—Esto significa —continuó Sadrac con una emoción que no podía ocultar ni un poquito— que hoy podré participar en entrenamientos mucho más intensos de los que he podido manejar durante años. De hecho, estoy considerando duplicar mis sesiones de práctica —sonrió—. Ahora que puedo moverme mucho mejor, necesito recuperar el tiempo perdido y volver a los niveles de habilidad que tenía antes de la herida.
La mejora era innegable, y Zelek se sintió genuinamente complacido por su hermano. Había observado cómo el dolor constante había afectado no solo las capacidades físicas de Sadrac, sino también su estado de ánimo general y su efectividad como líder. Tener al Rey de Pyrion funcionando a plena capacidad de nuevo beneficiaría a todo el reino.
Sin embargo, lo que Sadrac no mencionó —y lo que cuid
