Capítulo 4: Solo el Comienzo

1805 Words
[Mártin Browm] Me considero un loco por la vida, me encanta disfrutar cada minuto de mi tiempo en fiestas, viajes, aventuras y sobre todo en MUJERES… 'mmm…' Sí mujeres, las mujeres son mi debilidad ya sean delgadas o rellenitas, definitivamente Dios las creo completas y deléitales para nosotros los hombres. Todas son perfectas para mí, no existen imperfecciones, me gusta contemplar los cuerpos de cada una de ellas y disfrutarlas hasta llegar al máximo de sus gritos placenteros. Mi fetiche y fantasía más deseada son los tríos, soy un demente excesivo por sentir dos cuerpos femeninos completamente a mi disposición, me lleva extasiado a un viaje tan glorioso de mi lascivia. ... Hoy después del trabajo, me fui con mis amigos a un club, la pasamos acompañados de bellas damas y bebimos desenfrenadamente. La noche se nos hizo súper corta, ya eran las 4 de la mañana y mi chofer nos esperaba afuera. Maya y Margareth, las anfitrionas que nos acompañaron toda la noche se me insinuaron hasta no bastar, y yo un humilde lujurioso no podía quedarme atrás. – Vamos señoritas – subimos a mi limusina. – Petter a la mansión por favor. Al llegar, Louis, nuestro vigilante nocturno, nos abrió la puerta, yo le hice ojitos como diciéndole que hoy también es mi noche, él ya sabe que esto casi siempre sucede, es lo normal en mí, venir con mujeres, odio los hoteles así que prefiero la comodidad de mi habitación. Louis ayuda a las señoritas a desprenderse de sus abrigos para luego dirigirnos los tres con una en cada brazo mío hacia mi cuarto, mi noche era joven y ni bien ingresamos a nuestro destino, nuestras llamas quemaron dementemente en un dos por tres mediante horas hasta quedarnos dormidos. … Los rayos apañan mis ojos, mis dos acompañantes dormían desnudas una en cada lado, me siento suavemente para no despertarlas y miro la hora en el enorme reloj antiguo en la pared de mi cuarto, eran las 8, me levanto de la cama y tomo un vaso de agua que me acababa de servir de la mesa. Las chicas se ven sexys desde mi posición, y a pesar de haber tenido una noche candente, no me resisto, y me acerco muy coqueto a besarlas, ellas se levantan sonrientes y nuestros cuerpos se vuelven a conectar otra vez en nuestros locos deseos. … Mientras penetraba a Maya en una buena posición, mantenía a Margareth extasiada con mis dedos sobre su gloriosa entrada, en tanto me gratificaba son sus besos sobre mí, pero… de pronto me fijé que la puerta se encontraba entreabierta, quizás en la noche no lo aseguré, sin embargo, me tiene sin cuidado, aquí nada de esto es secreto y si alguien me mira, me excitaría mucho más, así que me parece bien. De repente en un breve tiempo me percato de un rostro asomándose, yo me hago el despistado, no la logro a identificar, pero permanece como un par de minutos mirándonos, me siento super extasiado en mi fantasía doble, del trío y en el sentirme observado, entonces decido invitarla, fastidiándola de manera seductora… – ¡Hey fisgona! ¿Quieres participar? … Al parecer se asustó cuando me dirigí a ella porque cerró la puerta de inmediato, yo sonreí a tal acto inesperado. – Un momento – me desprendo de mi acto con ellas dos, me pongo una toalla rápidamente en la cintura y salgo. Estaba parada en frente de mí, una chica desconocida por lo que intuí rápido que era una nueva mucama, yacía sosteniendo una canasta de sábanas con su rostro graciosamente horrorizado, al lado de mi hermano Rhys... – Fisgona… – exclamé pícaro, quería jugar con ella por su intrepidez. No sabía que hacía Rhys aquí, pero lo ignoré, entonces la cogí de la mano y se le cayó la canasta, eso no me importo y la jalé para adentrarla a mi habitación, sin embargo, algo increíble sucedió, Rhys se interpuso cogiéndola del brazo deteniéndome a que siguiera con mi juego. Él nunca había hecho eso, nunca le había importado que hiciera con las mucamas ¿entonces por qué? Somos mellizos, pero no nos llevamos nada bien, ¿entonces me está fastidiando a propósito.? Yo alcé la ceja desafiantemente y él tampoco no me quitó la mirada intimidante. – ¿Qué sucede Rhys? – me expresé sarcástico – ¿esta mucama tiene algo de especial? ¿Mmmm? – la observo detenidamente, ella me miraba muy asustada. – parece FISGONA – me dirijo a ella – que tienes un salvador. – Srta. Claris prosiga con su trabajo – él le dijo con su aburrida y clásica manera sería, yo la solté y sonreí irónico, él no decía mucho, pero su indiscreción me fastidiaba. – Ya me aburrí, regreso a lo que hacía, nos vemos fisgona – acaricié su mentón y le guiñé un ojo – otro día quizás puedas ver desde adentro y ya no desde afuera – me expresé riendo entrando otra vez a mi habitación. ……. [Rhys Browm] Había regresado porque debía recoger mi celular que lo olvidé en mi habitación, por eso estaba en casa, de todos modos, no tenía prisa hoy tenía reunión a partir del medio día, cuando de repente en mi camino, veo a esta husmeando en la entrada del cuarto de Mártin, el muy idiota había dejado la puerta abierta otra vez y por los sonidos que se percibían ya me imaginaba en que situación estaba. Me acerqué silenciosamente por atrás, mientras ella veía lo que hacían adentro, ¿Qué tan curiosa podría ser? ¿Acaso está mal de la cabeza? Cuando de pronto cierra la puerta y voltea asustada, chocándome, yo la miré altivo de forma seria. Y le pregunté lo obvio. Cuando de repente salió el idiota, fue un momento incómodo de hecho, pero Mártin se detuvo a su propósito debido a mi intervención, yo sabía que podría hacerla asustar, no sé por qué me interpuse, pero ella a mi parecer no es de esas chicas atrevidas que accedería a los pedidos que este loco le haría ver o hacer, era su primer día e iba a ser lamentable que salga huyendo. Sin embargo, eso ¿a mí que me importa?, actúe irracionalmente, no sé por qué tendría que preocuparme. Miraba de manera, seria y despreciable a la mujer que ya se encontraba recogiendo las sábanas del piso ¿acaso era muy estúpida o torpe? – Regresa a tu trabajo y la próxima no seas impertinente – le dije frío e indiferente. – Mis más profundas disculpas, con ustedes dos. – ella exclamó apenada mientras se alzaba con la canasta. Yo solo volteé y me dirigí a mi cuarto sin decir más. …….. [Claris Romney] Definitivamente todo esto era culpa mía, ahora ¿cómo podría verle la cara al Sr. Martin? ¿Y al Sr. Rhys que me vio, viendo a su hermano en tal circunstancia? “Tonta…tonta” iba repitiéndome por dentro. Me quería morir de la angustia y vergüenza, solo estas cosas extrañas me pasaban a mí. Por el resto del día seguí con mis cosas, aun tenía miedo de cruzarme otra vez con el señor Mártin, ya que sabía que se encontraba en casa. Llegó el almuerzo, pero nadie se presentó, fue un grande alivio para mí, solo rogaba que en la noche al menos ellos dos no se presenten. Llegaron las 4 de la tarde y me dieron dos horas de descanso, me paseaba por toda la casa, haciendo un breve recorrido verificando que todo esté en orden antes de irme a reposar a mi habitación. Cuando de repente. –¡Mártin! ¡Mártiiiiin…! – se escuchaba una voz chillona de una mujer – sé que estas en casa – yo seguía caminando por el pasillo, mientras escuchaba la voz acercarse, pero de pronto alguien me sostiene del brazo y me mete al almacén de escobas. Yo me quede petrificada, mientras sentía que su mano tapaba mi boca, todo estaba oscuro, hasta que la luz se encendió, me quedé impresionada, el Sr. Mártin se encontraba delante de mí. – Shhh… – se expresó con su dedo en la boca. Él abrió un poco la puerta y la cerró de inmediato al escuchar a la chica pasar de cerca. – Señor… – le susurré – ¿qué-qué sucede? – Fisgona, esa loca me está buscando – dijo seriamente, casi me río de su expresión algo asustada y él se dio cuenta. – ¿De qué sonríes? – Nada señor – bajé mi mirada mordiéndome el labio tratando de controlarme. – ¿pero… porque me metió aquí? Conmigo no es el caso. – Deberías agradecer que te salvé – no entendía a que se refería. – si ella se hubiera encontrado contigo, no te hubiera soltado hasta que me encuentre, quiere decir largas horas soportando su extravagante comportamiento. – Vayaa… –me quedé sorprendida – ¿es su novia? – pregunté… Digo, bueno, ya sé que lo vi en una situación fuera de lo usual en la mañana, pero con un hombre así de mujeriego nada se espera, pueden tener novias y salir o tener sexo con quienes se les plazca. – NO… ni loco – decía apegado a la puerta. – ¿Entonces? – Ella es una amiga de la familia, que siempre me acosa, está encaprichada conmigo desde adolescentes. –Jajaja – no pude aguantar mi risa por sus gestos, era completamente bufo como lo contaba, pero de pronto él volteó al improviso a taparme la boca apretándome hacia la pared. –Fisgona… me sorprende que puedas reír mucho, deberías estar preocupada de que estás aquí encerrada conmigo – me susurro y comencé a recordar todo lo que vi en la mañana. –Tu rostro se acaba de tornar de un color rojo intenso – replicó seductor y alzó mi quijada, haciendo que lo vea directamente a esos hermosos ojos, ahora lo veía más de cerca y era increíblemente guapísimo. Comencé a sudar de la rara situación en la que nos encontrábamos, entonces para mi buena suerte comenzó a sonar su celular, él me soltó. – ¡Maldición! – gritó, y comenzó a clicar el celular desesperadamente para silenciarlo. Cuando de repente abren aquella puerta y una mujer muy hermosa, de cabello n***o, ojos color miel a brazos cruzados nos aniquilaba con su aterrador rostro fruncido. ¡Diablos!, era mi primer día de trabajo y dos días de convivencia y ya estaba pasando los peores momentos de mi vida, algo dentro de mí presentía que todo esto sería solamente el comienzo. _______&&&______ Les agradezco de corazón que nos estén leyendo, estoy muy emocionada❤️ Comenzamos al fin,Junio, Junio de sorpresas ❤️ .
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