Estoy ansiosa quiero que lo pruebe y me diga que tal, toma la taza y le da un sorbo para probarlo y yo me quedo esperando a que me diga algo, abre mucho sus ojos, creo que no le gusto
–Esta riquísimo y ya es dulce por las frutas- y suelto la respiración, si le gusto
–Vas a ser una buena esposa- su comentario hace que me sonroje
- Me alegro que te guste él te- mientras tomamos el té en un cómodo silencio me doy cuenta que me siento cómoda estando con el
- ¿Qué hacen los domingos? -
-Lo que tú quieras, Lily va a nadar, los chicos van a jugar futbol, las chicas hacen un postre y yo salgo a cabalgar- me imagino a Nate sobre un caballo y me pongo roja
-Me gustaría cabalgar…- me paro con la taza en la mano y la lavo, la dejo secar y me dirijo a la puerta, Nate me toma del brazo
–Yo te llevo a cabalgar, ven vamos a cambiarnos para ir a montar- me toma de la mano y subimos los tres tramos de escaleras en silencio porque no me puedo concentrar en otra cosa más que en el contacto de su mano con la mía.
Llegamos a nuestros cuartos, yo solo iré a ponerme zapatos, entro y me pongo mis converse blancos y salgo, espero a que Nate salga, cuando sale se me seca la boca-Ya está, vamos- dios está buenísimo vestido como jinete
- ¿Montaras vestida así? - me dice mientras bajamos las escaleras
–Si ¿Por qué? -
-No es la ropa más cómoda para montar-
-Para mí lo es, yo puedo montar hasta en traje de baño y sin silla- Nate se frota el mentón pensativo
– Eso es impresionante e interesante de ver- yo me sonrojo, por su comentario, salimos y nos dirigimos hacia las caballerizas.
Las caballerizas son pequeñas, pero lujosas, hay muchos caballos pura sangre, entramos y Nate toma una yegua palomina, es hermosa y tiene unas patas fuertes, yo camino y camino, pero no me decido cual montar, de repente escucho un relincho fuerte hasta el fondo de las caballerizas, y veo un caballo n***o hermoso, es grande y se ve que es fuerte, voy a sacarlo, pero Nate me detiene
– No creo que sea una buena idea montar este caballo-
-¿Por qué? Si es hermoso-
-Lo sé, pero este semental no se deja montar a mí me costó trabajo montarlo- dice con una mueca de dolor, supongo que se cayó un par de veces de este hermoso caballo
- Bueno pues yo quiero montarlo-
-No quiero que te lastimes-
-No lo hare, en casa tenía una así y yo lo dome a la perfección-
Tomo la puerta que Nate sostiene para que no entre
–Déjame entrar por favor- le digo mirándolo a los ojos y aparto su mano sin dejar de verlo, entro y el caballo relincha de nuevo, yo alzo las mano para calmarlo, se acerca y sé que puedo acariciarlo, le hago círculos en sus crines, le digo al oído
– Tranquilo- y el caballo se calma, tomo las riendas y sale tranquilamente, volteo a ver a Nate
–Ves y aún sigo viva-
-Anda vamos a montar- de pronto toma mi mano, toma a su yegua y salimos a montar al campo, cuando salimos todos nos ven, supongo que es porque Nate me toma de la mano
–Bien todos van a presenciar si eres capaz de montar este caballo- Dice como si supiera lo que pienso, nos detenemos y Nate quiere ayudarme a subir al caballo, pero antes de que él llegue ya estoy arriba, el caballo se mueve un poco me acerco y le digo al oído
- Tranquilo-
Se calma de nuevo, Nate sube a su yegua
–Sabes arruinarle el momento a un caballero cuando desea ayudar-
-Soy muy capaz de subir a un caballo- le digo y hago avanzar al caballo un poco
- ¿Cómo se llama la yegua? - Juno – le gustan los nombres de dioses
- ¿Tú se lo pusiste?-
- si -
-¿Y este como se llama? - le digo acariciando al caballo
–No tiene nombre-
-Yo le pondré uno- Nate está un poco exasperado, y un poco divertido, me acerco al oído del caballo y le digo
–Te llamaras Perseo –
-Buena elección de nombre-
– Bueno la idea me la diste tu-
Hago que el caballo trote, Nate me sigue y por alguna razón quiero correr, agito las riendas del caballo y sale galopando
