¿Dormir alguna vez había sido tan plácido? Lorraine nunca había sentido un colchón tan duro que fuera tan cómodo para dormir y que además tuviera integrado leves movimientos de arriba abajo que le transmitían paz. La mujer se abrazó a lo que pensó era su suave colchón de plumas, que además destilaba un aroma fresco, tentador, sumamente s****l. ¿Dior, Versace? ¿Dolce and Gabanna? No lo había, lo único que tenía claro era que olía demasiado bien. —Por dios, que rico perfume—enterró la cabeza entre la tela y aspiró el aroma sin abrir los ojos. Era suave, cálido. Definitivamente no quería despertar y aferrarse más a su colchón. Giovanni estaba igual, pero la diferencia era que él alababa internamente el calor de sus sábanas. Su sábana abrazaba tan bien. El magnate abrió los ojos escuchando a

