La novia del CEO

Otro día más, estoy tan cansada y desesperada, ando como loca buscando algún trabajo ahora lo que más me importa es conseguir empleo, no importando lo que deba hacer, si es necesario hacer de payaso con tal de ganar dinero que es lo que más me interesa ahora, llevo casi un mes en la misma situación, todos me rechazan, claro he trabajado de todo desde limpieza de baños hasta secretaria, pero por alguna razón todos mis patéticos jefes se aprovechan de mí, claro y no me refiero que deba trabajar horas extras si no que piensan que soy una cualquiera, siempre tratan de acosarme, mi último empleo fue de asistente de oficina, mi jefe era nada más y menos que un señor de cincuenta años, trabaje a lo mucho dos meses, el único en el que he durado tanto tiempo, además esa tarde, mientras todos se iban me dijo me quedara otro rato que debíamos platicar sobre mi sueldo, este iba a subir, estaba feliz ya que con ello podría terminar de pagarme la universidad, estoy a unos meses de terminarla, pero no, el viejo asqueroso empezó a seducirme y a querer tocarme, cosa que no soporte ni mucho menos permití, así que le di una patada baja, salí corriendo de allí, al siguiente día solo llamo una compañera para decirme que él descarado me había despedido y lo peor aún dijo que no merecía nada del sueldo del mes que trabaje allí, me sentí fatal, ahora no sé qué hacer debo conseguir un empleo, además la señora de la renta me dijo que si no cancelaba a finales de este mes me desalojaría, prácticamente me echaría a la calle, no tengo a donde ir, mis padres murieron en un vuelo a Miami, yo tenía apenas ocho años, no tengo familia cercana, así que nadie se enteró de mi existencia durante todo este tiempo, viví en una casa hogar donde me criaron y me dieron estudios, al cumplir los dieciocho tenía que empezar mi propia vida, actualmente tengo veintidós años, deje la universidad, no pude seguir pagando las colegiaturas, me pesa amo estudiar, no tengo trabajo, solo puedo contar con Charlotte mi amiga, nos conocimos en la universidad, es tan buena me ha echado la mano hasta donde puede, ella también tiene sus gastos, vive con su novio, me pidió me fuera a vivir con ellos, pero claro no acepte, no puedo estar en casa de dos, no quiero ser mal tercio. Me llamo Emilia Parker, mido 1.65, soy de tez clara, cabello castaño ondulado hasta la mitad de mi espalda, y tengo ojos azules como los de mi madre, mi único recuerdo una foto vieja que tengo con ellos. Esta mañana fui a varias empresas a dejar mi curriculum solo espero me llamen, necesito un trabajo pronto.                 Me despierto a las cinco como es mi costumbre, me doy una ducha caliente, me preparo una taza de café y un emparedado, oigo mi teléfono celular sonar, corro a tomarlo. -Bueno contesto al otro lado de la línea. -Srita Emilia Parker dice la voz de una mujer joven y refinada. -Si ella habla digo aún estupefacta. -Le saludamos de Industrias Miller, necesitamos se presente hoy a las diez de la mañana para un puesto de trabajo, está usted interesada dice la mujer. -Sí, si claro digo emocionada, después de tanto tiempo un puesto es lo mejor, no importa lo que deba hacer, es más si debo limpiarle los zapatos al jefe estoy dispuesta. Cuelgo el teléfono estoy emocionada, pero Industrias Miller es una empresa reconocida mundialmente, además es una de las más prestigiosas de moda. Debo lucir o al menos llegar bien pienso. Me visto con un traje n***o formal, me maquillo un poco, casi no suelo usar tanto, mientras más natural es mejor para mí, llego con media hora antes de anticipación, estoy nerviosa, me entrevistaran en Recursos Humanos. -Srita Emilia Parker dice la voz de una mujer la veo y es muy elegante, claro es lógico trabajar para una