-Desperté con el ruido de la habitación, al abrir mis ojos vi a las mismas mujeres que me habían ayudado a preparar la noche anterior. La señora con cicatrices entró.-
-Necesito revisarte-
-Yo aún seguía con sueño, sentía como ella me movía, reviso mi entre pierna, me imagino que necesita una prueba de que el hombre cobró su pago.-
-¿El cliente utilizo preservativos ?-No lo sé, no me permitió ver- Empezaras con los inyectables, es lo más eficaz para que no quedes en embarazo.-
-Yo solo asentí, eso significa que comienza mi vida en este lugar, ahora tendré que atender hombres y estoy segura que no será como el de anoche, es posible que el cerdo de Gustaf se atreva a tocarme.- No lo resistí, rompí en llanto.-
-Tranquila, se que es difícil lo que te paso anoche pero poco a poco lo vas a superar, trata de llevar esto en calma si te llegas a revelar serás duramente castigada.- ví como la mujer se tocaba las cicatrices, entonces ella era como yo, una prisionera en este lugar.-
-Me prepararon la bañera, me sumergí en agua aromatizaba, algunos medicamentos para el dolor me hicieron tomar, mientras lavaba mi cuerpo los recuerdos de la noche anterior venían a mi. ¿Está mal desear más de él? Se lo que me espera, una vida de sufrimiento, pero ojalá ese hombre vuelva.-
-Al salir me vestí, me dijeron que debía acompañarlas, ya me imagino para donde me llevan. Volvimos al ascensor, nos dirigimos al primer piso, estaba trazando un plano en mi cabeza, iba grabando muy bien en mi mente el lugar. Llegamos a la oficina de Gustaf. No era sorpresa ver a Amelia ahí también.-
-¿Querida mira lo hermosa que estas?-Menciono el animal. Amelia vino hacia mi, me revisaba de arriba abajo, yo tenía puesto un vestido verde con vuelo debajo de la cintura. Unas sandalias un poco altas para mi gusto y mi cabello en ondas, hoy no tenía maquillaje. Por fin me veía como yo.-
-Hola Amatista, ¿qué tal tu primera vez? Dijo la cínica traicionera de Amelia.- No quise responder, mis ojos estaban en Gustaf.-
-La verdad es que le fue muy bien, el cliente quedó tan satisfecho que pago por ti, estarás exclusivamente a su servicio.-
-¿Que significa eso señor? Tuve que preguntar.-
-Muñequita, que por ahora no te acostarás con otro hombre, solo estarás disponible para el, té llevarán a otro sitio, iun lugar especial, son departamentos exclusivos, vivirás en uno de ellos, es una excepción ya que te sales de nuestro radar, el edificio no le pertenece a la organización así que serás la primera de mis niñas en vivir ahí temporalmente, en el primer piso está el lugar más elegante de la ciudad. El Tango Tango-
-No procese todo lo que me decía. ¿Como que exclusiva? ¿Me llevaran a otro lado? ¿El hombre volverá a verme? ¿Le guste?.-
-Tuviste que hacerlo muy bien anoche, tanto que gritabas lo indignada que estabas y mírate ahora de exclusiva- Mencionó Amelia.-
-Me imagino que tú también lo fuiste ¿no?-
-Una risa inundó la habitación- ¡No! Mi topacio no tuvo esa suerte, el siguiente día de la subasta comenzó a trabajar de mesera en el Tango Tango, por supuesto debía complacer en todo a los clientes-
-Asi que también en eso te voy ganando- dije sonriendo.-
-Te crees superior y anoche te toco un hombre de casi 60 años, ¿como te fue con el abuelito?- Dijo con enojo.-
-¿Abuelo? Eso no puede ser posible, lo que pude ver y tocar de su cuerpo era una persona joven, el tono de su voz, aquí había algo extraño, Gustaf también reía. ¿Que mierda pasaba aquí?. -
-Al menos el abuelo fue considerado conmigo, quizás la exclusividad sea para sólo leer el periódico y dormirnos a penas se esconda el sol, en cambio tú, ¿sigues de meserita con finales felices?-
-Un golpe fuerte y limpio me fue dado, Amelia tenía anillos en sus dedos así que por obvias razones me rompió el labio.- ¡Maldita Perra desagradecida, por mi es que estás aquí !. ¡Me lo debes!-
- ¡Exacto, tú fuiste la culpable de mi desgracia, jamás lo olvidaré y te juro que te las cobraré.!-
-Bueno no estamos para peleas el día de hoy, un chofer te está esperando afuera para llevarte a tu nuevo hogar, esta noche nos veremos.- Esas palabras de Gustaf no me gustaron para nada-
-Salí de la oficina, me limpiaba la sangre del labio, esa mujer si que me había golpeado duro, tenía que cobrármela de alguna manera-
-Me sacaron del lugar, efectivamente me esperaba un hombre vestido de n***o, me abrió la puerta del carro, yo me subí. Todo el camino iba pensando por que ese hombre pagó por mi. No es que me menosprecie pero que tengo de especial.- el hombre al volante me miraba de reojo, la verdad no se que pretendía, cada cierto rato una lágrima se asomaba.-
-Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché decir que habíamos llegado. El hombre me abrió la puerta, al bajar del auto, me entregó un pañuelo, yo lo tome y lo puse sobre mi labio. -Gracias- dije, era obvio que el no me respondería. Observé todo a mi alrededor, enfrente esta un edificio de al menos 10 pisos, aún era de día así que las luces del famoso Tango Tango estaban apagadas, me indicaron por donde debía caminar, el ascensor era como el de Amelia, llegaba al departamento pero era operado con una llave. Me causo curiosidad que aquí no hay cámaras, se supone que todos los ascensores deben tenerla por emergencias, supongo que es por el tema de la privacidad. Llegue al último piso,el hombre que me acompañaba se quedo atrás, vi que las puertas se cerraron, el se había marchado.-
-Comencé a caminar por todo el sitio, era aún más lujoso que el de Amelia, apuntaría todo en lo que le voy ganando, olía a nuevo, parece recién remodelado, fui a la habitación, todo era blanco. Tenía televisión, un armario inmenso con ropa femenina, una de las puertas del armario no la pude abrir. Me imagino qué hay algo de valor ahí.- seguí recorriendo todo el departamento, estaba perfectamente equipado, sobre la mesa del comedor había un celular, tenía un mensaje en su bandeja, al abrirlo pude entender de quien se trataba.-
-¡Nos veremos los lunes, jueves y sábados, te quiero impecable!-
-Trate de marcar el número de emergencias pero no había conexión, por lo visto solo servía para que ese hombre me enviara mensajes. Supuse que no podría responderle tampoco así que escribí. Entendido señor Misterioso. Le di enviar y un balde de agua fría cayó sobre mi, el maldito mensaje si se envió. Vi como salió una notificación que ya había sido visto. Lancé el celular al sofá y corrí. ¡Que estupida!
- El día lo pase recorriendo el departamento, hice algo de comer, no podía usar el celular para ver recetas así que puse todo el día el canal de cocina, la verdad el lugar estaba todo equipado así que me hice una gran cena. La noche estaba llegando hoy era domingo, era lógico que el hombre no vendría, la puerta del ascensor se abrió, el sujeto de traje n***o que me había traído estaba aquí, detrás de él venía Gustaf y Amelia.-
-¡Muñequita!- mencionó Gustaf.-
-Amelia revisaba todo el lugar, podía ver la rabia en sus ojos, este departamento era 10 veces mejor que el de ella.-
-No te acostumbres de a mucho, esto solo es temporal- Escupió el veneno la víbora-
-Bueno por una noche logre 10 millones de dólares para el señor Gustaf y este departamento imagínate todo lo que lograre al pasar los días.- algo que claramente a ti no te paso- ¡Boom en tu cara cínica!-
-Amelia me iba a golpear pero fue el hombre de n***o que la detuvo-
-No se permite que la toquen, el señor ya está enterado de lo que le hizo en el labio, si vuelve a tocarla lo pagaras con tu vida- mencionó
- Tranquilo amigo la muñequita no será lastimada, dígale al señor que topacio no se le acercará más.- La voz de Gustaf era nerviosa, ¿tanto miedo generaba el hombre misterioso?.-
-Muñequita aunque el contrato dice que solo te acostarás con el hombre que te compro, no estarás tan libre pues debes trabajar en el Tango Tango, como sabrás no tenemos contratos de exclusividad al 100%. -
-¿cual será su trabajo? ¿Lavará los baños? ¿Servirá los tragos?- decía Amelia con burla.-
-¡No, ella hará bailes inclusive los privados.!- No entendía lo que pedía Gustaf. ¿Como que bailes? La verdad tengo dos pies izquierdos, viviré en el suelo.-
-Yo no sé bailar. No podría hacerlo-
-Tendrás clases con la coreógrafa todos los días de 8 a 12 del medio día. En la tarde descansarás, así estarás preparada para la noche-
-Bueno en el privado tendrás que hacer todo lo que los hombres te pidan, si quieren el final feliz se lo darás. No te queda de otra.- Grito Amelia-
-¡No, el contrato es claro, se le permite bailar pero está prohibido que sea tocada!-Exclamo el hombre de n***o-
-Tiene razón, solo bailarás, nadie te podrá tocar, nos encargaremos de eso- al menos las palabras de Gustaf me tranquilizaron un poco.-
-Ya es hora que se marchen- escuché al hombre decir-
-Amelia y Gustaf caminaron hacia el ascensor, el hombre de n***o también, vi como se cerraron las puertas. La verdad pude respirar, me dispuse a limpiar la cocina, había hecho un desastre, tome una ducha, me puse una pijama y me metí a la cama-
-Di vueltas toda la noche, sabía que al siguiente día el hombre misterioso vendría.- Al amanecer me desperté muy temprano, me aliste para mi primera clase, me pregunto ¿como carajos iba a ir si no puedo salir?. Hice un desayuno rápido, limpie todo y me senté a esperar, recordé que había dejado el celular en el sofá así que lo saqué, habían varios mensajes del hombre.-
-¿Quien te tocó?
