Inovoc fingió tener ganas de ir al baño lo único que quería era estar a solas con Aby, cuando ella le muestra la puerta del baño él la acorralo en el pasillo mirando que nadie los siguiera, Aby se atemoriza ante la acción de él.
—Eres ella.
—¿De qué habla?
—Sé que eres ella, cuando miro una persona jamás se me olvida el rostro un que lo disfraces.
—¡Aléjese! ¿No sé a qué se refiere?
—Bueno como lo sigues negando tendré que exponerte ante todos en la cena, ¡vámonos!
—Nadie te creerá.
—Tengo videos, considero que tu hermano conocerá a su linda hermana.
—¡Espera! ¿Qué quieres?
—Lo sabía, desde que te vi lo supe, aunque tenía mis dudas por el cabello largo, pero tu cara jamás se me olvidaría.
—Me vas a exponer ante ellos.
—Claro que no, no soy tan idiota, quiero hacer un trato contigo.
—¿Qué clase de trato?
—Sé mi corredora oficial.
—No puedo, mi hermano no me deja salir de noche.
—Vamos eres más inteligente que eso. Te puedo prometer una cuenta de banco especial para ti donde enviaré tus ganancias, no tienes que revelar tu identidad.
—Júrame que no se lo dirás a tu hermano.
—¡Mi hermano! Si él te descubre no seré responsable.
—Con tal no se lo digas directamente.
—Tenemos un trato entonces.
—solo correré una vez ala semana es todo lo que te puedo prometer.
—Es suficiente para mí. Este sábado te espero, dame un apodo para anunciarte.
—Un apodo, me conocen como el huracán Aby, pero ese mi hermano lo conoce.
—Déjame pensar, “Abyloz” aby y veloz. Te gusta.
—Es horrible, sin embargo, peor es nada.
—Perfecto con ese nos quedamos.
—Regresemos van a especular mal.
—¿Quieres ser mi novia de mentiras?
—Estás loco, ni de verdad ni de mentiras, únicamente diles que tenías diarrea.
—Eres cruel mi cielo.
Ella comenzó a caminar de regreso al comedor, miraron que ellos ya no estaban ahí, se fueron al siguiente salón, Inovoc llevaba una sonrisa que no se la quitaba nadie, mientras que Aby estaba desinflada, no podía creer que ese idiota la haya reconocido.
Antes de que se fueran ella desapareció, se adentró a su dormitorio, ahora tenía ese problema encima si su hermano se entera es capaz la encierra de por vida. Se tiró a la cama, miraba con mucha atención el casco, una sonrisa se le dibujó en el rostro, ahora ella tenía una excusa para estrenar su traje nuevo, era imposible que alguien la reconociera con el traje y el casco.
—Supongo que tendré que buscar la manera de escabullirme sin que nadie lo sepa, al estilo ninja, mi hermano no interpondrá en lo que me gusta hacer. Tengo que buscar la forma de salir de aquí sin ser detectada, toda fortaleza tiene un lado siego. Solo tengo que encontrar ese lado, me dedicaré estos días en explorar la casa, tengo que hallar esa manera silenciosa de salir de aquí.
Ella se dedicó los dos días restante antes de la fuga, a buscar ese sitio por el cual pueda escabullirse, se adentró a la cocina por una fruta, mientras medita que hacer en eso ve a la criada entrar por otra puerta, eso llama su atención.
—Hola, a donde se dirige esa puerta.
—Va a la calle, es la que usamos los empleados para salir de la propiedad, aunque se mantiene bajo llave por seguridad.
—Quienes tienen llave de ella.
—Solamente los empleados señorita.
—¿Mi hermano tendrá alguna copia?
—Si él tiene una, en su despacho.
—Muéstramela para ver que tan grande es, me ha llamado la atención el picaporte. —La sirvienta le muestra la llave ella la memoriza para poder encontrar una que se le parezca.
David salió al caer la noche para una reunión, Elena se encerró en su dormitorio el niño con la niñera igual, todo está calmado en la casa. Llevo su gancho especial para abrir puertas comunes, la de la cocina el llavín era complicado con solo verlo, mientras que el llavín del despacho era común y corriente.
