Traviesa y Peligrosa

UNA CHICA CON CUALIDADES

Las clases que está recibiendo con Elena, son agotadoras, ella le pide perfección en cada clase, se esfuerza a más no poder, maldice las veces que se escapó de las clases de etiqueta que su padre le pagaba.

—Lo estoy haciendo bien Elena.

—Si ya tienes dominio de los zapatos, cada vez que domines el alto de esos zapatos iremos en aumento, hasta dominar los tacos aguja.

—¡¡Estás bromeando, verdad!!

—Nada es broma Abigaíl, si quieres conquistar a un hombre debes dominar este alto de zapatos.

—No sé que tiene que ver eso con lo otro, no lo relaciono.

—Las mujeres que dominan un par de zapatos altos, son capases de conquistar el corazón de cualquier hombre.

—No creo eso, pero si tú lo dices, solo lo hago porque mi hermano me está obligando.

—Él quiere tu bien, tu hermano te conseguirá un buen pretendiente.

—No es necesario, lo que quiero lo consigo sola, soy amante de lo no tradicional.

—Eso lo noté desde que entraste por esa puerta, ahora mira en lo que te estás convirtiendo en una verdadera dama, solamente mantén esta imagen y verás que se te hará costumbre.

—¿Lo dices por experiencia?

—Exacto. Soy una mujer que sabe usar muy bien las armas de mi cuerpo. —Aby solamente rueda los ojos al escucharla, es muy superficial, para su gusto.

Pasaron el día practicando caminatas cortas y largas, de como sentarse con faldas cortas y no mostrar nada, como coquetear sin llegar a ser vulgar, esa fue la parte que más le gusto a Abigaíl. Al caer la noche caía rendida, los zapatos la mataban, tiene que soportar porque así su hermano no le prestaría mucha atención, ella sabe que Elena le informa de cada detalle que pasa durante el día.

El momento de su gran escape llego, ceno con normalidad junto a su hermano y esposa, puso en práctica todo lo que Elena le enseño, para que esa mujer quedara bien ante los ojos de su hermano. Después de cenar ellos se retiraron románticamente ella hizo lo mismo, busco su mochila, metió el traje, se puso sus tenis y el casco en su otro brazo.

Acerco su oído a la puerta de la recámara de su hermano, parecía que tenían una batalla, ella gemía fuerte y se escuchaban los estruendos dentro de la habitación, Aby no soportaba las ganas de reír. Bajo las escaleras en medio de la oscuridad. Hasta llegar a la cocina, saco la llave y abrió la puerta, hay un camino de piedras, cerro con llave nuevamente y corrió por ese camino hasta ir a dar a la calle, dio un suspiro porque en ese trayecto no hay vigilancia permanente.

Rápido detuvo un taxi, se vistió mientras llegaba, ordenándole al taxista que fuera a ver, aunque se lo puso encima de su ropa, iba unos minutos retrasada. Inovoc estaba nervioso porque ella no aparecía y la carrera esta por empezar, Sergey esta a punto de abandonar la carrera cuando Inovoc anuncia a su auto.

Ella está manejando el auto colocándose a la para del suyo, sonrió al ver que ella se hizo presente, esta vez no la dejaría ganar. Las apuestas subieron sorprendentemente, Inovoc estaba emocionado porque las apuestas estaban subiendo a su favor. Los carros aceleran para mostrar la capacidad del motor de cada auto, Sergey no le quita la mirada de encima, ella va con el traje n***o y el casco que tomo de trofeo, tiene gran curiosidad por conocerla.

Anuncian que la carrera comenzara, la rubia se pone en medio para dar la salida, al bajar el banderín los autos arrancan, Sergey y Aby van tomando la delantera, esta vez él está tomándola en serio. La carrera se empareja ambos van empatados, Aby sabe que no puede usar la misma estrategia con él, tiene que idear otra maniobra.

Solo van ellos corriendo cuando seis motocicletas se les unen, su objetivo es el auto de Sergey, quien trata de quitárselas de encima, Aby maneja prudente mente atrás de él mirando el espectáculo. Tiran cadenas con púas a las llantas el auto pierde el control, Sergey trata de controlarlo logrando no estrellarse, que ese era el objetivo de los tipos en motos.