empresa de modas, debe ser obvio verse bien todo el tiempo. Asiento rápidamente y entro a su oficina. -Bien Srita Parker, seré clara y concisa, el puesto a ofrecer es de ayudante de cafetería, deberá ayudar al cocinero principal a servir y preparar los alimentos para todos los empleados de Industrias Miller, además deberá usted asear bien el comedor de empleados dice la mujer con porte serio. –Claro que la paga es muy buena añadiendo esto último. Esta usted interesada Srita Parker dice ella mientras fija su mirada en mí. -Sí, Si claro, estoy dispuesta digo, además tener esto a nada es mejor para mí.          -Bien, preséntese mañana mismo, tome deberá usar esta playera y delantal, lo necesitara dice sin más. Me retiro y agradezco, la verdad estoy feliz, con ese sueldo poder pagar mi universidad y seguir estudiando, además me alcanzara para poder comprarme mi propio departamento. Este sueldo es tres veces más de lo que ganaba en mis otros trabajos. Me presento a mi nuevo empleo estoy emocionada, llego al área de cocina y cafetería y me presento. -Buenos días soy Emilia Parker digo extendiendo mi mano para saludar al señor que esta frente a mí. -Buenos días Emilia, soy John encargado y cocinero principal, ya me habían hablado de ti dice amigablemente. John se ve como un señor de sesenta años, es un tanto bajo y un poco gordito además se ve muy buena persona, me indica todo lo que debo hacer, además debo ayudarle a preparar la comida para la hora de almuerzo, claro es mi especialidad en la casa hogar me enseñaron a preparar ricas comidas. -Ah y otra cosa dice acordándose de algo pareciera muy importante. –Debes llevar todas las mañanas a las nueve para ser exactos el café al Sr. Miller, él es el CEO de Industrias Miller, ama el café n***o y amargo, además le gusta le lleven también su desayuno recién hecho y caliente no tibio dice John. Yo solo asiento, además quien se cree ese tal Miller para tener tanta exigencia. -Bien niña, es tu primer día así que a trabajar dice John. El día estuvo de lo más pesado, ese día John le llevo su desayuno y café al CEO, dijo que yo iría mañana, además ni conozco al tal Bruno Miller, John me pidió le tenga paciencia ya que es un malhumorado a morir.                 Llego temprano a la empresa como es costumbre, debo usar una camisa polo color n***o con el logo de la empresa, y el patético delantal blanco además solo me lo ato a la cintura, llevo unos jeans azules y mis tenis, encima son cómodos para estar de pie todo el día. -Bien niña es momento de llevar la comida al CEO dice John. Tomo el desayuno y su café, vaya que si esta amargo, claro como él pienso y rio ante esto. Subo hasta el piso quince, llego y me saluda su secretaria a decir verdad me vio de pies a cabeza como escaneándome. -Y tu…eres dice con ironía. -Buenos días, vengo de cafetería a dejar el desayuno al Sr. Miller digo -Claro, solo espero lo traigas como a él le gusta dice irónicamente. No digo nada solo camino hacia la enorme puerta, toco y escucho un –Adelante. Vaya que tiene una voz demasiada sexi y grave. -Buenos días Sr. Miller traigo su desayuno digo apenas entro. Quedo encantada con lo que veo, es un hombre alto quizás de un metro ochenta de estatura, rubio de tez clara pero me habla sacándome de mis pensamientos. -Bien déjelo allí en la mesita de enfrente dice con tono seco, ni siquiera se voltea a verme, ni mucho menos se digna a decir “gracias”. Salgo de allí, claro ojala lo que tiene de atractivo fuera amable. Salgo de allí, es un tipo pesado, arrogante y engreído. Sigo mis quehaceres en la cocina, en el almuerzo es demasiado trabajo, además apenas si puedo y casi no tengo fuerzas, pero pienso en mis deudas, claro estas no se pagaran solas, así que me motivan a seguir adelante.