IDENTIDAD OCULTA

Ashley Min era una joven alegre y con muchas oportunidades de elección en la vida, pero desde que conoció al gélido hombre de negocios, Hermes Liverpool, ella se enamoró perdidamente de él. Siendo una persona que no escondía nada, Ashley hizo saber de sus sentimientos por el Empresario a su abuelo Ronald. Teniendo la oportunidad de poder intervenir para darle un empujón a su nieta, así procedió el abuelo Ronald. Sabiendo el señor Min que lo más importante en la vida de una persona era ser feliz con la persona que ama, decidió ayudar a su nieta para lograr su objetivo de casarse con el intrépido hombre de negocios. El abuelo Ronald logró consensuar un acuerdo con el abuelo de Hermes, quien estaba en cama por una enfermedad crónica, Apolo Liverpool abuelo de Hermes sabía que su nieto no le negaría una petición de su parte, por ello pidió que se casara con la nieta de su viejo amigo, aunque el abuelo de Hermes pensaba revelar la identidad de su esposa solo después de su luna de miel. Sin embargo Apolo murió antes que Hermes volviera de su viaje de luna de miel. Hermes aceptó casarse con la joven que su abuelo escogió. Sin embargo no tenía en mente tener algo serio con ella, pues no le gustaba que alguien más le haya impuesto una esposa. Para que no aceptaran a Ashley solo por su identidad como heredera de una fortuna multimillonaria, el abuelo Ronald envió a su vieja amiga Tina Lewis a acompañar a Ashley a hacer una visita a la familia Liverpool. Ashley fue presentada como una joven humilde y sin ningún respaldo familiar, lo que hiciera ganar de inmediato el rechazo de su nueva familia política. Ashley dijo ser criada por la única tía que le quedaba, quién era avanzada en edad y había enviudado hacía ya algunos años. Esta situación precaria de la joven le había valido ya el desprecio de la elegante y sofisticada madre de Hermes, a quien solo le interesaba estar siempre en la cima de todos. Miró con una mirada de repudio a Ashley quien había llegado el día de hoy vestida de manera informal. Para hacer sentir peor a la chica, la elegante y refinada señora Vilma empezó a cuestionar a la joven con preguntas que ella ya tenía respuesta. —Entonces, ¿De que pueblo de Italia dices que provienes? —miró a Ashley con el mentón alzado, Ashley solo estaba nerviosa porque Hermes estaba sentado al otro lado dando la espalda a ella. —Del sur de Italia —respondió Ashley con un tono de voz algo suave y dulce. —Mi suegro te ha escogido, eso es lo único que tienes a tu favor… —Ya lo sabes, ¿No es así? —Lo sé, señora. —Así mismo sabes que no te mereces a un hombre como mi hijo por esposo, ¿Verdad? —cómo Ashley quedara en silencio, Vilma empezó a hablarle en un tono áspero y poco amable. —No entiendo porque sigues sentada delante de mi —Vilma se había ensañado en contra de Ashley demasiado pronto. —Porque lo quiero —respondió Ashley sin esconder sus sentimientos, continuó. —Yo quiero casarme con el señor Hermes. —Jajaja —se rió Vilma, luego dijo. —Está chica si que es intrépida, se cree demasiado de sí misma —escupió Vilma. —Con todo respeto señora Liverpool, yo no me creo demasiado, creo que si hay amor y decisión conjunta, dos personas pueden casarse sin que haya ninguna restricción. La señora Tina amiga del señor Ronald se había dado cuenta del desprecio que mostraba la futura suegra de Ashley, por lo que quiso adelantarse a decir la identidad de la joven, pero ella le apretó la mano e hizo señas de callar. Solo en su mente pensaba, “hay niña, si con solo decir quien eres, esta mujer empezaría a adularte” no entendía porque Ashley no quería decir quien era su familia. —¿Como han sobrevivido tú y tu tía todo este tiempo? —preguntó Vilma, aunque ya sabía que sobrevivía de una pequeña pensión y de vender comida en un puesto callejero, porque ya habia pedido información de la joven y le habían hecho llegar. —Mi tía vende comida en un puesto callejero —dijo Ashley sin esconder su verdadera condición. — Yo ayudo a atender después de volver de la universidad. —¡Ah!, con que vas a la Universidad. ¿Y con que fin vas a la universidad? —Me gusta el arte y el diseño, ya casi finalizo la carrera —respondió Ashley. Para la elegante señora, Ashley solo estaba usando pretextos para mostrarse interesante ante su hijo, quién solo una vez ojeó a la joven y no la volvió a mirar. ••• Dos años atrás. Ashley había sido llevado a la iglesia montada en una carreta jalada por dos caballos, esto para la madre de Hermes era una escena muy degradante. Ella quería que su hijo se casara con la hija del alcalde por nombre Mandy, sin embargo a Hermes no pareció importarle en lo absoluto aquella mujer, él no había mostrado ningún interés en la hija del alcalde. Llegando al día de la boda, Ashley se casó con Hermes, ella escondió su verdadera identidad, que era perteneciente a una familia de renombre, ella en realidad era la nieta del hombre más influyente y acaudalado de todo el país y quizás también de fuera. Ashley había decidido conquistar a su esposo con quien ya llevaba casados dos años, y precisamente hoy era el día de su aniversario número dos, pero temía que como el año pasado, su esposo Hermes no viniera a casa para cenar con ella. —¡Ashley! , ¿Donde te has metido? —la voz estridente de Vilma la hizo salir de sus propios pensamientos. Vilma trataba de manera degradante a su nuera. Trataba a Ashley como a su sirviente