—No deberías de leer documentos que no son tuyos. —Le expreso molesto mientras al mismo tiempo intento arrancárselos de la mano.
—Eres un idiota, ¿para qué quieres saber dónde se encuentra esa mujerzuela?
—Esa mujerzuela como tú la llamas sigue siendo mi esposa y la madre de mi hija—. Respondo con toda la dignidad de la que soy capaz.
—Si y esa misma mujerzuela fue la que encontraste revolcándose con uno de tus socios en tu propia cama y después te abandono sin importarle que su hija solo tuviese unos meses de nacida, deberías de buscar otras mujeres, así tal vez ese carácter tan horrible que tienes comience a mejorar, te hace falta estar con una mujer y no me veas así Leonid sabes que tengo razón, por ejemplo, tu asistente es realmente guapa y a Gala le gustó por no mencionar que me ha caído muy bien.
—Deja de decir tonterías, no estoy interesado en ninguna mujer y muchísimo menos en mi asistente. —Dicho esto mi hermana me avienta los papeles a mi lugar y después se levanta con mi hija en sus brazos para luego acomodarla en su cochecito.
—Pues yo creo que en verdad te hace falta desahogarte de vez en cuando si no quieres una relación seria. —Le pongo los ojos en blanco, mi hermana siempre ha sido de mente bastante abierta en este tipo de asuntos—. Y piénsalo bien porque en verdad a Gala le hace falta una madre yo podré estar con ella, pero sólo como su tía y puede que algún día en verdad me enamoré de alguien y decida sentar cabeza. —Se despide y me deja pensando en todo lo que me dijo, es verdad que Gala necesita una figura materna, pero rápidamente desecho ese pensamiento, luego guardo los documentos que me mandó el investigador y salgo detrás de ella, lo mejor será que nos vayamos juntos, así cuando mi hija despierte podrá verme y no extrañará a mi asistente.
En cuanto llegamos a la casa mi hermana deja a Gala en su habitación para después dejarnos solos e irse de fiesta como acostumbra. Después de algunas horas despierta y le doy de comer en cuanto termina decido bañarla, pero me doy cuenta de que busca a alguien por lo que quiero suponer se trata de mi hermana, y poco a poco sus ojitos comienzan a verse cristalinos por las lágrimas que amenazan con salir en cualquier momento, intento comunicarme con Dasha, pero esta no responde el celular por lo que supongo hoy no dormirá en la casa.
Alrededor de la medianoche Gala sigue llorando y solo su llanto se ve interrumpido cuando duerme un momento y despierta enseguida para seguir buscando a nada menos que mi asistente, lo sé porque todo este tiempo dice ¡Mamá!, y a mi hermana nunca la llama así, como ya no soporto verla así, decido buscar el contacto de la señorita Prati en los papeles que me mandaron hace meses después de que la contrataran, por suerte encuentro su número y decido llamarla.
—¡Hola! ¿Quién es? —Contesta después de varios timbrazos y su voz se escucha adormilada.
—Buenas noches, señorita Prati, soy su jefe Leonid disculpe que la llame a esta hora…
—Entonces no me llame. —Me corta antes de que pueda excusarme, aprieto los dientes e intento calmarme, no debo perder mi temperamento.
—Lo sé, no la llamaría si no fuese nada urgente. —Escucho como lanza un bostezo al otro lado de la línea y cierro mis ojos con fuerza—. Necesito que venga a mi casa por favor. —Le pido suplicante.
—¿A su casa? ¿Para qué?
—Mi hija ha estado preguntando por usted desde que despertó hace unas horas y no deja de llorar, ¿podría venir por favor y calmarla? —Intento utilizar un tono de voz bastante amistoso lo cual me cuesta profundamente, es como si algo me raspara la garganta.
—¿Se da cuenta de la hora qué es? —Responde molesta—. No tengo como llegar hasta donde se supone que vive y mucho menos a esta hora, es más de medianoche.
—En verdad entiendo su molestia y si acepta venir, mi chofer pasará por usted. —Escucho como suspira varias veces antes de responder.
—Supongo que si me niego seguirá insistiendo ¿Cierto? —Como no contesto prosigue—. Está bien en un momento me arreglo y voy para allá, también le mandaré mi dirección.
—Mi chofer ya la está esperando. —Contesto rápidamente.
—¡Es un… un… ya tenía todo planeado! —Responde enojada—. Bien en un momento bajo. —Estoy por darle las gracias cuando me cuelga, respiro varias veces para no enojarme y desear dejarla fuera de mi casa en cuanto la tenga de frente, luego tomo a mi hija en brazos la cual continúa con su llanto y es tanto lo que ha llorado que sus ojitos están hinchados y se escucha un poco ronca.
Espero alrededor de una media hora, cuando escucho como mi chofer estaciona el carro fuera de la casa y veo como sale mi asistente envuelta en un abrigo con una pequeña maleta y un porta trajes, me imagino que mi chofer fue tan amable de explicarle que era mejor que pase aquí la noche en cuanto mi hija se duerma; cuando traspasa el umbral de la puerta me fulmina con la mirada unos segundos (cosa que en este momento no me importa) y después la llevo hasta la habitación de Gala.
Deja sus cosas en un pequeño sillón que se encuentra junto a su cuna y en cuanto mi hija la ve intenta lanzarse a sus brazos llorando y gritando de alegría, no entiendo cómo puede hacer las dos cosas al mismo tiempo, pero antes de cargarla se quita su abrigo quedando en pijama, la cual resulta ser un pequeño short y una blusa bastante ajustada la cual deja a la vista que no lleva sostén, trago fuerte y después me doy la vuelta para no seguir mirándola como lo estoy haciendo.
—Llevaré sus cosas a su habitación señorita Prati. —Tomo sus pertenencias y estoy por salir cuando escucho nuevamente a Gala llamarla ¡Mamá! Mi asistente por su parte responde en voz baja “Ay pequeña yo no soy tu mamá”, sin embargo, comienza a mecerla y su llanto se transforma en un pequeño hipido, cuando regreso veo que mi hija se ha quedado dormida, con mucho cuidado mi asistente intenta dejarla en su cuna, pero cada que lo intenta está comienza a querer llorar nuevamente.
—¿Ahora que hago? —Se gira mi asistente con una cara de terror lo cual no entiendo, solo se trata de una bebé no de una bomba que puede explotar en cualquier momento.
—Es imposible que la deje irse, debe quedarse con ella toda la noche, puede llevársela a la habitación que le hemos preparado. —Comento para después guiarla hasta dicho lugar, abro la puerta y permito que entre antes que yo, sin poder evitarlo miro sus largas y bien torneadas piernas, a decir verdad, en todo este tiempo nunca me había fijado en la apariencia de mi asistente, la cual es bastante guapa y tiene un cuerpo que cualquier mujer envidiaría, ella se gira y me descubre mirándole el trasero.
—¿Ya se cansó de mirar? —Por Dios esta mujer no tiene ningún filtro para decir las cosas, ahora entiendo porque a mi hermana le cayó tan bien.
Aclaro mi garganta y luego me disculpo.
—Lo lamento, no se preocupe mañana no es necesario llegar temprano a la oficina, alguien vendrá a despertarla cuando sea conveniente y gracias por su ayuda. —Me mira unos segundos entrecerrando sus ojos grises, después asiente y levanta la colcha de la cama donde se mete con cuidado para no despertar a mi hija, antes de salir apago la luz y cierro la puerta.