Navin
Náyade me llevo con ella por el gran palacio real, pasamos por una serie de habitaciones que la verdad ya no recuerdo todas, este lugar tiene un esplendor y un encanto verdaderamente de la realeza, pero con un toque que te hacen sentir en casa, aunque es demasiado grande para alguien que no es muy buen nadador como yo, realmente seguirle el paso a un hada acuática es de lo más complicado.
—Oye, ¿voy muy rápido? —me pregunta Náyade mientras se frena en seco.
—Si… un poco —responde mientras recupero el aliento.
—Lo siento, yo estoy algo emocionada porque no recibimos muchas visitas de afuera. Sabes cuando vives mucho tiempo en un mismo sitio lo ves todo igual y hasta conoces a todas las personas que viven allí —me explica Náyade.
—Si… entiendo a que te refieres —respondo mientras se me escapa una sonrisa.
—De acuerdo, ya casi llegamos. ¿Estás listo para conocer a su alteza real? —me pregunta Náyade con una sonrisa.
—Por supuesto —respondo asintiendo.
Seguimos nuestro recorrido hasta encontrarnos con la puerta vigilada por unos guardias, claramente esta era la habitación real de la ninfa Calipso en donde atendía a los invitados especiales. Estaba bastante nervioso a pesar de que yo siempre estaba en el Reino Celestial donde prácticamente he contemplado a todo tipo de Diosas y Reinas, no sé por qué ahora me sentía tan intimidado. Náyade se abrió paso y los guardias abrieron las grandes puertas de la habitación.
—Su excelencia, he recibido a los refugiados como me lo indico —dice Náyade mientras hace una reverencia y se acerca a Calipso.
—Bien hecho Náyade, siempre puedo contar contigo —le responde la ninfa de cabello castaño con vestimentas en color celeste.
—Su excelencia, él es Navin, es el mensajero de la Reina Caelia —le menciona Náyade a Calipso mientras me da un empujoncito.
—Creo que no nos habían presentado antes, joven Navin. Encantada de conocerlo —me dice Calipso.
—Es un honor conocerla en persona su excelencia —le expreso a Calipso mientras hago una reverencia.
—Me imagino que querrá contactarse con la Reina Caelia para mantenerla al tanto de lo que ha pasado —me dice Caelia mientras sigue sentada en su trono.
—Así es, ya que soy uno de los encargados de las brigadas. Además de que esta tormenta de arena ataco hasta el Reino Celestial —le explico a Calipso.
—Por supuesto. Debe haber sigo muy grave el fenómeno para que nos honren con su visita —dice Calipso mientras se acerca a una gran perla.
—Así es, las casas de las hadas quedaron destrozadas y aún no sabemos si todas lograron sobrevivir, ya que este incidente ocurrió durante la madrugada su alteza —explico mientras recuerdo lo sucedido.
—Un evento muy desafortunado —me responde.
Inmediatamente, me acerqué a la gran perla, la cual ya sabía que era uno de los tantos dispositivo que usan las Reinas y Diosas para comunicarse. Calipso utilizó su magia de ninfa para hacer funcionar el dispositivo y de un momento a otro la imagen de Caelia apareció en la gran perla.
—Su alteza Real Caelia, me comunico desde el palacio Odisea para mencionarle que he podido rescatar a un total de 8 hadas incluida Fay —le menciono a Caelia.
—Bien hecho Navin, aquí en el Reino aún estamos empleando nuestra magia para mantenerlo a salvo, pero no sabemos cuanto más podremos resistir… ¿Sabes si alguien ha visto a Daria merodeando? —me pregunta Caelia angustiada.
—Desconozco esa información su alteza Real —le respondo a Caelia.
—Disculpen la intromisión, no obstante ¿Por qué creen que Daria está detrás de esto? —le pregunta Calipso a Caelia.
—No estamos muy seguros, no obstante no conocemos a nadie que pueda invocar este tipo de magia tan fuerte —responde Caelia.
—¡Tienen que dejarnos entrar!, ¡es urgente! —se escuchan gritos a lo lejos.
—¿Qué está pasando? —pregunta Calipso.
—Voy a revisar su excelencia—dice Náyade mientras se asoma apresuradamente a la puerta.
Inmediatamente, acompañé a Náyade para saber que estaba pasando hacia la puerta de donde provenían todos esos gritos y alboroto.
—¡Déjenos entrar, es importante! —grita desde el otro lado de la puerta.
—Ya les declaramos que su excelencia está ocupada, ahora lárguense a sus habitaciones —ordena uno de los guardias furioso.
—¡Déjenlas entrar!, vienen conmigo —ordeno después de reconocer la voz de Rosetta.
Rosetta, Flora, Titania y Fay entraron inmediatamente a la habitación, sin pensarlo las dejes entrar y ni siquiera sé por qué estaban causando todo este alboroto, pero supongo que si vienen Flora y Fay debe ser algo crucial.
—Me pueden explicar ¿Por qué hacen tanto alboroto? —pregunta Calipso descontenta.
—Disculpe su excelencia, no obstante tenemos información urgente respecto a la situación que está sucediendo en el exterior —dice Flora mientras hace una reverencia.
