Comienzo
Yo me iba de la ciudad, tal vez un manicomio increíble de dónde quise huir. Tenia muchas peleas familiares y me aburrí de la escuela demasiadas tareas no me daban tiempo ni de dormir.
Me corté el cabello lacio n***o del que algún día me sentí feliz por culpa de mis hermanos. Ahora lo tenía tan bajo como un chico. Mi piel morena se había vuelto algo rojiza por las bromas que ellos me hacían, me dio una alegría en el cuerpo. Cuando me recupere de eso. Tomé mis maletas y me fui.
Solo un bus iba hacia el municipio a dónde me dirigía. Conmigo iban familias enteras con niños. Fue raro, pero no le importo mucho.
Se estaba tranquila se alejaba de esa vida fea en la ciudad.
Se durmió todo el camino con ronquidos que no dejaban dormir al resto de pasajeros. Cuando llegaron solo el conductor tuvo la delicadeza de llamarla.
—En niño, estamos en San Benito puede bajar ya.
—Soy una chica, atrevido.
—Mmmm, mejor póngase una peluca, este lugar es demasiado conservador, bueno para vivir tranquilo, pero súper estricto todas las faltas que cometas te van a castigar, es enserio, eso lo harán las personas encargadas de eso.
—Naa tonterías, ni mis padres me pegan, lo harán viejos asquerosos.
—Cuide su lenguaje, bueno se lo advertí.
Me baje de allí rápidamente y estaba en las puertas de esa ciudad.
La persona encargada la miro. El tenía el cabello rojo y ojos verdes. Alto acuerpado, parecía un piloto por el traje que tenía que era blanco con unas rayas azules.
—¿Una adolescente sola???. ¿Qué hace aquí?.
—Vine a vivir con mi tío, Manuel Thompson.
—Ah…ya, el viudo, vaya a la escuela hay una jornada de salud en los centros educativos. Todavía debe estar allí
El me dio una identificación, y escribió mi nombre en un papel.
Este lugar era muy extraño. En quise devolver a mi casa de inmediato, solo hablaría con mi primo y me iría. Aquel hombre me terminó de hablar.
—En dos meses le llega el papeleo, solo con esto podrá entrar a la escuela. No hagas nada que moleste a los mayores o te arrepentirás
Me quede algo perdida, por la frase de ese hombre. Camine un poco por ese lugar. Había casas de tejas pesadas, las casa eran de cemento, todas de colores rojizos y claros. Ninguna azul, ni chillón. Eran casi del siglo pasado.
Las mujeres vestían con falda hasta que casi les llegaba a la rodilla, ninguna vestía normal.
Yo parecía un chico con una sudadera, una chaqueta, tenis y el cabello corto. Así vestía en la ciudad, yo pertenencia al club de los leones, una escuela de karate.
Bueno, mi primo en el hospital, éramos yo vez hermanos. Pues nos criamos juntos. Cuando yo tenía siete años el ya tenía quince años. El me regañaba a cada rato porque hice muchas travesuras. El se fue de la casa cuando yo cumplí diez años.
[…]
Entre a la escuela y me dejaron entrar por la identificación que le mostré al vigilante del lugar. Aunque el me miró de arriba a bajo.
Cuando por fin entre a la escuela empecé a caminar por los pasillos y busque la enfermería del lugar. De pronto de la nada vi a un chico de cabello rojo mirando a otros cuatro como si nada. r
Corrí hacia allá y me cayó pintura en la cara. Perdí el control la verme así y hice todo lo que aprendí en mi club de karate
Me fui a un baño, a quitarme esa pintura Había alguien mas, yo lo ignore y me fui a duchar, por más agua que me eche la pintura no me salió de la cabeza, por lo menos me había quitado la mayoría de la pintura, aunque estaba completamente mojada. Tenía que volver a buscar a mi primo y irme de ese lugar.
Salí del baño y intente irme, pero pensé en ir hasta los espejos y ver cómo me veía. Lo hice de una forma algo brusca y termine chocando contra un chico.
De un momento a otro tenía la cara en medio de esos pectorales. Yo utilice mis manos para alejarme y me caía al suelo por eso.
El tenía puesto una toalla solamente.. comprendí que yo me había equivocado y me metí en el baño de los hombres. Así que no podía decirle nada a aquel chico. Solo pude agachar la cara de la vergüenza.
El sea acerco a mi y me hablo.
—Ah…tu eres una chica…
Al parecer el me había confundido con un chico, por mi forma de vestir y mi cabello. Yo era incapaz de mirarlo a los ojos y me quedé en silencio.
Sin saberlo el me ayudo a levantar y me hablo.
—No te pueden ver aquí.
Pensé que tal vez el no decía por qué era el baño incorrecto, pero termine encerrado en una ducha con el.
—Tu golpeaste a dos de los hijos de los dueños de este municipio. Ellos te van a buscar, lo bueno es que ellos no te reconocen, pero debes tener cuidado. Son algo peligroso.
No había notado el los rasgos físico de este chico a pesar de ser de mostrar esos pectorales era guapo. Tenía el cabello rojo y unos ojos verdes. Una nariz fina y rasgos faciales definidos que lo hacían ver lindo. Tenía del rostro largo y se veía algo
Mientras hablamos, de pronto algo cayó del baños, parecía ser un tío de losa, yo moví mi codo, sin saberlo toque algo y repentinamente sentí que ya no había pared en este lugar. Se me fue el cuerpo hacia atrás y caí en un puerta da un baño.
No sabia que había pasado, solo sentí, que ese chico casi me cae encima, pero el puso sus manos sobre la puerta de el lugar donde estábamos
Me dolía un poco la cabeza, tal vez por el golpe que me di. Oí voces de chicas por los alrededores. Al parecer habíamos pasado al otro baño y abrimos una puerta del lugar. Yo poco a poco me quedé dormida, incapaz de hablar con aquel chico.