— Daniel—Susurró. La mano que apretaba su brazo se apartó dejándole un leve calor en esa zona, siguió el movimiento de esta hasta el bolsillo del abrigo del castaño. Daniel mantenía su mirada fija en él, su semblante no cambiaba a pesar de la tensión que se respiraba en el ambiente. Ambos se miraron a los ojos, cada uno reflejaba una duda diferente, pero lo que no sabía Adrián era que para el castaño la decisión ya estaba tomada. Una suave brisa soplo en medio de la lluvia causándole a Adrián un escalofrió que lo hizo temblar, apenas estaba algo abrigado y no creía que su ropa húmeda lo ayudara mucho. Tomó de nuevo con su mano desnuda el mango de su maleta dispuesto a enfrentar a Daniel para continuar su camino. — ¿Qué quieres, Daniel?— Rompió el silencio. Pudo imaginar la sonrisa qu