–Frann, espera- me dice Nate cuando salgo corriendo, el también hace galopar a la yegua, pero no logra alcanzarme, logro meterme al bosque, que está dentro de la escuela y oigo a Nate que viene detrás de mi
-Más despacio Frann, por favor, te vas a caer- pero no le hago caso, hay una raíz de un árbol que se ha salido de la tierra hago que el caballo corra hacia ella
- ¡Frann! - Grita y yo salto sobre esa rama y me siento libre, detengo al caballo y Nate logra alcanzarme
- ¿Acaso estás loca? - me grita es obvio que está molesto
–Tranquilo, yo sé lo que hago, este caballo necesitaba correr y se lo di- de pronto se le dulcifica la mirada acerca más la yegua a Perseo y me toma de la cara
–Definitivamente estás loca, ¿Estás bien? - yo asiento y de pronto dejamos de oír el alboroto de los chicos jugando, las charlas, se lo que va hacer, me va a besar, roza mi labio inferior, se acerca cada vez más, nuestros labios están cerca, pero Perseo se sale de control comienza a relinchar.
Nate se baja porque estoy a punto de caerme, me acerco como puedo, pero el caballo se para en dos patas, vuelve a ponerse en cuatro patas y le digo
- estoy yo aquí- y escuchamos que una rama truena bajo la presión de ser pisada
- ¿Oíste eso? - asiente y se pone tenso y yo me preocupo
- ¿Quién está ahí?- Pregunta, se oye de nuevo que truena una rama, luego dos, después son más, como si estuvieran caminando rápido o corriendo, esta vez la yegua se pone nerviosa y Perseo comienza a inquietarse, Nate sube de nuevo a la yegua y espera
-Nate, mira hay alguien ahí- se ve una sombra, de un hombre tal vez, es difícil saberlo porque comienza a oscurecer
–Corre- me dice y salimos galopando a toda velocidad, no me di cuenta que me adentré demasiado en el bosque,
-Nate ¿Qué pasa? - Nate se queda callado
-Nate contéstame- pero sigue sin decir nada, los caballos siguen corriendo, salimos del bosque y se ven las caballerizas, pues no nos detenemos entramos cabalgando a las caballerizas, yo me voy hasta el fondo de ellas, me bajo y meto a Perseo de donde lo saque, lo mismo hace Nate con la yegua, camino de manera enérgica hacia él
- ¿Qué demonios fue eso? - le digo gritando, estoy histérica.
- No lo sé, nadie entra tan profundo al bosque sin caballo, tal vez fueron los de último año queriendo hacer una broma- y veo que esta consternado, se acerca a mí y me toma en sus brazos
–Estas temblando- me aleja un poco de él toma mi cara con sus manos para que pueda verlo y en sus ojos se ve la preocupación
–Estas bien – me dice, afuera comienza a llover, me tomo del rostro de nuevo para ver si no tengo ningún rasguño, nos vemos fijamente y se va acercando lentamente, nuestros labios se rozan y oigo que alguien viene
–A aquí están- Dice Estefan yo volteo y veo Nathan que frunce el ceño cuando ve que Nate me está abrazando
- ¿Qué paso? ¿Por qué tardaron tanto en regresar? - Pregunta Nathan, Estefan mira extrañado a Nate, se dicen algo con la mirada y eso no es bueno,
-Vimos a alguien en el bosque-
-¿¡Que!?- Grita Nathan, avanza hacia mí y me toma de los brazos
- ¿Dónde?-
- No lo sé- le digo con miedo de la mirada de Nathan
–Nathan cálmate- le dice Estefan tomándolo del hombro, lo aparta, Nathan se va y le da un golpe a una de las puertas y sale de las caballerizas
-Disculpa a mi hermano– Yo asiento y avanzamos a la entrada de las caballerizas
-Toma- me dice Estefan poniéndome su chaqueta sobre los hombros, yo veo como Nathaniel sale tras de Nathan
–Ven, vamos a casa- salimos y la lluvia es un alivio, Estefan se quita sus anteojos para ver mejor
- ¿Qué acaba de pasar? Estefan voltea a verme
–Seguro fueron unos idiotas que quisieron hacerles una broma- -Nathan no pensó eso-
–Mi hermano siempre exagera las cosas-
-Nosotros veremos quienes fueron no te preocupes- asiento y lo que resta del camino andamos en silencio.
