CAPÍTULO 4

598 Words
  ━━━✧♡✧━━━ TOMA MI CORAZÓN. ━━━✧♡✧━━━ En la fría habitación del hospital, y conectado a los monitores que de vez en cuando el eco de sus sonidos rompía el silencio. Mark Williams estaba estable, dentro de su cuadro crítico. Para el ex-marine, el pronóstico no era para nada esperanzador. Así ocurriera un milagro y saliera de su situación, su recuperación sería difícil. Una de las balas a pesar de que había sido en el hombro, esta había corrido por su organismo, perforando uno de sus pulmones, y la otra en su estómago le había ocasionado un desastre en toda el área. Al punto de crearle dos choques hipovolémico por la pérdida de sangre.  Karla estaba afuera de la habitación, con los ojos hinchados de tanto llorar, y completamente desolada. No sintió cuando Ian se puso a su lado.  —¿Karla? —Ian la llamó y dio un pequeño salto. —¡Oh, señor Cooper! —sacudió la cabeza—. Disculpe, no le sentí llegar.  Ian en consideración puso la mano sobre el hombre de la chica. Con ese gesto, le transmitió un poco de calma. —Tranquila, no te preocupes.  Ella contestó con asentimiento de cabeza, y un largo suspiro. Para tratar de contener las lágrimas, pero con poca efectividad. —No sabía que eras muy cercana a Mark. Por fracciones de segundos, ella se quedó inmóvil. Notando como sus ojos de color whisky de su jefe, también estaban rojos por las lagrimas que había derramado. Nadie sabía que mantenían una relación de un poco más de ocho meses. Ambos eran discretos. Karla dio un respingo. —Sí, lo manteníamos en secreto —se encogió de hombros—. Ahora no tiene ningún caso que lo sigamos ocultando.  Ian quería decir algo, pero en ese instante llegó una enfermera. La cual iba a ponerle un medicamento a Mark. —Por favor, enfermera —la voz de Karla se quebró en llanto—. Permítame verlo, se lo suplico… será solo un momento.  —Disculpe, pero el paciente está en estado crítico, y por lo tanto no puede recibir visitas en este momento, y está inconsciente —la enfermera ladeó la cabeza con empatía—. Sin embargo; le comentará al médico tratante que usted quiere pasar a visitarlo.  —No me importa como se encuentra, solo quiero tenerle cerca —rogó Karla.  Al observar como Karla como imploraba, Ian decidió intervenir. —Por favor, solo será un instante. La chica es su novia, tiene derecho a estar con él.  La enfermera se condolió del estado en el que se encontraba Karla. —De acuerdo —suspiró—. Pero solo por un momento.  Karla le sonrió, pero la tristeza que tenía hizo que se viera forzada.  —¡Muchas gracias! Minutos después, Karla estaba vestida con el kit quirúrgico desechable para ver a Mark.  Su hombre imponente, y protector se veía vulnerable. Se acercó un poco más para tomarle de la mano. En la cual hacía notable su diferencia de tamaño, estaba tan fría que al hacer contacto se estremeció. Mark con la piel bronceada, y ella tan pálida. Le colocó una de sus manos en la mejilla fría, y dio una media sonrisa. Al recordar la tarde en la cual, él se había molestado. Porque le confesó sus sentimientos hacia ella. Alegó que era siete años mayor que ella, y que estaba muy cerca de cumplir los veintitrés. Pero Karla fue más astuta, y lo calló poniéndose de puntillas y robándole un beso, dejándolo con la guardia baja.
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