—Hola… ¿Siguen ahí? —pregunta Caelia desde el dispositivo.
—¿Esa es la voz de Caelia? —pregunta Fay mientras busca de donde proviene la voz.
—Sí, estábamos hablando con ella antes de que llegaran —respondo.
—Perfecto, porque esta información les servirá amabas —responde Rosetta.
—Prosigan. Náyade trae a Calipso para que pueda escuchar y verlas —dice Calipso intrigada.
—De acuerdo, me presento soy Titania un hada de los sueños. Hace unos minutos, antes de venir hacia acá estábamos reunidas todas mis compañeras y yo, fue entonces cuando Fay se quedó dormida y pude percibir algo extraño en su sueño, emanaba un fuerte poder y al comprobar de que se trataba pude observar que era exactamente la tormenta de arena que está sucediendo en el exterior, me temo que Fay pueda ser la responsable de todo esto —explica Titania preocupada.
—Pero ¿Cómo puede ser eso cierto? Si esta chica ni siquiera posee alas, lo cual la convierte en una mestiza —dice Calipso confundida.
—Aunque es verdad que Fay antes vivía en la tierra de los humanos, ella llegó hace poco lo cual significa que no sabemos exactamente cuál es el alcance de su poder —explica Caelia.
—Sin embargo, Fay posee el don de la naturaleza, yo vi como creo con sus emociones en la tierra un árbol en un segundo —respondo confundido.
—Sin embargo, Fay jamás había entrado al territorio de las hadas acuáticas y también se le da bien nadar —dice Flora pensativa.
—Fay, ¿sucedió algo ayer? Sabemos que tus poderes se incrementan con tus emociones —pregunta Caelia con delicadeza.
—Yo, me enteré anoche de que solo los hijos cambiados no tenían alas y yo viví todo este tiempo en la tierra… —dice Fay con la cabeza gacha.
—Entiendo, cariño tienes que respirar profundo y canalizar tus emociones. Navin acompáñala al exterior, solamente ella puede detener todo esto —ordena Caelia.
—Pero es muy peligroso, salir afuera —respondo preocupado por Fay.
—A ella no le puede hacer daño su propio poder. Nada más debes ayudar a calmarla para que esto pase —responde Caelia.
—Náyade tú también vas con ellos, ayúdalos a llegar lo más rápido a la superficie —ordena Calipso.
—Entendido su excelencia—responde Náyade.
Rápidamente, salimos los tres nadando, teniendo de guía a Náyade que nos abría paso entre toda la multitud de hadas acuáticas. Además de tomando atajos para poder llegar lo más rápido posible a la superficie, aunque aún no lo sentía por la adrenalina del momento sabía que cuando pasara todo esto mis piernas me matarían.
—Supongo que hasta aquí llego yo, lamento no poder serles de más ayuda —nos dice Náyade avergonzada.
—No te preocupes, estaremos bien. Muchas gracias por encaminarnos hasta aquí —le menciono a Náyade antes de irme con Fay.
No caminamos mucho hasta que la gran tormenta de arena morada azoto hasta donde habíamos llegado, aún no podía creer que no se hubiera calmado todo esto, realmente Fay estaba muy mal como para que esto siguiera así, pero ella no lo demuestra.
—¿Cómo se supone que arregle esto? —pregunta Fay preocupada.
—Hagamos esto, tú no mires todo esto y concentrarte en ti. Cierra los ojos Fay cuéntame que es lo que te aflige tanto —le menciono a Fay para tratar de calmarla.
—Yo… me enteré de que soy una hija cambiada. Eso significa que las personas con las que vivía no eran mi verdadera familia, significa que… ¡Toda mi vida fue una mentira! —dice Fay con un nudo en la garganta.
—Continúa Fay, ¿Cómo te hace sentir eso? —pregunto mientras sigo observando la tormenta.
—Yo siento que vivo en una mentira, me siento traicionada. Además, eso significa que Eva no es mi verdadera hermana… por eso yo la perdí, tal vez lo supe todo este tiempo y por eso no pude salvarla, todo es mi culpa —dice Fay entre sollozos.
La tormenta de arena se cercaba cada vez más hacia nosotros, pero no podía detenerla, no ahora cuando se estaba abriendo a revelar su verdadero sentir detrás de ese comportamiento tan sereno había una verdadera tormenta en su interior y yo tenía que protegerla a toda costa.
—Fay, escúchame tú no tienes la culpa de nada, eres incapaz de lastimar a alguien y aunque no sé exactamente que paso con tu hermana, estoy seguro de que tú la amabas como ella te amo a ti —le digo a Fay mientras la envuelvo en mis brazos.
Cerré mis ojos cuando abracé a Fay, aunque todo este caos nos estaba invadiendo tenía que calmar su sentir y hacerla sentir segura, ella estaba pasando por muchas cosas que se estaba guardando en su interior y por eso sus emociones tomaron el control de ella.
—Navin… —me dice Fay con su voz entre cortada.
—¿Sí? —le pregunto aún con los ojos cerrados.
—Lo logramos Navin —me dice Fay con una sonrisa.
—Lo lograste Fay —le respondo mientras la miro fijamente a los ojos.