Promesas de Amor

Capítulo VI: Presentimientos

POV Iskander

Un año después

Los meses pasaron convirtiéndose en un año, un año lejos de Melek, sin poder tocarla ni besarla como deseo.

No es lo mismo verla a través de una pantalla, y aunque muero por salir corriendo hasta donde se encuentra, en estos momentos me es imposible, la compañía reclama mi presencia obligatoriamente.

toc... toc.. toc...

—Adelante—digo sin levantar la vista de los documentos que tengo en mis manos, debe ser Ana.

—Erkek kardeş—esa no es la voz de Ana—¿No vas a abrazar a tu hermano?—se detiene frente a mi escritorio con los brazos abiertos, ruedo los ojos y me levanto para recibirlo con un abrazo rápido y una palmada en la espalda.

—¿Cuándo llegaste?—Estaba fuera por negocios, y siendo sincero, me sorprende que venga a mi oficina porque generalmente no lo hace.

—Esta misma tarde—responde, se separa de mí para dirigirse al pequeño refrigerador de donde extrae una botella de agua, con su mano me señala si deseo algo y le pido una copa de whisky.

—¿Cómo te fue?—me entrega la copa y toma asiento cruzando las piernas. Bebo un trago sintiendo el líquido ambarino quemar mi garganta, no hago mi un solo gesto pues estoy acostumbrado.

—Logré cerrar el trato con los italianos y pronto estaremos construyendo el centro comercial en Florencia—menciona y se lleva la botella a los labios.—Hubiese dado todo lo que tengo por ser yo quien viajara a Italia. Habría aprovechado para ver a mi ángel─pienso y doy otro trago antes de preguntar—: ¿Qué tan pronto? quiero encargarme personalmente de la supervisión—fija su mirada en mi y levanta las cejas mientras sonríe de lado.—¿Qué?— gruño en su dirección.

—Nada—levanta las manos—será en tres meses ya que es el tiempo que requiere tener los permisos en orden.

—Perfecto, ya esperé doce, tres más no me matarán—culmino dando el último trago a mi bebida.

—¿Salimos a celebrar está noche?—me pregunta animado y como está noticia lo amérita, asiento en respuesta.

Al fin podré visitarte mi amor, me muero de ganas por tenerte entre mis brazos una vez más...

POV Melek

No sé en qué momento me dejé convencer por Gianna de que venir al club era buena idea, pero, aquí estamos.

Es la primera vez que salgo desde que llegué hace un año y no me siento cómoda, tal vez sea porque no me gusta estar rodeada de tanta gente desconocida.

—Vamos Mel quita esa cara y diviértete—choca su hombro con el mío y empieza a contonearse de una manera un tanto cómica que me es imposible no reírme─¡Lo ves! así te quiero el resto de la noche─murmura y toma mi mano arrastrándome al centro de la pista.

─Aman Tanrım!─ exclamo siguiéndola, abriéndonos paso entre la muchedumbre llegamos a la pista donde parecer somos las únicas por el momento. Gianna comienza a bailar contoneando sus caderas en sexys movimientos, ese vestido n***o entallado le queda muy bien.

Yo opté por un vestido corto en color rojo con finos tirantes,escote drapeado y la cadena que me obsequió Iskander adorna mi cuello, me puse unos tacones en color n***o que me regalan unos centímetros más de altura.

Poco a poco me dejo llevar por el ritmo de la música y al igual que mi alocada amiga comienzo a moverme ignorando por un momento la voz en mi cabeza que me grita que no fue buena idea venir aquí.

Minutos más tarde me acerco a Gianna para decirle que necesito tomar un descanso y que iré por una bebida le pregunto si desea una pero niega en respuesta y se queda en la pista.

Dirijo mis pasos hacia la barra para ordenar una bebida, el barman comienza a prepararla y yo aprovecho para tomar asiento mientras espero.

De pronto siento una mano posarse en mi hombro desnudo sobresaltándome.

—Gianna aún no est...— mis palabras se quedan cortas al ver a la persona frente a mi.

—No recuerdo haber cambiado mi nombre—dice con un tono de voz sarcástico que me hace rodar los ojos y quitar su molesta mano de mi hombro.

—¿Me estás siguiendo de nuevo Enzo?—inquiero molesta.

—Para nada Mel, juro que está vez fue casualidad encontrarte aquí—responde levantando su mano como en gesto de inocencia—si no me crees he venido con unos amigos a celebrar, uno de ellos está de cumpleaños—gira su rostro hacia atrás y veo que dice la verdad al ver a un grupo de hombres haciéndole señas.

—Su bebida señorita—la voz del barman me hace girarme nuevamente hacia la barra, la tomo con una sonrisa y me levanto para ir hacia mi mesa pero nuevamente Enzo habla.

—¿Vienes sola?

—No—respondo cortante y sin decir nada más sigo con mi camino hacia la mesa. Me sorprendo al ver que Gianna ya se encuentra ahí esperando por mi.

─¿Te has cansado de bailar ya?─le pregunto tomando asiento frente a ella.

─Para nada, es solo que un tipo se ha puesto intenso conmigo y no me agrada en lo absoluto, lo mío con los hombres se acabó desde hace algunos años─arruga la nariz y rueda los ojos─¿Qué tomas?─me pregunta al ver la copa entre mis dedos.

─Cosmopolitan─respondo y me llevo la copa a los labios, al instante la mezcla de sabores llega a mi lengua, cierro los ojos y suelto un gemido involuntario─¡Dios! que delicia hace tiempo no bebía uno de estos─menciono ante la mirada divertida de Gianna.

Detiene a uno de los meseros que pasan por nuestra mesa y le ordena amablemente dos tragos más, minutos después el chico llega con los tragos y antes de que se retire, mi amiga lo detiene.

─No dejes que nuestras copas estén vacías, de eso dependerá tu propina─le ordena y el chico asiente. No pude evitarlo y termino soltando una carcajada por la ocurrencia.

El mesero cumplió con la orden de Gianna y cada vez que notaba nuestras copas casi vacías llegaba con una nueva ronda, mi cuerpo empezó a relajarse gracias al alcohol y esta vez fui yo quien arrastró a mi amiga a la pista de baile. A Enzo no lo vi más por lo que preferí no comentarle nada a Gi.

A estas alturas la pista ya estaba llena de gente pero nos daba igual estábamos disfrutando el momento y nos olvidamos del resto, varios minutos después decidimos hacer una pausa pues necesitábamos ir al baño.

Tomadas de las manos nos alejamos de la pista para ir en busca del sanitario, finalmente lo encontramos y entramos a hacer nuestras necesidades.

Después de lavarnos las manos, decidimos tomar una última copa y retirarnos del lugar pues nos dimos cuenta que ya pasaba la media noche y además ambas nos sentíamos un poco ebrias.

Llegamos a nuestra mesa y cada una tomó su copa.

─Salud─choca su copa con la mía─por más noches como esta─culmina bebiéndose el líquido de un solo trago.

─Salud hermana─la sigo y arrugo la cara al sentir un sabor diferente al de antes, dejando en mi lengua un sabor amargo y comienzo a sentir un ligero adormecimiento en esta.

De pronto comienzo a sentir demasiado calor y con mis manos me doy aire, de nuevo el presentimiento de antes se apodera de mi con más fuerza y comienzo a entrar en pánico cayendo en cuenta que contaminaron mi bebida con algún extraño químico.

─Mel, ¿Te sientes bien? te noto pálida─puedo ver la preocupación en el rostro de mi amiga al verme negar frenéticamente, entonces se acerca a mí y me sostiene cuando estoy a punto de caer, como puedo logro decirle mis sospechas.

─C-creo que le pusieron algo a mi bebida─las palabras se tropiezan en mi boca y mi vista comienza a nublarse─llévame a casa por favor Gi─ella rápidamente asiente y comienza a salir conmigo a rastras del lugar.

─Tengo que ir a buscar el auto Mel ¿Puedes esperar aquí hasta que regrese?─su voz se escucha lejana pero aún así logro entenderla y asiento en repuesta.

Me deja sentada de alguna manera en una banca cercana y sale corriendo por el auto, al menos eso es lo que mi vista me permite ver.

─Te encontré─una voz que no logro reconocer debido a mi estado de aturdimiento me hace saltar sorprendida─vamos, sube al auto─toma mi brazo con fuerza y levanto mi rostro tratando de enfocar el rostro de la persona que pretende llevarme, pero no puedo, me siento tan mareada y cada vez mis sentidos dejan de funcionar.

─No, suéltame mi amiga está por llegar─mi voz sale en un susurro a penas entendible. Trato de pedir ayuda pero de mi boca solo salen gritos ahogados y sollozos.

Por más que traté de luchar, me fue imposible detenerlo.

La persona logró subirme al auto y yo terminé por perder el conocimiento.