Cuando llegamos a casa, Estefan me escolta hasta mi cuarto y llegamos a mi puerta
– Gracias, por acompañarme-
-No es nada, si necesitas algo, toca en la puerta que esta hasta el fondo-
-Claro, gracias-
Me meto a mi cuarto y lo primero que hago es cambiarme la ropa mojada, cuelgo detrás de la silla la chaqueta de Estefan para que se seque, voy a la cómoda y saco un short y una blusa de tirantes de satén rojo, me lo pongo y voy al tocador por un cepillo para cepillar mi cabello y no se esponje tanto cuando se seque.
Estoy terminando de cepillar mi cabello cuando tocan a la puerta, abro y veo a la pequeña Lily
- ¿No vas a bajar a cenar? - ahorita no pienso en cenar sino en quien demonios se quiso hacer el chistoso espantándome en el bosque –No gracias, no tengo hambre-
Lily frunce el ceño, pero no hace preguntas, lo cual agradezco
–Está bien – se va y cierro, supongo que ella no sabe lo que ha pasado, tan solo de recodarlo me recorre un escalofrió por la espalda, me parece demasiado, para ser una broma, si alguno de los dos se hubiera caído del caballo...
Tocan a mi puerta, yo estoy en mi cama con las piernas cruzadas leyendo
- ¿Quién? - pregunto mientras me pongo una pequeña bata a juego con el pijama de satén
–Soy yo Frann- se escucha la voz de Nate al otro lado de la puerta
–Adelante- digo mientras yo voy y cierro la ventana del cuarto, me volteo y veo que Nate se me queda viendo con cautela
–no bajaste a cenar…-
-No tenía hambre- digo encogiéndome de hombros
–Te traje un té-
lo deja en la mesita que está a lado de mi cama
–Gracias- de pronto Nate se acerca a mí y me abraza
–Lo siento, fueron unos idiotas de otra casa a los que no les caemos bien, siempre buscan una manera de molestar a alguien de la casa- asiento
–Si algo te hubiera pasado… si te hubieras caído del caballo…-
-Hey estoy bien- y le sonrió, el asiente, se aparta un poco, me roza el rostro con el dorso de su mano, levanto la vista hacia sus bonitos ojos y ahí están de nuevo esas ganas de querer que me bese veo como se le oscurece la mirada y como si él pudiera leerme el pensamiento me besa.
Estamos en medio del cuarto, yo subo las manos a su cabello y se lo jalo, el baja sus manos a mis caderas, sus grandes manos prácticamente las cubren, y él hace más profundo el beso, de pronto me carga tomándome de los muslos y me tira en la cama.
Siento todo su peso sobre mí, me besa y de pronto me muerde el labio inferior, vuelve a besarme y comienza a bajar por mi cuello, en su paso me muerde el lóbulo de la oreja, sigue descendiendo mientras sus manos ascienden, desatando la bata, comienza a darme besos en las clavículas, mientras sus manos van subiendo la blusa de tirantes…
¿De verdad lo voy hacer aquí? Y con alguien que no conozco bien. Y como si pudiera escuchar lo que pienso.
Se detiene y me mira
–Lo siento- me susurra y sostiene parte de su peso en los brazos
–Yo no- le confieso y él se endereza y dejo de sentir la presión de su cuerpo, se sienta a mi lado
–Siento lo de hace un momento, no estaba pensando con claridad, es solo que eres tan atractiva- yo asiento porque ya no sé qué decir, se frota el cabello y se levanta
–Sera mejor que me vaya, antes de que cometa una locura contigo- me guiña el ojo y yo me pongo del color de mi pijama, me levanto también y lo acompaño a la puerta
–Buenas noches Bella- me acaricia el rostro, me da un casto beso y se mete a su cuarto.