- ¡Leo! .- Candela gritaba desde su asiento tratando de tocar el rostro de su amigo. - ¡Candela quédate quieta! .- Leo estaba a punto de perder la paciencia. - ¿Ella está bien? .- Sean la observaba desde su asiento. - Si. Es solo que no es muy tolerante al alcohol.- Leo seguía con la vista en la carretera. - Leo bebé.- Candela tiraba de su camiseta. - Te dije que te quedes quieta.- Sostuvo la mano de la chica. - ¡Bieeeen! Pero primero...dame un beso.- Se aproximó a Leo. -...- Sean observaba el espectáculo con desconcierto. Leo detuvo el auto aun encendido y descendió a toda prisa de este, se dirigió hacia el lado del pasajero para luego tomar a la chica y alzarla entre sus brazos. Sean observó como su hermanastro cargaba aquella chica entre sus brazos mientras esta pataleaba, sacud