Abigaíl al ver que el auto de él no puede continuar, se detiene a una distancia prudente, Sergey se quita el casco para enfrentarlos, los tipos no tienen arma de fuego, al igual él. Aby se baja del auto sin quitarse su casco, no quiere revelar su identidad, los tipos lo comienza a atacar, son ocho contra uno el lugar donde están es desolado.

—¿Quién los envió? —Gritaba Sergey.

—Solo te daremos una lección por meterte en territorios que no son tuyos.

La pelea comienza, un tipo le da en la espalda con un bate, haciéndolo caer al suelo. Mientras los otros le dan a puño limpio, él no se queda atrás peleando, dejando a dos inconscientes, Aby se debate en interferir o no, pero al ver que lo están sometiendo, se arriesga, corre hacia ellos.

Se sube al techo del auto de él para poder impulsarse con una patada en la espalda al hombre que lo tiene sujeto, dejándolo libre, lo ayuda a levantarse y ponerse en guardia.

—¿Sabes pelear, mujer?

—Me defiendo un poco.

Ambos se ponen de espaldas para contra atacar, Aby ataca las partes nobles de sus contrincantes, inmovilizándolos de las rodillas, Sergey usas sus técnicas entre Judo y pelea libre. En cambio, Aby es experta en karate, su técnica más empleada es inmovilizarlos de las rodillas que el oponente no puede ponerse pie permanentemente.

Al dejarlos inconscientes en el suelo, Sergey cae sobre el capo de su auto. Ella se arrima a la puerta a tomar aire, el casco le impide tomar el aire que necesita, pero no se lo piensa quitar. Después de estar un rato en silencio recuperándose de lo que les acaba de pasar.

—Regresemos en tu auto. Yo conduzco.

—Como quieras. —Se suben y Sergey conduce de regreso a la meta.

—¿Por qué no te quitas el casco?

—No voy a revelarte mi identidad, tendría muchos problemas, me debes eso por ayudarte.

—Claro, no soy tan imbécil para no reconocer tu ayuda, gracias por intervenir.

—De nada. Déjame aquí a la orilla de la carretera tomaré un taxi.

Dime donde te dejo, aunque sea cerca de donde vives, esos tipos nos pueden estar siguiendo.

—Crees que nos sigan.

—No lo considero correcto, que tal que ellos regresen, sin embargo, nunca se sabe si hay más. —Aby lo pensó un poco, la calle se ve desolada por lo tarde que es.

—Déjame cerca de la estatua que divide la calle.

—¿No eres de este país?

—¿Por qué lo dices?

—Por nada. —Sergey como ciudadano conoce muy bien el nombre de esa estatua, en cambio, ella no supo decirlo. Ya tenía la primera pista.

Al llegar a esa calle ella se baja del auto dándole las gracias, ella espera que él se vaya y desaparezca de su visión, corrió hasta llegar a casa de su hermano entro por donde salió, nadie ha despertado aún. Entra a la casa cuando entra a su dormitorio da un suspiro de alivio, se quita el casco y el traje, que nota que fue roto en la pelea, le tocara costurarlo.

Sergey llego a la meta, su hermano se alarmó porque las cámaras fueron desactivadas, al ver que fue él quien está llegando en su auto, y no ve por ningún lado a la chica, corre hacia él.

—¿Dónde está ella?

—Gracias por preguntar como estoy.

—¿Qué paso? Las cámaras fueron desactivadas.

—Malditos me tendieron una trampa, si esa mujer no hubiera entrado en acción yo no estaría aquí, ellos me superaban.

—¿Cuáles ellos y la chica?

—Ella esta a salvo rumbo a su casa, aparte de correr bien sabe pelear.

—¿Qué? Esa mocosa sabe pelear dices.

—¿Conoces el rostro de esa mujer?

—No, solo digo por su tamaño, se ve que es una mocosa.

—Ella sabe karate, lo maneja muy bien, Inovoc, quiero a esa mujer, haz lo que tengas que hacer para traérmela.

—Hermano, eso me será imposible, no tengo la más mínima idea de donde encontrarla.

—Es una orden.

—Me la pones difícil.

—Tienes dos días para traerme a esa mujer, no quiero dejarte sin nada hermano, es mejor que muevas tus influencias y la traigas ami.

Inovoc, está preocupado, sabe que cuando a su hermano se le mete algo en la cabeza no desiste tan fácilmente, él sabe quien es la chica, pero no quiere descubrirla. Tampoco quiere quedar en la calle, porque de algo que si sabe que su hermano no se compadece de nadie.