Capitulo 2. Días de agonía.

2443 Words
Capitulo 2. *Días de agonía. Esta ebrio y Meredith sabe la razón, lo mira fijamente mientras se adentra al lugar, está cansada y desea dormir evitarlo a toda costa, pero Rodrigo se atraviesa en su camino impidiéndole el paso. — Por favor Rodrigo, hoy no tengo ganas de discutir. Ella camina tratando de alejarlo, pero Rodrigo la toma de la mano. — No te vayas. — Dice atrayéndola hacia él. — Rodrigo por favor. — Suuh…— La acerca dejando el vaso de Whisky sobre la mesa a su lado. La sujeta de las caderas y Meredith trata de alejarse cuando lo siente sujetar su mandíbula para que lo vea a los ojos. — Hoy se celebra casi cinco años de tus engaños, ¿Lo recuerdas? Esa tarde en la que llegaste a mi casa, te hice el amor y luego me hablaste de tu maravilloso contrato, ¿Qué se sintió? Dime, ¿Qué se sintió jugar conmigo? Cómo tú engaño le causó a mi padre un infarto, Meredith, él te quería como a una hija, pero mira nada más lo buena y mentirosa que eres. Ella se mantiene en silencio tratando de no discutir con él, de contener las lágrimas porque siempre le recalca lo mismo todo el tiempo. — Mírate, luces tan perfecta, tan radiante, déjame verte… Se aleja un poco notando debajo de su abrigo un hermoso vestido color rojo que la hace lucir tan hermosa y sexi, su color favorito para ser exactos. — Mira nada más, ¿Eso es para mí o para tu amante? Le quita el abrigo notando lo sexi que se ve. — Dime, ¿Te diviertes con él? ¿Te hace el amor mejor que yo? Quiero entenderte. Al él decir esas palabras la somete a sentimientos, la ofende tanto que ella se aleja enojada ante su agarre. — Aléjate de mi Rodrigo. Se aleja y Rodrigo se acerca tomándola de las caderas, la sujeta de espalda, la sujeta con fuerza haciéndola cerrar los ojos ante su agarre y sus caricias. — No puedo, dime, ¿Realmente es lo que deseas? — No hagas esto por favor. Le súplica con el corazón ardiendo de dolor, con ganas de decirle cuánto lo ama y que le duele lo que hace, pero nada valdría la pena, ya él no cree en nada de lo que ella le dice, jamás le creería que ha Sido suya desde el primer momento en que la toco, suya y de nadie más. — ¿No hago que mi amor? ¿No te gusta? — Pregunta a su oído mientras acomoda su cabello aún lado. La sostiene subiendo su vestido y la toca como solía hacerlo, son cuatro años y medio sin tocarla y no se puede negar que la desea, su trasero roza sobre su m*****o mientras él besa su cuello y toca de ella, no puede soltarla, puede sentir como ella le aprieta la mano confirmando que le gusta lo que hace, se siente bien para ambos. Rodrigo besa su cuello hasta sus hombros mientras va quitando su vestido despacio. Le da vuelta y la pone de frente a él y la besa guiándola a sofá, ella puede sentir el alcohol en sus labios, mucho trata de contenerse pero Rodrigo la sostiene guiándola a un placer que hace mucho no sentía. Su lencería se rompe ante su agarre, la toma con deseo, besa sus senos bajando a su feminidad, le recuerda que es suya, le saca jadeos intensos que la sonrojan, hoy no hay discusión más que la entrega mutua de ambos. Ella toma su camisa y la rompe quitándola mientras que él se quita los zapatos y el pantalón, está listo y ansioso, trata de ponerse el preservativo y se acomoda entrando de golpe en ella, sienten morir, la toma con tanto desea que la hace estremecer en sus brazos, la descontrola, la invade a puntos inimaginables, cada beso y caricias son únicas, se entregan como nunca antes, posición tras otra los lleva a tener su orgasmo, ella está sobre él y lo reciben con tantas ganas que ágilmente la apoya bajo de él hundiéndose por completo en ella que cierra los ojos ante sus besos intensos, termina y él trata de quitarse el preservativo que en esta ocasión olvida revisar, está tan agotado, Rodrigo se acomoda sobre su pecho, respira agitado, está tan sumergido en lo que el corazón latente de Meredith trata de transmitirle, que se pierde en los latidos de su esposa. Ella no se mueve, lo observa quedarse dormido sobre su pecho, esto es real, han vuelto hacer el amor, se sintió tan bien que se deja llevar por la emoción en ese momento le acaricia el cabello sin poder contenerse, quiere tenerlo por un segundo así, sabe que está ebrio, que quizás las cosas cambien o no mañana, sonríe ligeramente sin dejar de acariciarlo, disfruta del momento cuando ese gramito de esperanza se desmorona en pocos segundos al ver su celular sonar sobre la mesa, el identificador de llamadas la deja sin aliento, ¿Su ex? ¿Esto es real? Todo su mundo se desmorona ante ella y sus pensamientos, lo observa dormido y sin poder soportarlo más llora dejándole un beso suave en la frente, ¿Cómo pudo? ¿Realmente la engaña con ella? Dios, su corazón se rompen en pedazos, ¿cómo no? Si son casi cinco años de vivir en una relación en la que solo tú eres quien da todo, se siente perdida, muy dolida. Meredith lo mueve aun lado para levantarse, toma su ropa y camina a su habitación donde al cerrar la puerta se desmorona por completo, se siente tan débil, tan cansada que al abrazarse de sus piernas siente un gran refugio en su ser, Rodrigo le acaba de dar un golpe tan fuerte que siente que jamás podrá superarlo, es tan duro cuando se ama con todas tus fuerzas a una persona que siempre busca el más mínimo detalle para buscar una salida y una solución a cada problema y es más duro cuando te das cuenta de que la relación se a perdido, que ya no hay nada que salvar y entonces entiendes que todo a terminado. * A pasado la peor noche de su vida, Meredith se levanta del suelo donde paso la noche llorando y tratando de encontrar las fuerzas para continuar. falta tan solo dos meses para que todo termine, el dolor en su corazón le impide ir al trabajo, de manera que toma una ducha y se cambia lista para salir de su habitación hallándolo aún dormido sobre el sofá. Meredith no hace ningún ruido y sale de la casa tratando de correr, va trotando al parque sin poder dejar de llorar, es tan fuerte lo que siente, que siente que muere por dentro, se desvanece en una banca mientras que en la casa Rodrigo despierta tras una noche que apenas recuerda debido al fuerte dolor de cabeza que tiene. Rodrigo se sienta en el sofá, la resaca lo está consumiendo, se trata de calmar cuando nota sobre el suelo el preservativo que se quitó y del otro lado la ropa interior de Meredith la cual le hace recordar lo que hizo y con frustración se pasa la mano por la cara, no recuerda con exactitud todo pero si partes en las que la mirada de Meredith se fijaba en él, sus jadeos y esa entrega que apenas recuerda lo hace pensar en si hizo lo correcto. Rodrigo se levanta recogiendo sus cosas y organizando un poco el desastre, al estar listo toma su celular notando las llamadas de Barbara y dos de sus mensajes los cuales Rodrigo ignora para ir a su habitación y ducharse. Al pasar por la habitación de Meredith no puede evitar abrir su puerta para ver si está bien como acostumbra hacer todas las veces que viene a la casa, es algo que no puede evitar y lo invade profundamente al ver que ella no está y que es muy temprano para ir a la oficina, de manera que no tiene otra explicación más que ha ido a ver a su amante, a llevado el peso de su decisión todo este tiempo y saber que las cosas hubieran Sido diferentes de ella no engañarlo lo tortura. Cómo es costumbre se abate pensando en lo diferente que fuera todo, pero es inevitable no pensar en su engaño y en la muerte de su padre, eso hace que su corazón se endurezca y con fuerza cierra la puerta de su habitación disponiéndose a ir a la suya, debe salir del lugar antes de que todo empiece de nuevo, es una sensación intensa pensar que cuando el compro esa casa lo hizo pensando en un futuro con ella, se veían en un camino muy diferente en el que están ahora y que por más que trate no puede perdonarla, por más que trate el peso de sus acciones lo invade por completo haciendo que de esta relación ya no quede nada, lo sumerge en el dolor y otra vez la depresión lo somete con fuerza llevándolo aislarse por completo del mundo real. * Dos meses de esa intensa noche, no hay mensajes, no hay llamadas de Rodrigo, como si lo hubiera tragado la tierra, no puede creer que para él no fue importante esa noche, después de todo quizás solo quiso demostrarle quien manda, quizás Bárbara no tenía tiempo para atenderlo y quiso aprovechar el momento, los pensamientos no se detienen, son dos meses de esa noche y él se a desaparecido quizás arrepentido, vaya que la abate pensar que quizás para él fue un error. Meredith está en el trabajo, cuando recibe una llamada de su madre llena de desesperación. — ¿Mamá? — O Meredith, hija, tienes que ayudarme cariño, me están sacando todo de la casa, me están desalojando cariño, tienes que venir, tienes que parar con esto por favor. Meredith se queda sin palabras ante lo que está pasando y se levanta tomando sus cosas. — Tranquila mamá, voy para allá, no te preocupes. Meredith cuelga mientras trata de salir de la oficina siendo detenida por su mejor amigo John. — He, he, cariño, cálmate, ¿A dónde vas? — John, mi mamá, me dice que la están desalojando, me necesita debo irme… — Calma, calma cariño, respira, le avisaré al jefe de la situación y nos vemos en la entrada, ve sacando el coche. Meredith asiente y corre al estacionamiento para sacar el coche, al estar lista lo estaciona en la entrada donde John la espera y sube con ella, sin perder tiempo se ponen en marcha a la casa de los padres de Meredith, varios minutos de camino y de llamar a su madre la angustia por completo, hasta que llegue y la ve junto a una vecina quien la sostiene mientras le da de tomar un vaso con agua para calmar sus nervios. — Mamá, mamá, ¿Qué tienes? La mujer llora desconsolada ante la situación, luce pálida y agitada mientras busca en su bolso una carta que le entrega a Meredith. — Fue horrible cariño, todas las cosas arrojadas a la calle mientras un hombre cambiaba la cerradura de la puerta, es una gran humillación, nos han dejado en la calle cariño, nos dejaron sin nada. Meredith lee la carta de los abogados de las familias Smith, tanto trabajo y cansancio le hicieron olvidar la fecha en la que está y con ella la carta del abogado que específica que todo lo que antes le pertenecía a Meredith pasa a manos de Rodrigo una parte al cumplirse el pago y la otra al firmar el divorcio, todo esto le cae como un gran peso, se siente mal y John la sujeta con fuerza en sus brazos al verla tambalearse, están en la calle y Meredith sabe que es su culpa. — Meredith, ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes hermosa? Meredith le entrega la carta a John quien de inmediato se sorprende de la crueldad de Rodrigo, a llegado a tanto. John puede ver a las dos mujeres y por el cariño y la consideración que le tiene a Meredith la abraza con fuerza. — No te preocupes, encontraremos una solución, por ahora no tengo mucho que ofrecerte, pero puedo recibirte en mi casa, tú y tú madre son bienvenidas. Meredith no logra darle respuesta cuando escucha el grito de la vecina al ver a su madre temblando sobre el suelo, necesita su medicamento y los ataques empiezan a surgir. — MAMÁ…— Grita de tal manera que John corre junto a ella para sostenerla, deben llevarla a la clínica pronto. De inmediato John la ayuda a subir al coche mientras la vecina junto a su hijo guardan las pocas cosas de Margarita en la casa, la mujer no para de temblar de manera que Meredith trata de calmarla, es su madre quien está pasando por todo esto y es un dolor más que se suma a su angustiado corazón. Al llegar a la clínica los paramédicos la reciben mientras piden a Meredith que llene los documentos necesarios, el trámite administrativo da su comienzo y tras terminar de llenarlos Meredith espera junto a John en la sala de espera por varias horas hasta que son llamados por el doctor. — Buenas, soy el doctor Ramírez, lamentó informar que la salud de su madre no a tenido mejoría, el tratamiento que lleva ya es muy antiguo y su patología aumenta, por los momentos logramos estabilizarla y la tendremos en observación por varias horas esperando la reacción del medicamento, por ahora no puede verla en cuanto los enfermeros terminen ellos les avisarán para que pueda entrar. — Gracias doctor. John la toma de los hombros y le da un fuerte abrazo, todo este tiempo y su madre a estado empeorando, su diabetes y cuadro epiléptico empeora, a veces siente que no sobrevivirá por mucho tiempo y eso la debilita. Una enfermera le pide a Meredith ir a la recepción donde le dan la factura y los costos de los medicamentos suministrados, es mucho más de los que puede pagar y no quiere volver a molestar a John quien ya en ocasiones le a pedido prestado, así que no tiene más opción que llamar a Rodrigo, le a quitado todo no puede ser tan cruel de no ayudarla en tan difícil momento. Meredith le marca por varios minutos, su celular repica una y otra vez sin respuesta alguna hasta que es respondido dejándola sin aliento ante la voz tras el celular. — ¿Hola? Silencio… — ¿Sí? ¿Bueno? ¿Quién es?
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