personal. En el principio siendo Ashley una mujer de altos recursos económicos, era obvio que no estaba acostumbrada a las tareas del hogar, por eso no hacía bien los deberes, pero todo este tiempo de estar al servicio de la familia de su esposo, la habían hecho aprender todos los trucos y oficios de casa. —¿Porque no has planchado mi camisa de seda? ¿Acaso no te dije que lo usaría hoy? —Ashley puso sus ojos en blanco, ella soportaba todo para estar cerca de su esposo Hermes y que un día no tan lejano él se fijara en ella, que estaba ahí para él, aunque su presencia era invisible ante este hombre. —Ya está planchado, lo he dejado en su habitación —dijo la Chica, la mujer clavando sus ojos dijo todavía. —No se porque mi hijo se casó contigo, tiene de esposa a alguien que le quita estatus —fanfurruñó con disgusto. Aunque Ashley ya estaba acostumbrada a los ataques que le hacía su suegra, hoy le dolió mas que otras ocasiones, pues siempre le había soportado todas estas humillaciones porque quería que al menos Hermes la amara un poco. Ashley prácticamente estaba mendigando amor y atención de su marido. Siempre que Ashley le enviaba mensajes a Hermes, él no le respondía, pero ella siempre le enviaba mensajes saludando, deseándole un buen día o las buenas noches. El día de hoy ella esperaba que al menor su marido llegara a casa para cenar juntos, pero sin embargo no fue así. Ese día, fue como si la madre de Hermes se decidiera hacerle más miserable la vida a Ashley, pues Vilma invitó a sus amigas para sentarse delante de la chica y molestarla con cada cosa. —Ashley, tráeme más té —no daba ni la vuelta cuando ya la llamaba para algo más. —Ashley, este guiso parece cagado por el mismo perro, ¿Acaso no sabes ni preparar un buen guiso? —Ashley, eres una completa inútil —le dijo su suegra, ella buscaba que con este trato, Ashley decidiera irse, no sabía que el amor también era como una droga. —Si no te gusta lo que preparo, porque despediste al chef, él era muy bueno. —Ah!, ¿Y que se supone que harás tú entonces? —¿Acaso vas a estar ocupada siendo una inútil? —reclamó Vilma, las supuestas amigas de Vilma sabían que Ashley era la nuera de Vilma, así que no entendía bien de porqué ella la trataba con suma hostilidad. Ashley se coló de nuevo en la cocina para ver si volvía a preparar lo que su suegra quería, sin embargo en el fondo de su corazón ella sabía que jamás iba a estar tranquila con su presencia. Claro, a menos que supiera su verdadera procedencia. Ante el enfado de la anfitriona de la casa, una de las amigas le preguntó a Vilma si porque estaba tan molesta con su nuera, lo que hiciera estallar en un grito colérico a su amiga. —¡Cállate! , esa mujer ignorante no es nada de mi y de mi hijo. Ella solo es una recogida —dijo la mujer temblando de ira. —Prueba de ello es que mi hijo en dos años con ella, ni siquiera la ha tocado —a aquella amiga de Vilma, le dió tristeza la situación de la joven. Otra de las amigas mencionó a la familia Min, ella dijo, “la familia Min tiene una hermosa hija de 23 años, pero es tan arisca la nieta del patriarca Ronald que no se deja ni ver con su familia y no hay fotos de ella circulando por ahí. Para la madrugada, Hermes llegó a casa muy avanzada la noche, parecía que ni siquiera se había acordado de su día de aniversario de bodas. Cuando entró a la alcoba, entró al lecho de su cama, no volteó a ver a la mujer que yacía dormida en silencio, y aunque parecía dormida, no lo estaba. Al otro lado, con la cara lleno de lágrimas, solo un pensamiento abrumador le atormentaba a Ashley, quien el día de hoy llegó a la conclusión de que ya era suficiente de estar mendigando amor a su marido. Sin saber los pensamientos de la que había sido su esposa por estos dos años, Hermes se acostó al lado extremo de la cama y cerró los ojos. Un sin fin de pensamientos también le embargaban en su cabeza. Así como no había pasado desapercibido el suave perfume de la mujer a su lado y pensaba que era agradable, solo se sintió que algo caliente le recorría en su interior, estando cansado durmió enseguida. Por la mañana siguiente, cuando Ashley se levantó de la cama, vió a Hermes dormido a un lado de la cama, ella lo miró por mucho tiempo, pero solo eso podía lograr de él, tenerlo cerca de vez en cuando y solo verlo de una distancia prudente, mas nunca poder tocarlo siquiera. Ashley respiró hondo, entró al baño, después de asearse su intención era ir a la cocina, ella era como una empleada que servía a la Familia Liverpool, parecía que era lo único para lo que ella servía, la utilidad. Tragó mucho aire en sus pulmones para luego dejarlo escapar, sintiendo frustración bajó a la cocina, algo desilusionada, en cuanto iba a preparar los alimentos, su suegra entró acompañada de su hija Valeria, ambas eran muy apáticas con Ashley, así que apenas la vio empezó a molestarla. —¡Pero ay Dios! ¿Porque me dejas ver tu rostro de mujerzuela barata? —dijo Valeria. Sabiendo como eran con ella, Ashley inclusive ignoraba sus palabras nefastas, pero el día de hoy su sensibilidad había estado a flor de piel. Ella solo respiró hondo para no perder los estribos. —Jaja —se rió Valeria —¡Necesito que tengas prisa y me sirvas un yogurt de papaya con banano —Ashley apretó los dientes, quería lanzarle el cuenco de aderezo que sostenía en las manos, pero terminó por autocontrolarse, ese día no perdió los estribos.