SAKFFENDO

Algo nuevo

-No me envió nadie -tenía miedo, pero no podía dejar que lo supiera -he venido sola caminando desde allá -señalé la playa por la que había estado caminando

-¿Cómo sabes de este lugar?

-No sabía de este lugar, simplemente lo vi y me acerqué -quise girarme para ver al dueño de aquella voz, pero no me permitió hacerlo

Con su manos sostuvo mis hombros para mantener mi vista lejos de él

-Pese a las señales de advertencia te acercaste hasta aquí ¿cuáles son tus motivos?

-No tengo motivos en específico para estar aquí, simplemente caminé

-¿Quién te envió?

-¿Quiere dejar de preguntar eso? le dije que he venido por mi propia voluntad a este lugar, no tengo intenciones de hacer nada malo

-¿De dónde vienes? -apunté de nuevo a la playa por la que había caminado -la única manera de llegar hasta este lugar es en una embarcación, pero no veo ninguna y no he visto ninguna hace tiempo

-Aceptaré las disculpas por su falta de respeto hacia mí, pero deje de tocarme los brazos y déjame conocer a la persona que se atreve a tocarme -dije molesta, tenía miedo, pero mi curiosidad era más grande

-No se atreva a mirarme -dijo al tiempo que me soltaba los hombros -solo regrese por dónde vino

-¿Acaso es un hombre tan feo? o ¿tiene alguna clase de deformidad?

-¡Cómo se atreve a decir eso!

-Entonces ¿por qué no puedo mirarlo? -dije al tiempo que me giraba para enfrentarlo

Mi corazón se detuvo por un instante, y después latió con más fuerza, su cabello era como la nieve, blanco y sedoso, sus ojos eran de un azul profundo y hechizante y su piel era clara, más clara que cualquier otra, tenía una belleza extravagante y nunca antes vista. Era joven, de mi edad quizá, llevaba una camisa blanca de manga larga, un pantalón café y calzaba unas botas negras. Tragué saliva cuando miré la camisa desabotonada, podía ver parte de su pecho y sentí como un ardor me cubría la cara por completo y el sonrió.

Luego, se acercó para verme detenidamente de pies a cabeza, dió una vuelta a mi alrededor, no sabía si sentirme halagada o molesta, pero en realidad en lo único que pensaba era en su sonrisa y en calmar el tambor que tenía dentro de mi pecho.

-Eres hermosa -dijo al fin cuando estuvo de nuevo frente a mí

-Es cierto -dije recobrando la compostura

Sonrió de nuevo y yo fingí indiferencia, pero cuando reaccioné de nuevo el toque cálido de sus manos estaba sobre mi cintura

-Y ese peculiar olor que desprende su piel -tomó una gran bocada de aire muy cerca de mi cuello -es embriagante y exquisito

Eran palabras vulgares pero por alguna razón no sonaban así con el tono masculino de su voz

-Debe tener experiencia con muchas mujeres ¿no es cierto? -intentaba ser molesta e indiferente, pero había algo que él que me atraía como un imán

-En realidad es la primera mujer a la que le he puesto mis manos encima

Su manos me apretaron contra su pecho, levanté la cara para verlo, de cerca era aún más atractivo.

-¿Debería sentirme halagada por sus palabras? -respondí a la defensiva luchando contra la fuerza de sus brazos que me apresaban contra su cuerpo

Sonrío de nuevo de manera descarada y me miró por unos instantes.

De pronto sentí la suavidad de sus labios en los míos ¡se había atrevido a besarme! a robarme mi primer beso. Liberé una de mis manos y mi palma golpeé su mejilla.

Su risa era cómo música para mis oídos y su sonrisa descarada no me molestaba.

-¡Cómo se atreve! -dije conteniendo mi ira

Sus manos abandonaron mi espalda haciendo que ese vacío enfriara mi cuerpo, me estremecí y apreté mis puños.

-Usted vino a la casa de un hombre soltero sin previo aviso y ahora intenta parecer una mujer recatada

-¡Que quiere decir con eso!

-Usted sabe lo que quiero decir, ¿por qué motivo ha venido aquí?

-Se lo dije antes, no tengo ningún motivo, solo pasaba por aquí

-A menos que haya naufragado en estas aguas no creo que solo por casualidad esté aquí -me miró de pies a cabeza de nuevo -pero por su ropa me doy cuenta de que no viene del mar, y tampoco tiene una cola para decir que es es una sirena -se quedó pensativo -El único lugar que se me ocurre es que ha venido del reino custodiado por esos muros. Una dama de renombre no se atrevería a romper las reglas del mismo rey para venir a este lugar, sí que dígame ¿Quién la envió?

Refunfuñé molesta y tomé el camino por el que había llegado para regresar, pero apenas di unos pasos él me tomó de la mano y me impidió avanzar

-¿Quién eres? -el tono de su voz había cambiado

Era más dulce y pedía a gritos mi atención

-No tiene que saberlo -le dije ignorando de nuevo los latidos de mi corazón que reaccionaba a su tacto -no debería estar aquí y no debería… -me quedé en silencio

-¿Quién eres? -preguntó de nuevo

-Nadie, no soy nadie

Era la prometida del príncipe del reino, no debía estar en este lugar y menos acompañada por un extraño que me hacía latir el corazón de esa manera.

-No puedes irte así, ¿no te das cuenta de lo que pasa? -su voz y su aliento en mi oído me hacían estremecer

-No pasa nada -mentí

No podía permitirme sentir nada, y menos por un desconocido, mi destino estaba escrito y no necesitaba algo o alguien que hiciera más desdichada mi existencia.

Corrí para alejarme, por un momento pensé que él me seguiría, pero al mirar atrás supe que él no lo haría, se dió la vuelta y regresó a su casa mientras yo ignoraba con todas mis fuerzas los latidos insistentes de mi corazón que me gritaba regresar a su lado. Caminé entre los árboles del espeso bosque que había cruzado y subí de nuevo al túnel por el que había venido.

-¿Qué ocurre?, ¿estás bien? -preguntó preocupada al ver mi semblante

Era normal que lo notara, ella me conocía mejor que yo misma, ¿debía contarle? era mi consejera después de todo, ella debía saber que decirme, o quizá sabría ¿qué es eso que sentí antes?

-Estoy bien

-Me alegra que estés bien, ahora debemos ir a casa, podemos hablar de lo quieras después, pero ahora debemos regresar, tu madre te ha estado buscando y yo… -se quedó en silencio

Sabía lo que su silencio quería decir, mi madre lo sabía, sabía que había salido de los muros del reino y ahora tenía que esperar lo peor.