"Eh..." Tracy arrugó una ceja, "usó muchas malas palabras". "Uno en particular me llamó la atención. Al menos a mí. Seay, ¿lo recuerdas?" Seay no estaba disponible para hacer comentarios. Tenía los ojos muy abiertos. No recordaba cómo parpadear. Sus párpados estaban sobre la cara de otra persona. Su corazón latía en los tímpanos de otra persona. El pie de su hermana estaba sobre el pie de otra persona debajo de la mesa. "¿Seay?" Mamá frunció el ceño e inclinó la cabeza al ver la expresión extraña de su hijo. "¿Todo bien, cariño?" —Yo... yo recuerdo la palabra —murmuró. "¿Podrías recordárselo a tu hermana?" Mamá asintió, sin dejar de mirarlo de cerca. "Tienes mi permiso para decirlo esta vez". —¡Puta! —balbuceó. Era difícil hablar en lengua ajena. "¿Puta?", se burló Tracy. "¿Esa es u

