Quédate A Mi Lado ✔(COMPLETA) LIBRO 1

~Asustada~

No respiro, el miedo se apodera de cada parte de mi cuerpo, eso provoca que te paralices por completo. Dejé caer el celular, de pronto, todo comenzó a nublarse, a verse borroso, incluso llegué a creer que estaba soñando.

—¡Cariño!—corrió mi madre a socorrerme.

—¡No respiro mamá, no respiro!—apenas pude expresar con angustia.

—Tranquila, todo está bien, inhala y exhala, lento, despacio—me sostuvo por la espalda acariciandola con cariño. Inhalé y exhalé un par de veces hasta que el aire llegó a mis fosas nasales.

—¿Mejor?

Asenti.

—Acuestate, estás sometida bajo mucho estrés. Debes descansar —asenti llorando. Ella me abrazó acariciandome el pelo como solía hacerlo cuando estaba pequeña.

—Todo estará bien nena, todo estará bien.

Respiré hondo. Solté aire por la boca buscando la manera de calmar mi agonía.

—Acuestate... —levantó las sábanas y allí me metió. Me trajo tantos recuerdos ese gesto, hizo que me volviera a sentir pequeña, sin ninguna responsabilidad. Me besó la frente, manteniéndose a un lado para esperar que me quedara dormida. Así sucedió.

Bosque... viento.... frío... un sujeto desconocido con un cuchillo en mano. Dante herido, bañado en sangre y el arma homicida en mis manos.

Desperté de golpe, empapada en sudor, con el corazón acelerado, y los nervios a millón. Suspiré. Me vi las manos y por un momento ubique el arma allí, por un instante, me vi en la escena del crimen, apuntándole a Dante, luego, el disparo. Sacudo la cabeza con fuerza, no, eso no pasó, yo me quedé en la fuente esperándolo, cuando Mickey regresó ya le habían disparado.

Respiré profundo. Aún me encontraba aterrada, mis manos no dejaban de temblar como gelatinas.

Me duché.  Me lavé los dientes, me vestí con un pantalon n***o, camisa roja y unos tenis, deje mi cabello suelto. Bajé las escaleras, nadie estaba aún despierto, últimamente me había comenzado a levantar muy temprano. Así que salí un momento, tomé el auto de papá hasta conducirme al hospital, después de que observé que Dante estaba bien; ahora necesitaba hablar con otra persona: Mickey.

Al llegar, bajé del auto, al lado vivían la familia Salvatore, siempre han sido vecinos. Le eché un vistazo a la casa de al lado, y los recuerdos llegaron como torbellinos.

《La fuente, el matrimonio, Dante herido, el padre de Sasha apuñalado, Jhonny al salvarme del auto》parpadee, por alguna razón me sentía tranquila. Toqué la puerta de Mickey un par de veces, nadie contestó, nadie salió. Necesitaba hablar con él, era el único que podía darme un poco de información acerca de los Salvatore.

Acontinuacion, sin más respuesta, regresé a mi auto. Conduje, hasta que me estacioné en un parque. La risa de los niños, el correr de aquí para allá, las madres comprándole helados, me traía muchos recursos. Bajé del coche sacando mi block de dibujo; caminé hasta sentarme en un banco, acto seguido, dibujé.

Dibujé una sombra negra con un cuchillo y un hombre aterrado.

Dibujé a Dante en coma. Arriba del mismo escribí: Familia Salvatore. Sostuve el block con firmeza, con mucha incertidumbre.

—Descubriré la verdad.

Bufé. Centré mi vista en los niños y en el sol tan asombroso que hacia. Anteriormente, mi madre solía llevarme a este parque después de salir de la iglesia, siempre ha tenido esa costumbre de ir dos veces a la semana, de igual forma me gustaba asistir, porque allí también habían muchas niñas de mi edad. Papá nunca iba, siempre trabajaba, y en ocasiones duraba fuera de casa hasta un mes por asuntos de la empresa, a la verdad, siempre me molestó que se fuera, el trabajo me estaba robando el cariño que me correspondía.

Suspiré.

Me levanté dirigiéndome a casa, conducir me hacia sentir bien.

—¿Donde estabas?—preguntó mi padre apenas cerré la puerta.

Me encogi de hombros.

—Salí por ahí—ahí respondí con desinteres.

—Tu madre ha estado muy preocupada por ti.

—¿Donde está ella—miré a todos lados.

—Salió al hospital a buscarte. Me dijo que tuviste un ataque de ansiedad anoche.

—Si, lo tuve.

—¿Por que estas así?—preguntó con aspereza.

—No se, dímelo tú—del bolsillo del pantalón sacó las llaves. La expresión de mi padre se torna sombría.

—¿Por que Sandy tiene estas llaves papá?—se paraliza.

—¿Donde las encontraste?

—Ella me las dio. Acaso, estas engañando a mamá...

—Noooo, por supuesto que no—jadea nervioso.

—Papá, ¿quien es esta familia? ¿por que Sandy tenía tus llaves?, ¿qué está ocurriendo? por favor explicamelo porque no entiendo nada, y por más que me esfuerzo no logro encajar las piezas de este puzzle. Papá...dime la verdad.

No hay respuesta. Solo su mirada asustada.

—No puedo... solo, no te acerques a Sandy por favor.

—¿Por qué?

—Porque me odia —contesta con angustia.

—¿Por qué te odia papá?. ¿Que está ocurriendo? —camina de un lado a otro desesperado, se toma la cabeza, su rostro toma un color blanco.

—Todo esto es mi culpa—rompe en llanto, aún sigo sin entender.

—Papá no entiendo.

—Nunca hubo trato, ni contrato. Pensé que casándote con Dante estarías bien. Se suponía que te llevaría lejos de todo.

—Papá...¿de que hablas?

Asimismo, su nariz comenzó a sangrar, se sostuvo de la mesa respirando por la boca.

—No puedo respirar...

—Papá.

—No puedo respirar.

Corrí al celular para llamar a emergencia, estaba nerviosa, las manos me temblaban, no sabía cómo ayudarlo.

—Papá por favor... respira, ya la ambulancia viene en camino.

Suspiró. Luego, se desmayó.

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