CAPÍTULO 11

1799 Words

La oscuridad de la noche comenzaba a tragarse la luz del día y, en esa tarde sombría, tras despedirse de un falso abuelo que había amado mucho más que si hubiera sido el real, Caleb Cipriano Paramo se dejó caer en la cama, de nuevo, sintiendo como si todo su mundo se expandiera de repente, provocándole sentir frío y sentirse aún más solo. Él ya no tendría con quien desayunar todas las mañanas, ni nadie preguntándole cada tarde, mientras comían juntos, por cómo había sido su día escolar; además, cenaría también solo, y ni hablar de jugar ajedrez y cartas con él. El señor Rómulo ya no estaba, ni estaría, y era doloroso aceptar esa triste realidad. Hundido en el dolor y la pena, el joven dejó correr sin miedo todo aquello que tenía casi dos días mal conteniendo: su llanto. Caleb lloró e

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD