Lágrimas de amor

1. El enamoramiento. [Parte 2]

— Llegamos — me dice Jeremy, sacándome de mi ensimismamiento.

Finjo una sonrisa y espero a que él me abra la puerta para bajar del coche.

— La universidad es enorme — le digo mientras observo mis alrededores.

No es la primera vez que vengo a la universidad, pero sí es la primera vez que me fijo en su tamaño, es la primera vez que me siento empequeñecida ante su enormidad, pero también emocionada al saber que mi vida profesional empezará a formarse aquí.

Él asiente mientras camina a mi lado, guiándome a la sección de admisiones.

Pasamos un pasillo enorme que nos lleva a varías oficinas y me señala la última a mano derecha

— Es allí, mariposa.

Asiento y empiezo a caminar hacia donde él me ha señalado, pero me detengo al darme cuenta de que él no me sigue.

— ¿No vienes? — Le pregunto, confundida.

Él niega mientras saca el teléfono de su bolsillo.

—Tengo que llamar a Sabrina — me dice distraído, sin apartar la mirada de su teléfono.

Asiento con una sonrisa falsa y me dispongo a entrar en la oficina. Justo antes de entrar, escucho su voz cuando saluda a Sabrina con un cariñoso “amor”.

Yo soy su mariposa, ella es su amor.

Doy un largo suspiro y sacudo la cabeza para concentrarme en lo que debo concentrarme, mi inscripción en la universidad. Miro a la mujer que está sentada en el escritorio y me acerco para entregarle mi papeleo, concentrándome en lo importante en un intento de olvidar el cariño con el que Jer le habla a Sabrina.

— Buenos días — le digo con una sonrisa.

— Buenos días — me dice educadamente —. ¿Vienes a traer los papeles de admisión?

Asiento y enfoco mi atención en ella e intento omitir la voz de fondo, la suavidad del tono de voz de Jer mientras habla con su novia.

Respondo todas las preguntas que la amable mujer me hace, mientras ella escribe concentradamente en la computadora.

— Después de llenar este formulario — me entrega un documento —, quedaría todo listo.

— ¿Me puedes prestar un lapicero? — Le pregunto.

Ella asiente, pero justo antes de que me entregue uno, escucho una voz detrás de mí —: Yo te presto uno.

Me giro a esa voz para encontrarme con un chico de ojos y cabello n***o, él es muy guapo, pero lo que más me llama la atención es su sonrisa amable. Su presencia me sobresaltó un poco porque no noté en qué momento llegó, lo que le causa a él una risita divertida.

— Gracias — le digo con una sonrisa y tomo el lapicero de su mano.

Empiezo a llenar el formulario y mientras tanto, él toma asiento a mi lado para, al igual que yo, hacer la inscripción.

Cuando termino, le entrego al chico el lapicero y a la mujer frente a mí el formulario.

— Está todo listo — ella mira mi nombre en el documento —. Señorita Carson, en unos días le llegará por correo los usuarios y claves para acceder a los portales de la universidad. Recuerde el día en que inicia sus clases y tenga presente la semana de inducción.

— Muchas gracias — le digo con una sonrisa mientras me pongo de pie.

Le doy una última mirada al chico del lapicero quien ahora está llenando el formulario y le sonrío tímidamente cuando levanta su rostro para mirarme, él me sonríe de vuelta. Después, me giro para salir en busca de Jeremy. Cuando estoy afuera, lo encuentro sentado en las sillas de espera.

— ¡Ya está todo listo! Pronto seré toda una universitaria— le digo entusiasmada, provocando una risa de su parte —. ¿Vas a enseñarme el campus? — Le pregunto emocionada por pasar más tiempo con él.

Sus cejas caen y sé que lo que viene no me va a gustar.

— Mariposa, tengo que ir a buscar a Sabrina — parece incómodo y me siento un poco herida porque es la primera vez que él cancela planes conmigo —. ¿Qué te parece si lo dejamos para otro día?

Muerdo mi labio y al final decido hacer lo que siempre hago cuando se trata de él: fingir una sonrisa.

— No te preocupes, yo miraré los alrededores sola.

— Yo puedo enseñarte el campus — dice alguien detrás de mí y cuando me giro a mirar, veo que es el mismo chico de la oficina —. Lo siento, pero se me fue imposible no escuchar y...

— Espera... — lo miro, confundida —. ¿Pero tú no eres nuevo al igual que yo? ¿Cómo conoces el campus?

Él me regala una sonrisa que enseña unos alineados dientes blancos.

— Mi madre da clases aquí, no es mi primera vez en el campus.

Lo miro sin saber qué responderle, pero Jeremy se me adelanta.

— Perfecto, mariposa — él me mira y me regala lo que sé es una falsa sonrisa mientras habla —: Con eso haces nuevos amigos.

— Jeremy...

— Toma — saca unos billetes de su billetera y me los entrega —. Paga con eso el taxi de vuelta a casa.

Hago de mis labios una fina línea mientras me concentro en no mostrar dolor en mi mirada.

— Gracias — susurro, pero no sé si me ha escuchado porque él ya está caminando a toda velocidad hacia la salida.

Me quedo observándolo y cuando ya no lo veo más, me giro a mirar al chico de la oficina.

— Soy Ryan — me dice con una sonrisa amigable.

— Aurora — le devuelvo la sonrisa aun cuando lo último que quiero hacer es sonreír y me siento estúpida por sentirme tan herida por pequeñas cosas como estas.

Ryan se queda observándome por varios segundos y me veo obligada a desviar la mirada al piso porque siento que él me está leyendo como si me tratase de un libro abierto.

¿Puede él ver mi amor no correspondido?

— Puedes simplemente rechazar mi oferta si no quieres — murmura finalmente, sonando comprensivo.

— No — niego —, muéstrame el campus.

Él sonríe y pronto estamos haciendo el recorrido que pensé yo haría con Jeremy.

De nuevo, tal vez un poco ya acostumbrada, ignoro el sentimiento de opresión que siento en mi pecho debido a Jeremy.