Capítulo 19||

1776 Words
June Becket Un fuerte dolor acude a mi pecho de inmediato, dejándome sin movilidad, las lágrimas llenan mi rostro, mis piernas pierden fuerzas, y me voy contra el piso, con todo quemándome por dentro. Él no... No puede. —¡No, él no va a morir!—Grito fuera de control, vuelta mierda. Mike se acerca tomándome de la muñeca, tratando de tranquilizarme, pero arrebató mi brazo, sacándolo de su agarre, no puedo, él no puede, maldita sea. —Por favor, no. —Suplico, mi respiración se torna irregular, y siento como si todo el maldito oxígeno del planeta se hubiera acabado. —June. —Solloza Holly a través de la llamada. —Tienes que calmarte por favor. —Pide, y su voz empieza a escucharse lejana, pierdo el sentido, mi cuerpo pierde por completo toda la fuerza, siento como los brazos de Mike me sujetan, quiero alejarlo pero no puedo, no puedo moverme, no puedo respirar, las palabras, los gritos se quedan atascados en mi garganta, y puedo ver como Mike grita, pero no logro escuchar nada de lo que dice, solo veo como se acercan los paramédicos con una camilla, mi temperatura sube, y mis palpados terminan perdiendo toda fuerza. . Un pitido, dos, tres, el constante sonido hace doler mi cabeza, me siento el cuerpo pesado, mis ojos se abren con dificultad, y no logro poder reincorporarme, las lágrimas vuelven a sucumbir. —Oye June, está bien, todo va a estar bien, tienes que tranquilizarte, por favor. —Murmura Mike acercándose, y logro llevar mis ojos hacia su rostro con dificultad. —Quiero verlo, solo quiero verlo, ¿Por qué no puedo moverme ? —Quiero gritar, hasta que mi garganta se desgarre, hasta que todo este maldito dolor disminuya. —Te colocaron un sedante, tuviste un ataque respiratorio, por lo que tuvieron que proceder con algunos medicamentos que no hacen daño a tu salud, llevas 20 horas durmiendo, el sedante va a pasar. —Suelta, observando el reloj de su muñeca. —Más o menos en dos horas, trata de descansar y te prometo que en cuanto pase, te llevo con él. —Quiero tranquilizarme, pero me es imposible poder hacerlo. No respondo, poso mi vista en el techo, y cuento los torturosos minutos, hasta que pasan las dos horas, y logro poder mover mis músculos. Me reincorporo de inmediato, traigo la bata del hospital, pero es lo que menos importa, deslizo mis pies en las pantuflas que descansan a un lado, y con ayuda de Mike logro colocarme de pie. Las lágrimas que continúan bajando por mi rostro son algo que no puedo controlar, las limpio una y otra vez, sin obtener ningún resultado. Salimos de la habitación, y caminamos por los pasillos oscurecidos y desolados hasta dar con el frente de la habitación, donde mantienen a León. Solo el padre de León, y Trevor permanecen sentados en los banquillos de afuera, y agradezco que sea así, no quiero más disputas, y en verdad necesito verlo. Los ojos de ambos van a nosotros y lo hinchado y rojos de ambos es evidente. —Necesito ver a León, por favor. —Pido, y simplemente asiente, me alejo de los brazos de Mike, y tomo el pomo que sede de inmediato, adentrándome en la habitación con poca iluminación, pero suficiente para que note los múltiples notorios golpes en su cuerpo, las lágrimas se vuelven a escapar de mis ojos. Lleva una venda blanca en su cabeza, la cual no permite dejar ver su cabello, tiene múltiples golpes en su rostro, y una venda en su torso, me acerco con el cuerpo tembloroso, trato de calmarme, respiro con suavidad, inhalo y exhalo controlando mi respiración, no quiero volver a sentir lo mismo. —León... —Susurro temblorosa, me duele demasiado verlo así. Tomo su mano, la cual también está agolpada, y la llevo a mi boca, dejando un beso sobre esta. —Tienes que despertar, tienes que estar bien, por favor, no me dejes sola, no te atrevas a dejarme sola, por favor. —Suplico desesperada en medio de sollozos, estos sentimientos de desesperación y dolor ya los sentí cuando perdí a mis padres y fue casi imposible volver a recuperarme, no quiero volver a sentirme así, no quiero perderlo. —León, por favor. —Mis ojos se posan en su rostro con la esperanza de que abra sus ojos, quiero que todo sea una equivocación de los doctores, que despierte y viva muchos años, aunque no sean junto a mí, pero no abre sus ojos, no sucede, y entro en desesperación nuevamente, los sollozos vuelven a invadir, a emerger de mi garganta, y bajo sollozos y lamentos, no sé en qué jodido momento me quedo dormida. Los gritos de afuera, son todo lo que se escucha en la habitación, me reincorporo limpiando mis ojos con la garganta reseca, y los ojos totalmente doloridos e hinchados, León continúa igual, toco su corazón para asegurarme de que esté latiendo, y luego la llevo a su frente para verificar su temperatura, está estable, la puerta es abierta de golpe y con ello llegan los gritos, una mujer alta con tacones y pelo recogido en una cola se adentra fijando su vista en León, pasa su vista a mi mano, que permanece en su frente, para luego posarla en mi rostro, seguido entra el padre de León, Trevor, Holly y Hillary. —¿Qué hace aquí ? —Inquiere Hillary con molestia posando su vista en el padre de León. —No debería estar aquí, ella no es... —Sus quejas estúpidas son interrumpidas por la señora alta de postura recta. —¿Tú quién eres ? —Pregunta en un tono tosco, acercándose, y me quedo entumecida sin saber que decir. —¿He preguntado quién eres ? —Repite. —Es la chica de León. —Responde Trevor, y la mujer me observa de arriba a abajo. —Tienes dos hora para empacar tus cosas y regresar aquí. —Me dice, y no entiendo nada. —No puede ser en serio, Marcus no puede dejar que saquen a León de aquí. —Replica Hillary tocando el brazo del padre de León. —¿Perdona ? —Voltea la señora hacia ella con una de sus cejas arqueadas. —Es mi hijo, y puedo llevármelo cuando quiera. —Aclara, y el padre de León exhala acercándose a ella. —Por favor Ellen, dime que puedes salvarlo. —Suplica el padre de León, y esta posa su vista en él. —He salvado a miles de vidas de la muerte Marcus ¿Crees que no soy capaz de salvar a la de mi hijo? —Inquiere, y este asiente, dejando que ella se acerque, y cheque el estado de su hijo. —¿Sigues aquí? —Pregunta, fijándose en mi presencia, y me doy una cachetada mental, despertando de mi estado de entumecimiento. —Vamos June, te acompaño. —Me dice Trevor, posando su mano en mi hombro, obligándome a caminar. —¿Es la ma-dre de León ? —Pregunto en un susurro bajo, entrecortado, en cuanto salimos de la habitación. —Así es, es la madre de León y también es la mejor doctora científica de todo el reino unido. —Contesta, y un soplo de esperanza llena mi alma. —¿Puede salvarlo, en serio puede hacerlo ? —Cuestiono, deteniendo mi andar, con mis ojos encharcados. —Definitivamente creo que puede. Te sorprenderían sus capacidades. —Responde, y asiento, con algo de animo avivado en mí. —Debemos apresurarnos. —Le digo, sin importarme el que aún tenga una bata, y este asiente apresurándose a caminar a mi lado. —¡No vas a salirte con la tuya, June! —El grito de Hillary detiene nuestro andar, se acerca destilando rabia. —¿Qué es eso de que es la chica de León, Trevor ? ¿Acaso estás loco ? Valerie es su novia, es ella y yo quien debemos acompañarlo. —Reclama, y Trevor niega con su cabeza estresado. —Crees conocer a León, pero definitivamente no lo haces, León no lo sabe Hillary, pero yo conozco perfectamente tu obsesión por él, así que no vengas con reclamos absurdos, porque se perfectamente lo que digo y hago, ¿Entiendes ? —Lo que dice me deja sorprendida, el rostro de Hillary se torna rojizo de la rabia, y abre la boca y la vuelve a cerrar sin saber que replicar. Trevor vuelve a dejar su brazo sobre mi hombro, y volvemos a caminar, dejando a una Hillary furiosa atrás, no tardamos en llegar a fuera, saca las llaves de su auto, y en cuando desactiva la alarma, nos adentramos en el. Nos tardamos unos veinte minutos en llegar a la casa de León, tan pronto Trevor se estaciona y abre las puertas, entro con rapidez por mis cosas, entro los pequeños cachorros que se van a mis pie de inmediato en un caja después de alimentarlos, les dejo de comer dentro de esta, y empaco solo lo necesario, me tomo una ducha fugaz, y en cuanto me visto, salgo, Trevor está saliendo igual de su habitación con su maleta en mano. —¿Podríamos dejar a los cachorros con Mike antes, por favor? —Pregunto y este asiente, tomando las llaves. —Vamos, te ayudo. —Toma ambas maletas, y sujeto la caja con los cachorros, cierra y regresamos al auto. Conduce bajo silencio a donde le índico, y en cuanto llegamos, le pido que me espere unos cinco minutos, el penthouse de Mike es un residencial privado del cual se necesita autorización para entrar, pero ya he asistido bastante, quien cuida de la entrada me conoce perfectamente por lo que no la necesito, tomo el ascensor, presiono el piso de Mike, y en cuanto abre me apresuro a tocar, no recibo ninguna respuesta, por lo que insisto sin obtener ningún resultado, no quiero recurrir a ello, pero esto es urgente, y no puedo esperar, no tengo tiempo que perder. Marco la contraseña de su entrada, y me adentro al lugar silencioso, dejo los cachorros a un lado de la puerta, beso sus pequeñas cabecitas, me despido y bajo, dejándole un mensaje de texto a Mike. Por favor cuida de ellos mientras regreso, prometo que te pagaré. —Le envío, y regreso con rapidez donde Trevor, quien se apresura a conducir tan pronto me adentro en el auto. Vas a estar bien León, lo sé, me aseguraré de que sea así, voy a cuidar de ti hasta que despiertes, hasta que estés bien, y como siempre te fastidie mi presencia, lo prometo.
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