Secretos Peligrosos

El Rescate de Eva

(…) Casa segura

Dentro de la propiedad, los hombres se habían quedado dormidos uno encima del otro en el sofá, la puerta de la vivienda se abrió de golpe, activándose la alarma, causando que Alex brincara y apuntara a la salida, tumbando a Dante en el proceso, quien cayó de frente en el suelo. Nat todavía estaba agitada por lo que acaba de vivir, de lejos la experiencia más intensa de su vida.

— ¿¡Que ocurre!? —Grito histérico el búho.

—Tantalus… Invadieron la subasta —Hablo, dejándose caer pesadamente sobre una silla, apagando el sistema de seguridad.

— ¿¡Que!? —Exclamo el informático levantándose del piso.

—No nos dijiste que estaban involucrados —Regaño el enmascarado con molestia.

—No lo estaban… O al menos no lo sabía, todo este tiempo estuvimos buscando en los sitios equivocados —Protesto Nat, limpiándose el rostro.

— ¿Vieron tu cara? —Dudo Alex con cierta alarma.

—Uno de sus asesinos lo hizo, el mismo que me dejo salir —Explico apretándose el entrecejo.

—Carajo… ¿Al menos averiguaste donde esta Eva? —Comento Dante con cierta ansiedad.

—No, pero se cómo encontrarla, no eran pedófilos ni traficantes de órganos… Eran Bio-armas —Dijo con seguridad, mirando a sus hermanos.

— ¿Bio-armas? —Dudaron ambos chicos con cierta incredulidad.

—Tampoco lo entendí, pero me mostro unos videos, la niña era capaz de resistir balas y transformar su cuerpo en cuchillas, era como ver magia o fantasía —Aseguro la pelirroja, moviendo las piernas con impaciencia —En cualquier caso, la subasta no era más que una pantalla, la verdadera cosa que van a comprar es a esa pobre niña —Revelo con angustia la dama.

—Tantalus ya los atrapo, deberíamos tener algo de tiempo —Argumento el joven de lentes.

—Dudo que sean sus únicos compradores ¿Sabes cuándo será? —Pregunto con interés Alex.

—Mi cita dijo que sería en unos días, pero ya deben de haberse enterado de lo que ocurrió en la mansión, quizás ya la estén subastando —Dialogo con nerviosismo.

—Entonces no hay tiempo que perder —Hablo el hacker sentándose en la computadora. 

Haciendo un rápido sondeo por las redes, con los objetivos establecidos la búsqueda no tardo nada en estar completada. La joven Eva era promocionada como una Bio-arma cuyo funcionamiento se basaba en nano maquinas, las dudas que los hermanos tenían fueron disipadas completamente al ver con sus propios ojos los videos promocionales del producto, era algo sacado de otro mundo.

—Es ilógico… Esa tecnología apenas está en etapas muy tempranas de desarrollo —Afirmo Dante sin terminar de creerlo.

—Esto es algo que solo el depravado ingenio humano podría crear, convertir a una dulce niña en un arma —Suspiro con tristeza el enmascarado.

—Para ingresar hace falta un código de seis dígitos —Comento el informático.

—Lo tengo… Bueno lo que queda —Se disculpó la muchacha al ver que la tarjeta tenía solo tres números.  

—Eso será suficiente, con un poco de suerte, podremos salvarla —El hacker la miro orgullosa —Ahora siéntanse y descansen, los dos hicieron suficiente, yo me ocupare del resto —Aseguro con un bostezo, estirándose y tronando sus dedos para dar inicio al trabajo.

Con gran precisión el joven puso a funcionar varios algoritmos, uno de ellos colocaría de forma consecutiva los números, el segundo abriría múltiples cuentas para ingresarlos y el ultimo iría cambiando de localización para evitar el rastreo o bloqueo de su señal, habían 999 combinaciones equivocadas y solo una correcta.

—Bueno, ahora solo resta esperar —Suspiro Dante sin perder de vista la pantalla de su computador.

Tras pasar un largo rato procesando toda la información el resultado finalmente fue acertado, ingresando en la puja, está ya llevaba cierto rato iniciada, el chico de lentes llamo a sus hermanos, quienes vieron con desagrado las altas cifras de los compradores, los cuales eran imposibles de ver en la interfaz convencional del sitio web.

