El inicio de clases fue bueno, aunque el italiano de Diana era muy deficiente, no como el de Caleb, que lo hablaba bastante bien; aún así, cuando estaban en problemas, ambos hablaban en inglés, que era una lengua que los dos dominaban bien, pero entre ellos seguían hablando español.
Ahí comenzaron a aprender sobre tratados internacionales, sobre todo del tipo comercial y políticos, que eran sus materias a trabajar en ese semestre que pasarían en Italia; en cuanto a los siguientes semestres, estudiarían también los tratados internacionales culturales, humanitarios, sobre derechos humanos, de paz y de extradición; esto además de las especialidades de cada país y algunos cercanos a ellos.
Sus nuevos compañeros los trataron con cordialidad, y les ofrecieron hospitalidad inmediata, convirti
