MONTAÑAS DEMET UMUD - TERRITORIO DE CAZA - MEDIA TARDE Conforme Sadrac y Brielle continuaron ascendiendo por el sendero de hierba verde que él había creado con su poder de fuego, el aroma del cachorro Valkis muerto que llevaba sobre su hombro se intensificó con cada paso. El olor metálico de la sangre se mezclaba con el almizclado pelaje de la criatura, creando una señal olfativa que cualquier depredador en kilómetros a la redonda podría detectar. Para Sadrac, eso era justo lo que deseaba. Cada gota de sangre que goteaba del cachorro era como una invitación dirigida a su madre, un desafío silencioso que ninguna bestia protectora podría ignorar. Él caminaba con la confianza predatoria de alguien que había convertido la caza en un arte, manteniendo cada sentido alerta, pero sin mostrar la