—Malditos, no les importa en lo más mínimo la seguridad de esa niña —Apretó su puño con indignación Alex.

—Si nadie lo comprara no la venderían, lo que no entiendo es… ¿Por qué ella? —Se preguntó Nat con desidia.

—Genética, tuvieron que tener acceso a sus registros del alguna forma, pero es la única razón por la cual se arriesgarían a secuestrar a una pequeña con dinero —Suspiro el hacker mirando como la subasta estaba por acabar —Ahora solo queda rastrear al comprador… —Pensó tecleando varios códigos en su laptop.

El numero por el cual fue adquirida era desorbitante, el joven de lentes realizo el seguimiento de forma muy precisa hasta dar súbitamente con la ubicación del comprador, tras analizar bajo que nombre se compró la propiedad esta dio como resultado a un importante mafioso, quien secretamente estaba aliado con Tantalus.

—No lo entiendo, ellos trataron de frenar todo esto ¿Por qué la comprarían? —Se cuestionó Alex al ver los análisis.

—No lo hicieron, los mercados negros son quienes más odian a la organización, desde que ellos tienen el control ahora son como sus perros, ese sujeto debe ser más ambicioso, seguro quiere escapar de ellos —Afirmo la pelirroja con pesadez en los ojos.

—Lo monitorearemos, la entrega será pronto, descansemos un poco —Hablo Dante al ver el estado físico de sus hermanos.

(…) Al día siguiente / Cruce de caminos / Puente de RiverTown

Con un objetivo claro y conciso los tres hermanos llegaron al lugar establecido en las llamadas codificadas entre los criminales. Buscando las mejores posiciones se ubicaron en el área, Nat y Dante tomaron posiciones lejanas, mientras que Alex se subió en la copa de un árbol alto. Una camioneta negra llego, seguida por varios vehículos que rodearon la zona.

De lo profundo de las alcantarillas, un hombre salió con una sonrisa, listo para llevar a cabo la jugada. Los muchachos observaban pacientemente el momento en que apareciera la niña para poder hacerse con ella, pero en un acto completamente inesperado, todo cambio de rumbo. Una bomba de humo cayó en frente de los hombres que estaban listos para cerrar el trato, en la parte baja de la construcción.

—// ¿¡Qué demonios fue eso!? ¿Es la policía? —Dudo el enmascarado en un micrófono, viendo cómo se escuchaban disparos y golpes secos, a la par que tres figuras se bajaban de un vehículo y se adentraban en la neblina.

—No… No hay registros de movimiento policial en los alrededores —Respondió el hacker con cierta histeria.

— ¡Al carajo voy a entrar! —Exclamo lanzándose desde lo alto.

— ¡Alex no lo hagas! —Grito Nat, notando que era demasiado tarde.

El joven cayó en el sitio y rápidamente disparo su arma hacia las llantas de los coches, evitando que cualquiera escapara, al mismo tiempo engancho cables en ellos y jalo de los mismos causando que estos se estrellaran contra un gran número de mafiosos, el perpetrador del secuestro no fue encontrado por sus ojos, pero si tuvo la velocidad suficiente para reaccionar ante una acometida frontal.

—Vaya, pensé que eras de los malos… Ha pasado tiempo Búho ¿Qué hacen los hermanos Kramer metidos en este lio? —Hablo un hombre de cabello n***o corto, ojos oscuros, con rasgos felinos el cual choco lo que parecía ser un revolver modificado, con una culata en la que estaba inscrita el número trece romano, con el arma del enmascarado.

—Eso debería decirlo yo maldito gato, están arruinando todo —Discutió el hombre, arrojando a su atacante hacia atrás con una patada.

— ¡Tomas! ¡Se fue por las alcantarillas! ¡Vamos! —Aviso una voz mayor desde la distancia.

Ambos hombres se miraron y comenzaron a correr, dejando atrás el humo y adentrándose en las cloacas, no le vieron importancia a otra cosa que llegar hasta el objetivo, pero antes de que pudieran alcanzarlo, escucharon varios gritos, golpes y un fuerte disparo, aumentado por los ecos del acueducto. Lo único que sobrevino aquello… Fue un desgarrador silencio.