Al llegar checo que nadie la viera, silencio total reinaba en el pasillo, se dedicó abrir, al lograrlo hizo el baile de la victoria silenciosamente, entra con sumo cuidado, enciende la luz de su celular para poder ver, cierra la puerta y se dedica a buscar la llave extraña.
—Si fuera mi hermano ¿En dónde la escondiera?
Pensó por unos segundos y se agachó a buscar debajo del escritorio a ver si ahí la ha ocultado, dicho y hecho, estaba adherida a la madera. La quito colocando en su lugar otra llave para que no quedara el vacío, por mientras le hacía una copia.
Salió rápidamente del despacho antes que su hermano regresara y la pillara metiendo sus narices donde no debe. Ya tenía resuelta la salida de la casa, solo le faltaba el transporte, llego a la conclusión que viajaría en taxi vale que tiene dinero para pagarlo.
Todo lo tenía resuelto, nada más le quedaba que su hermano ese día no estuviera en casa, así sería más fácil su huida, sonreía al suponer que podría competir nuevamente con Sergey, quien ahora era más interesante que antiguamente. Elena la ayudaba a que se mantuviera arreglada en casa, para que fuera practicando andar en tacones altos.
A la mañana siguiente se despertó temprano por lo ansiosa que estaba, miro por su ventana y se admiró al ver a Sergey y su hermano caminar con unos hombres hacia la casa de atrás, donde su hermano le ha prohibido ir, la vista no era buena desde su habitación. Se cambió con su pantalón y camiseta y zapatillas, aún era muy temprano.
—Busco una habitación con ventana al patio trasero, se fue a la última habitación se adentró con cuidado, esta vacía, nadie la habita, se asomó con cuidado. Ambos platican en la entrada de la casa, por instinto Sergey mira hacia la ventana logrando verla, sonrió ante lo atrevida que es la joven.
—Me miro, pero no le dijo a mi hermano. ¿Qué habrá ahí de interesante?
Espero un buen rato como a la hora salieron de ahí, ella se esconde detrás de las cortinas gruesas, Sergey miro con atención, y logro verle cuando se asomaba, eso le pareció muy atrayente. La chica quería alimentar su curiosidad, David no se dio cuenta de lo que él ha percibido sin querer queriendo.
—¡Mátalo! Ve la manera de deshacerte de él sin dejar rastro.
—Ya confeso ahora solo eso queda por hacer.
—Es un traidor, y los traidores pagan muy caro su traición.
—No te preocupes Sergey, nadie sabrá que es él.
—Entonces me retiro, me saludas a tu familia.
—Está bien, cuídate.
Antes de emprender su camino la miro y le sonrió, sin que David sospechara, la chiquilla tenía agallas para vigilar a su hermano, se dio cuenta de que ella no era como las otras chicas de su edad. Se marchó de ahí, pensando en ella y su curiosidad que le traerá grandes problemas a su subordinado.
Esta por llegar a su condominio cuando su hermano lo está llamando, no le contesta porque va en carretera además no esta de humor para las bromas de su hermano que es bien despreocupado en los asuntos de la familia. Cuando está dentro de su apartamento, se desviste y tira la ropa a la basura, ya que fue estropeada de sangre, cuando se baña, la tira en chimenea para que se haga ceniza, la chimenea tiene un vidrio contra el fuego al cerrarlo el humo no se filtra. Toma el celular y lo llama.
—¿Ahora que quieres?
—Estas de mala, que lastima.
—Habla Inovoc no estoy para tus juegos.
—Te voy a alegrar tu día, la chica correrá mañana. —De inmediato se puso de pie, eso quería escuchar.
—Sabes quién es.
—No, eso sí que no lo sé, ella me contacto enviándome una nota que la queme por órdenes de ella si no se hacía presente.
—¡Maldición! Creí que eras más inteligente.
—Es todo lo que pude hacer para no espantarla.
—Mañana sabré quien es esa mujer.
—Te deseo suerte con eso. —Colgó la llamada.
Sergey se sirvió una copa con vino, se sentó frente a la chimenea y saboreo el vino, el momento de saber de quién se trata esa fabulosa corredora llego. Ahora solo es cuestión de tiempo.
Aby practicaba el ser una dama en todo tiempo bajo la guía de Elena, quien era amable con ella para agradar a su marido, esa parte le era confusa a ella, no comprendía por qué esa mujer tan hermosa tenía que mantener contento a su hermano.