Las sombras que regresan

1819 Words

El coche se detuvo frente al edificio donde vivía Natalia. La noche parecía tranquila, y sin embargo, su corazón latía con fuerza, como si presintiera que algo cambiaría. Ales apagó el motor y giró hacia ella, tomándole la mano con ternura. —Esta noche no voy a quedarme —dijo, sin soltarla—. No porque no quiera. Créeme, me cuesta irme. Pero tengo que hacer una llamada y resolver unos asuntos urgentes de la empresa. Natalia bajó un poco la mirada, asintiendo con un gesto leve. No dijo nada. Solo esperó. Ales lo notó, y con una sonrisa suave, deslizó la mano dentro de su saco y sacó un pequeño envoltorio: un dulce de fresa. —Lída lo dejó en mi saco hoy... Quiero que lo compartamos —dijo mientras lo desenvolvía—. Tú comes la mitad, y yo la otra. Así estaremos dulces toda la noche, aunque e

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD