso y angustiado, te convertí en el mejor asesino de todos, tu sangre se volvió fría y ahora vuelvo a ver emociones en ti, un arma no puede cumplir su propósito si siente cosas y vacila, tu utilidad ya no sería suficiente para la compañía —Acepto Louis con un suspiro —Si lo que dices es cierto, estoy dispuesto a dejar que te largues —Aseguro el hombre, recibiendo negativas de sus hermanos. — ¿¡Te volviste loco!? Es un cabo suelto demasiado grande, podría poner en riesgo el trabajo de nuestras vidas, el legado de nuestros padres y abuelos —Se enfadó el alopécico — ¡Si quiere dejarnos debe morir! —Exclamo iracundo. —No hagas ninguna estupidez gato n***o, aun no nos decidimos —Comento Daniel, viendo que el asesino coloco su mano sobre la culata del revolver — ¿Lo has pensado bien? Si te vas todo lo que se te ha dado se te quitara, tus cuentas cerraran, ya no tendrás vehículos ni hogar, estarás solo contra el mundo y sabes mejor que nadie lo difícil que es eso —Trato de convencerlo el canoso. —Ya he meditado al respecto, les garantizo que tengo todo controlado —Expreso con un rostro tranquilo, quitando su extremidad del arma. —Seamos honestos ¿A quién enviaremos para que lo mate? Ningún prime se compara en poder a Tomas —Alego Louis viendo a sus familiares. —A todos a la vez de ser necesario o un ejército completo —Decreto Josef sin aceptar o vacilar su decisión. —Varios son sus amigos, probar su lealtad sería algo engorroso y movilizar tropas para aplacar a un hombre… Suena hasta ridículo —Reprocho el señor de las canas quien suspiraba ante la seguridad del joven —Si cumple con su palabra, podemos dejar que se vaya —Acepto secando el sudor de su frente. —Algo sensato sin duda —Acoto el menor un poco mas alegre. —Sois una vergüenza para la familia ¿En serio le darán ese privilegio? —Dudo el calvo con obstinación. —Mira su cara, está siendo totalmente honesto, podría haber desaparecido sin más, pero vino a pedir nuestra opinión, todavía nos respeta y sabe todo lo que enfrentara al irse —Aseguro Daniel, intentando calmar a su hermano —Si dices cualquier cosa, te mataremos y enterraremos tu verdad —Amenazo con seriedad. —Por supuesto —Inclino la cabeza el asesino. —Felicito el valor con el que has venido gato n***o y espero que tu decisión sea la correcta —Musito Louis con cariño, recordando al joven cuando era un infante. —No estoy de acuerdo con esto, pero no peleare con mi familia por culpa de un tercero, prime trece, deja tu revolver en el piso y márchate, en cuanto abandones este edificio, estarás muerto y desaparecerás para siempre de cualquier registro —Despidió con una furia contenida tras una expresión mas serena. —Lamento causar más enfado en ti hermano, pero no, llévate la pistola Tomas —Al decir aquello, todos se sorprendieron. —Con todo respeto señor, Inferno es propiedad de la compañía —Respondió Hutson al ver el rostro de los otros líderes.     —Pero fui yo quien la mando a hacer, si es por el valor del Coltanium yo mismo lo repondré, sin embargo, consérvala como un recuerdo, ella y la marca en tu espalda son el símbolo de tu servicio para Tantalus, si en algún momento deseas volver, úsala como boleto de ingreso —Ofreció con amabilidad. —Nos ocuparemos del resto, ya puedes irte —Aseguro Daniel, accionando un botón para que pudiera marcharse. —Se lo agradezco señores —Se inclinó nuevamente con respeto, dándoles la espalda y caminando a la salida. Aunque se iba por todo lo alto, una sensación extraña recorría su nuca, Louis lo apoyaba ampliamente, pues la relación que tuvieron siempre fue muy buena, pero Josef estaba en contra de su salida y era bien sabido por él, que una sola orden suya equivaldría a una sentencia de muerte, no por nada era uno de los hombres más poderosos del mundo. Al cruzar el umbral, una figura de cabello blanco alargado lo esperaba con una expresión ansiosa. 
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