YO NO SOY TU MAMÁ

1489 Words
—Si, lo siento. —Se agacha y trata de quitarme a la pequeña de encima—. ¡Vamos Gala suéltala! —En su intento por moverla, comienza a tocar un poco mi pierna causando un extraño cosquilleo en mi cuerpo y haciendo que me sonroje al mismo tiempo. La pequeña sigue llorando cada vez más fuerte, cuando levanta la cabecita me encuentro con que esta pequeña tiene un gran parecido a mí a excepción de los ojos, sino lo supiera podría jurar que es mi hija, me mira con sus ojitos llorosos y suplicantes. —Lo siento pequeña, yo no soy tu mamá. —En cuanto mi jefe desenreda a su hija de mi pierna, casi salgo corriendo de allí escuchando a mi espalda el llanto de la pequeña, tomo rápidamente mis cosas y las guardo en mi bolso, me apresuro al ascensor y justo cuando estoy por apretar el botón mi jefe sale de su oficina. —Señorita Prati, por favor espere no se vaya. —Dios ¿ahora que quiere este hombre?, mi hora de salida ya se retrasó. —¿En qué le puedo ayudar? —Regreso el camino andado con todo el pesar del mundo. —¿Podría ayudarme con mi hija? —Lo miro con la duda reflejada en mi rostro. —¿Perdón? No entiendo a qué se refiere. —Por favor, podría hacer que deje de llorar, solo necesito que la cargue hasta que se tranquilice. —Esta es la primera vez que lo escucho pedir algo por favor y en forma tan suplicante. —¡Bien! —Me rindo, presiento que, si me niego ahora, mañana tendré que aguantar su mirada asesina durante todo el día y es algo que prefiero evitar, suficiente tengo con soportarlo todo el día, dejo mis cosas en mi escritorio y entro detrás de él, donde veo a la pequeña en brazos de su madre llorando peor que hace un rato. Su madre me la tiende y yo la cargo insegura esperando que no moquee en mi ropa (lo sé soy una desgraciada al preocuparme por algo tan insignificante), la pequeña estira sus bracitos hacia mí y en cuanto la tengo entre los míos me abraza muy fuerte, aun llorando un poco, pero al poco rato comienza a hipar en señal de que el llanto desaparecerá en cualquier momento. —No entiendo porque me lo pidió, si aquí está su madre. —Le reprochó a mi jefe mirándolo de forma acusadora y con un tono de voz más ácido de lo normal, quería llegar temprano a mi cómodo departamento, llenar la tina y relajarme para olvidarme de su mal humor de perros que se carga todo el día, en cambio ahora por su culpa mis planes se han visto frustrados. —Lo siento señorita, pero yo no soy la mamá de Gala, soy su tía, la hermana de Leonid. —Me lanza una sonrisa deslumbrante a lo cual yo me sonrojo por la metedura de pata que acabo de cometer, ¿cómo es posible que esta mujer tan risueña y amable sea hermana del diablo? Me parece que no los parió la misma mujer. —Perdón di por hecho que era la madre de la pequeña, no pensé que fuese la hermana del di... Digo de mi jefe. —Farfullo rápidamente, mirando a mi jefe, pero este parece no haberse dado cuenta que casi lo llamo diablo. —No se preocupe ¿señorita...? —Yildiz Prati, pero puede llamarme Yil. —Sigo meciendo un poco a la hija de mi jefe y antes de que me dé cuenta la pequeña se ha dormido con su boquita abierta, lentamente se la paso a su tía quien la acomoda entre sus brazos con mucho cuidado—. Bueno ahora si me voy, hasta mañana—. La hermana del diablo me despide con una bella sonrisa y dándome las gracias por lo que hice, mientras que su hermano tan grosero como siempre me ignora, ahora si salgo corriendo y aprieto el botón no quiero que me mande llamar para otra cosa. Leonid Después de 6 meses con mi nueva asistente la cual es bastante apta, pero también sumamente rebelde me he acostumbrado a su forma de trabajar y es la única que hasta el momento ha aguantado por más tiempo mi carácter, por lo que por ahora no tengo quejas contra ella al menos no en lo laboral, ya que si me pusiera a contar todas las cosas que hace con tal de verme enojado terminaría despidiéndola en un abrir y cerrar de ojos. Estoy concentrado en los documentos que me mandó el investigador privado, donde me informan que mi mujer está en Grecia, cuando escucho el llanto de un bebé salgo y comienzo a regañar a mi asistente hasta que me doy cuenta de que Dasha está en la empresa, le pido que pase y una vez dentro cargo a mi hija; los momentos en que puedo estar con ella son los mejores del día, siempre trato de salir lo antes posible de la oficina para dedicarme por completo a ella, es el mejor premio que puedo tener al llegar a casa después de un arduo día de trabajo. Mi asistente llega y nos deja nuestros cafés, cuando Gala la ve intenta bajarse de mi regazo, por lo que la depósito con cuidado en el piso, sin perder tiempo se acerca a mi asistente cuando ya va de salida, enredando sus pequeños bracitos alrededor de su pierna, lo cual me deja completamente sorprendido. En todo este tiempo Gala no permite que nadie que no sea su tía o mi ama de llaves la toque, ni siquiera las niñeras que llegue a contratar por lo que me sorprende que tome la iniciativa de acercarse a mi asistente, solo reaccionó hasta que ella sutilmente me pide que aleje a mi hija de su pierna, después de algunos segundos de lucha logro quitársela de encima provocando un llanto terrible en mi hija y por otra parte que mi asistente huya como si estuviese en presencia del mismísimo diablo. Pasan los segundos y Gala llora como nunca, por lo que aunque no quiera decido salir por mi asistente y pedirle que me ayude a tranquilizarla, veo en su rostro que esto no le hace nada de gracia, pero al final acepta cosa que le agradezco enormemente, cuando me reclama que le haya pedido este favor estando su madre allí noto como su cara enrojece cuando Dasha le confiesa que somos hermanos, después de algunos minutos mi hija comienza a quedarse dormida y está se la entrega a mi hermana, se despide de nosotros y luego vuelve a salir sin perder tiempo. —Me agrado tu asistente Leonid es muy encantadora. —Comenta mi hermana una vez que nos encontramos solos, meciendo en sus brazos a Gala. —¡Es una irrespetuosa! —Frunzo el ceño al recordar la primera vez que nos conocimos—. ¿Sabes que la primera vez que nos vimos me dijo que tenía pinta de mafioso? —En cuanto mi hermana escucha esto suelta una pequeña carcajada a lo cual yo la miro bastante molesto—. Además, me he dado cuenta de que cuando estoy solo y le pido un café se demora horas en traerlo, pero cuando tengo visitas da la casualidad de que la cafetera está funcionando de maravilla y créeme que así podría seguir todo el día con todas las cosas que hace con tal de verme furioso, incluso muchas veces me ignora. —Dios en verdad creo que amo a esa mujer, que agallas para llamarte mafioso y lo del café lo tienes bien merecido por gruñón, ella se despidió hace un rato y ni un gracias le diste; además es la primer asistente que te ha aguantado por 6 meses, las demás han salido huyendo y llorando debido a ese pésimo carácter que te cargas, ¿sabes? creo que deberías de subirle el suelo por el solo hecho de soportarte. Eso, créeme que es un logro para cualquiera. —Si sigue en ese plan lo único que conseguirá es que la despida. —No te conviene tardarías años en encontrar otra asistente, crees que no me enteré de que los de recursos humanos casi lloraban cada vez que te tenían que buscar nueva asistente, por lo menos déjalos descansar un rato; cambiando de tema ¿no que estabas en una junta muy importante?, digo esa botella de whisky medio vacía me indica que llevas horas tomando ¿A qué se debe Leonid? —Me mira fijamente tratando de averiguar qué es lo que me sucede sin poder evitarlo miro los documentos que tengo sobre el escritorio, ella sigue la dirección de mi mirada y tan rápida como lo ha sido siempre ya los tiene en su mano, su mirada se ensombrece en cuanto descubre de que se tratan.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD