Abby.
Después de la visita a casa de mis padres, decido caminar a mi apartamento. Es más fácil reflexionar mientras camino, distraer mi mente de los frentes que tengo abiertos en este momento.
El asunto Henderson es algo sobre lo que no tengo control alguno. Y todo lo demás depende de este trabajo, por irritante que sea solo me queda esperar. No me haría nada bien atascarme en el ¿y si…?
Por lo que solo camino, ajena a lo que me rodea.
Al llegar a casa me desvisto y estoy lista para meterme en la bañera cuando suena mi teléfono. No reconozco el número.
-Clark- contesto.
-Señorita Clark, soy la asistente del señor Henderson, se le espera mañana a las ocho en la sede central de Henderson Aviation Corp. Se agradece que no llegue tarde. Que pase una buena tarde- y cuelga.
Miro el teléfono en mi mano como si fuera a comerme.
Conseguí la entrevista.
Estoy tan emocionada, que a mi cerebro le cuesta envolverse alrededor de la noticia. Llamo a Shannon de inmediato.
- ¿Sí?- la música de fondo se escucha alto y claro.
-Tengo la entrevista mañana- simplemente digo y aparto el teléfono de mi oreja en preparación al grito de Shannon.
No me decepciona.
- ¡SI NENA!- Dios, va a quedar afónica si puedo escucharla aun con el teléfono lejos de mi oreja.
Vuelvo a ponerlo allí, cuando lo estimo seguro para mis tímpanos.
-Sabía que lo lograrías, nunca dude de ti.
-Gracias, pero todavía no tengo el trabajo.
-Y cuando lo tengas nos emborracharemos juntas- promete- llama a Ollie, no te olvides de darle la buena noticia.
Oliver Hamid, solo conocido como Ollie para Shannon, fue en otro tiempo la última parte de nuestro grupo. Lastimosamente, ellos decidieron salir; no funciono y Oliver se largó a Boston.
Siempre he pensado que son perfectos el uno para el otro, pero sus voluntades chocaron de mala manera. No sé qué es lo que ocurrió entre ellos, nunca me lo han contado y sabiendo que ambos me necesitan como amiga me he mantenido neutral y apartada de ese embrollo en particular.
Pero queda algo allí, puedo sentirlo, solo espero que puedan resolverlo.
-Por supuesto que le diré. ¿Dónde estás?-los gritos de personas claramente borrachas me dan una idea general.
-El after party del lanzamiento de una nueva línea de ropa interior. Espera- escucho un murmullo, como si estuviera hablando con alguien más- debo irme, recuerda ponerte mañana el vestido que deje en tu casa para ese propósito.
Cuelga.
Salgo de la bañera y me pongo mi bata de baño antes de ir a la cocina a por una copa de vino tinto. Oliver tampoco sabe nada de este trabajo, él también es un abogado, dos años mayor que yo. Probablemente va a reprocharme el que no haya recurrido a él para buscar un trabajo.
Sin embargo, yo quiero ganarme mi puesto en un bufete, no ser la amiga a quien le sirvieron todo en bandeja de plata. Trabajare duro por mi carrera, pero solo después de hacer este ligero desvió.
Lo llamo.
- ¡Abby! Es un gusto saber de ti- son sus primeras palabras.
Tomo un sorbo de mi copa.
-Lamento no haber llamado en un tiempo, estaba ocupada.
-Lo entiendo, lo gemelos necesitan toda tu atención. También la búsqueda de trabajo- su tono excesivamente tranquilo enciende todas las alarmas.
-Te enteraste de eso, tu cotilla- lo acuso.
-Deberías de habérmelo dicho tú- replica- ¿Por qué no hacerlo?
Respiro hondo.
-Porque no aprobarías mis planes- le cuento todo.
-Tienes razón no lo apruebo- gruñe- ¿Sabes para qué clase de idiota vas a trabajar?
-Lo suficiente, no te preocupes Oliver. Lo tengo cubierto.
Se mofa.
-Lo dudo, pero nada de lo que diga te hará cambiar de idea. Solo no vuelvas a ocultarme algo como esto.
-Gracias- por no presionarme, por entender.
-De nada- sonrío al imaginar su ceño fruncido- si algo no va como esperas me avisas de inmediato.
-Lo prometo.
Después de un poco de charla insustancial colgamos.
Mañana es un día muy importante, los nervios van a comerme viva. Inhalo y exhalo, repito esto varias veces hasta que mi corazón vuelve a la normalidad. Termino mi vino antes de dirigirme a dormir, es muy pronto todavía, pero sigo sin sentirme en condiciones para hacer cualquier otra cosa.
Esa noche el sueño no llega fácil.