El placer de Bartolomé

Lo último que recuerdo es que íbamos en un avion caímos a una altura de 200 pies, desperté en una sala de hospital, ni siquiera sabía quién era, entraron dos sujetos a darme la noticia que me había salvado de un accidente aéreo pero mis padres lamentablemente no. No sentí nada, quizás porque ni siquiera sabía mi nombre, todo era extraño y nuevo para mí. Me moví y me dolía mucho la cabeza. En eso entró un hombre extraño, era quien se iba a encargar de mí. Hoy tengo 25 años hace 18 años mi vida cambió soy una persona muy madura para mi edad, pocas cosas me agradan siempre ando en orden, todos me temen hasta los mayores, estoy orgulloso de quien soy me encanta el poder, el poder controlar a la gente y hacer las cosas a mi modo me fascina. Entonces la conocí a ella... Iba en mi convertible, tomé el celular solo para ver la hora cuando sentí que choque con algo, baje y ahí la vi estaba sangrando e inconsciente realmnete no tenia ganas de ayudarla se veía humilde nadie iba hacer un escándalo por ella. Pero algo en mi impidió que la dejara ahí tirada a su suerte. La lleve a mi casa han pasado 3 días y al fin se despierta del coma al que la induci involuntariamente. -ah, auch!! Mi cabeza, diablos! En donde estoy? Porq... -shhh, calla niña, solo estabas tirada en la calle, al parecer alguien choco en contra de ti, - le dije, antes de que siguiera quejándose. no quería involucrarme en el incidente, aunque soy culpable al cien. - oh, ah, ya veo entonces vivo aquí? me pregunto la niña esa -Jaja por supuesto que no, esta es mi mansión , te traje aquí porque estabasas mal herida pero por lo visto ya estas mejor y ya es momento de que vuelvas a donde perteneces. - y a donde pertenezco? Tu sabes? Me puedes llevar? -a ver niña, haces demasiadas preguntas y yo no soy quien para responderlas ni siquiera te conozco, solo te recoji. Había perdido la memoria, estuvo en mi casa unos días más, busque en las noticias en las estaciones de policías por si alguien la andaba buscando o la conocía pero no pasó nada, ya me había fastidiado su estancia. -Hola Bartolomé, me atreví a traerte el desayuno a tu cama, estoy muy agradecida contigo . ~escuché una vocesita a un lado de la cama. Abrí bien los ojos y estaba ella, la pude ver bien por primera vez, tenía unos ojos muy hermosos color verde a ese verde del bosque más espeso, su cabello parecía una llama de fuego y sus pecas le daban una chispa a su belleza, me le quedé viendo unos cuantos minutos, cuando recapacite. -no niña, no! No puedes entrar a mi a habitación y mucho menos traerme comida, aquí no se come. -ah, pero Bartolomé, solo quiero agradecerte y no se como hacerlo, pensé que esta era una buena manera, disculpame.