AZUL
Cuando despierte ya era de noche, creo que tanto calmantes me están relajando de más, mi hermano también se acaba de despertar, no me gusta estar causando molestias a él, por qué se que es muy ocupado su trabajo pero aún así se niega a dejarme sola.
— Princesa en un momento llegará Luna para hacerte compañía - no me gustaba estar molestando a más personas.
— Pero Santi yo me puedo quedar sola - con la mirada que me dio ya mejor no digo nada.
— No te dejare sola, para que venga Catalina, nuestra madre a estar molestándote. - bueno asta eso tenía razón.
— Bueno solo por esta vez, acepto que Luna me cuide. -no me quedaba de otra.
— Gracias.
Pasaron como unos tres minutos cuando Luna entro por por la puerta de mi habitación.
— Hola Azul ¿Cómo te sientes? - me preguntó con una radiante sonrisa.
— Me siento bien, ya no veo la hora de irme a casa - dije tratando de sonar emocionada.
— Sobre eso creo que no irás a casa de mamá, tu señorita te vienes con migo a mi departamento - definitivamente mi hermano se volvió loco ¿Cómo voy a ir a vivir con el? o mejor dicho ¿Cómo mi madre lo va a permitir?
— Por la que veo en tu cara cuñadita, ¿no sabes que Santiago está peleando por tu custodia solo por los meses que te faltan para cumplir tus 18 años?
— ¿estás haciendo eso Santiago? Díos -dije agarrando mi cabeza- mamá va a enloquecer. - no mentía, en verdad se volvería loca.
— Que enloquezca pero no puedo permitir que te siga lastimado, Azul te lo he dicho muchas veces, o al menos desde el momento en que te conté la verdad, tu eres más mi hermana que las que de verdad lo son, y si te tengo que proteger de mamá, papá y de ellas mismas lo haré, -suspiro para proseguir diciendo — Azul se que tanto Camila como Daniela te maltratan, no trates de negarlo, a demás te tengo que mantener legos de ellas por qué para ti y tu salud es lo mejor, tu tienes que estar tranquila, es posible que tengas problemas en el corazón por tanta cosa que mi mamá te hizo hacer, y para recuperarte de los desórdenes alimenticios que tienes va a ser una lucha muy larga, es necesario que me permitas a mi y a Luna estar para apoyarte -mis ojos y los de mi hermano estaban llorosos y Luna ya no se diga, ella es muy sensible.
— Está bien, voy a hacer todo lo que me digas hermanito -dije siendo lo más sincera que pude.
— Eso me gusta, - me seque las lágrimas, Luna y Santi también — Me tengo que ir a trabajar pero por favor Luna cuida a mi hermana y si mamá viene no la dejes entrar por nada del mundo a esta habitación, a demás me llamas en ese preciso momento -lo dijo en un tono tan serio que asta miedo da.
— Claro, yo me encargo de todo, - después de eso, mi hermano beso mi frente y a Luna en los labios para luego retirarse.
— Y cuéntame Luna cuando se casan -creo que lo dije muy de golpe por qué se ahogo con su propia saliva.
— No....Yo...No - asta tartamudea y yo rompo a reír.
— Estás bueno solo era para pasar un rato platicando pero veo que te pusiste nerviosa. -digo entre risas.
— Está bien vamos a platicar -suspira — No es mi sueño, no soy como ese tipo de Mujer que sueña con su vestido blanco y una boda de sueños, para mí todo recae en pasar momentos juntos cómo una pareja pero sin boda ¿me explico?
— Si te entiendo, -suspire- ¿le sigues teniendo pavor al compromiso? ¿es eso? -asiente con su cabeza- Yo si pienso en esos cuentos de hadas, dónde te casa con tu vestido blanco, en una boda de sueños acompañada de tu familia y amigos, pero sabemos que eso nunca me pasará.
— ¿Por qué crees eso?
— Luna no me has visto, soy una joven de 17 años, en 8 meses 18 y nunca he tenido novio, si le sumas que ahora que dejaré de ser modelo ya nadie se fijará en mi y no podré hacer una vida normal por qué creerán que soy una presumida -cuando Luna está por contestar se habré la puerta y entra el doctor Manuel, rápido limpio mi rostro, no se ni en que momento empecé a llorar.
— No tienes por qué preocuparte de eso, a simple vista se ve que eres todo lo contrario a lo que acabas de decir, y perdón por escuchar pero fue imposible no hacerlo. -¿por que siento cada vez que lo veo que lo conozco?
— No te preocupes, agradezco que pienses eso. -dije con una sonrisa, por que vamos, siempre es bonito que te digan cosas bonitas.
— Si cuñis el tiene razón, en algún lugar estará tu príncipe azul para rescatar a su princesa o a lo mejor y asta ya lo encontraste - dijo mirando al doctor y este se ¿avergonzó?
— No se -di un largo suspiro --- pero lo que si se es que en algún momento Santi te pedirá matrimonio y en ese momento ¿Qué le vas a decir? -tenia que decir algo para no hablar mas sobre mi.
— Que aceptó -dijo sin dudar — Una cosa es que no sueño con eso pero no lo rechazaría, hablamos de tu hermano. -lo dijo muy seria mi cuñada que no tengo duda de lo que me acaba de decir.
— Más te vale -dije amenazándola con un dedo.
— Bueno señoritas, paso a hacer mi trabajo -dijo Manuel.
— Si Claro.
La siguiente media hora paso revisándome y viendo que todo estuviera en orden.
— Bueno Azul, mañana te daré el alta pero voy a necesitar que vayas a hacerte unos estudios para ver qué tendrás problemas con el corazón, a demás te pediré que por favor vayas a ver un psicólogo. -dijo el tranquilo pero yo entre en pánico.
— ¿Problemas de corazón? ¿Psicólogo? hay noooo -me largue a llorar.
— Azul hermosa no llores, verdad que no tendrías nada con respeto al Corazón y el Psicólogo es solo para que superes algunas cosas -Luna trataba de consolarme pero no servía de nada.
— Te das cuenta, soy muy joven que tendré problemas con el corazón, como tendré una familia si puedo morir y todo por culpa de mi mamá -era un mar de llanto.
— Haber Azul de dónde sacas eso, usted tenga lo que tenga podrás tener una vida normal, y yo me encargaré de eso pero por favor ya no llores, esto te hará mal. - decía el doctor.
— ¿Por qué todo esto me pasa a mí? -pregunte cómo si alguien me diera una respuesta.
— Azul cálmate me estás preocupando, ese aparato está sonando más de lo normal. -Luna miraba al doctor con mucha preocupación en su rostro.
— Tendré que ponerle un calmante por qué si no todo se complicara mucho más -vi que algo ponían en el suero y mi cuerpo poco a poco se calmo, podía ver cómo Luna y Manuel me veían con preocupación en su rostro y luego poco a poco mis párpados empezaron a pesar asta que todo se volvió oscuro.