-¡Responde!
- ¡Maldita sea, ¿dime que se atrevió?!
- Lo averiguaré.
-Al final había un archivo, al abrirlo vi una fotografía de Amelia, tenía su mejilla roja, al parecer la golpearon también-
-Si alguien te toca me lo informaras. ¡Recuerda muy bien que eres solo mía!.
-Dios Santo que es todo esto. ¿Quien es ese hombre?-
-Las puertas se abrieron era el hombre de negro.-
-Señorita la esperan abajo- mencionó.
-¿Cual es tu nombre?-
-Sígame y no hagas preguntas-
-Me subí al ascensor, no iba a rendirme así que seguí preguntando.-
-¡Haz silencio! Me decía.
-Ya se como te dire, te llamaras Olafo el amargado.- me miro de reojo pensé que me gritaría pero no reaccionó-
- Esta vez fuimos directo al Tango Tango, había muchas chicas, estaban arreglando el lugar, había música, en la tarima un grupo de chicas bailando, una mujer estaba dirigiendo la coreografía- Olafo me seguía a todos lados-
-Asi que tú eres Amatista- mencionó la mujer
-Asi me dicen-
-Bien, soy Tania ve detrás de la tarima, busca un lugar y ponte la ropa que Mario te asigne-
-Camine hacia donde me indicó Tania, Olafo seguía detrás de mi, había un hombre lleno de hilos y telas.- Hola estoy buscando a Mario-
-Soy yo, ¿tu quien eres?-
-Soy la nueva, me dicen Amatista, Tania me dijo que te buscara para que me dieras algo de ropa-
-Ah!! Así que eres tú, no se que hiciste pero eres la preferida.-
-Preferida ¿de quien?-
-Nadie lo sabe, lo único que si te puedo decir es que debe ser el hombre más poderoso del mundo-
-Mi intriga seguía en aumento, quien estaba detrás de todo esto.-
-Me entregaron unas prendas, unos tacones, Mario me indicó por donde llegaría a la tarima, Tania me estaba esperando-
-Señoritas, aquí está Amatista, cómo sabrán ella es intocable, se muy bien cómo es la bienvenida que ustedes suelen dar a las nuevas, les dire que no lo hagan, si valoran su vida no la toquen- mencionó Tania.-
-Las miradas de esas mujeres eran tenebrosas, siento que será un caos este lugar-
-Rubí, tu serás la compañera de Amatista, por favor trata que se ponga al día con la coreografía-
-Rubí era una mujer alta blanca de ojos Azules, tenía una cara amable, y vaya que no falle, todo el día estuvo pendiente de mi, me explicaba una y otra vez que debía hacer-
-Al finalizar la jornada Olafo me indicó que debía volver al departamento, por lo visto ese hombre sería mi sombra-
-¿Olafo tú sabes a qué horas viene el señor?
-No!
-Ah!! Pero ya entiendes por Olafo, pronto seremos amigos. Dije saliendo del ascensor. Sentí que se cerró y aquí estaba yo otra vez sola.-
-Fui a tomar una ducha, tome todas la esencias que encontré, limpie mi cuerpo, me depilé hasta el alma, me puse un short y un top, iba a cocinar así que debía estar cómoda.- Puse el canal de comida, hoy harían unas pastas con una salsa napolitana, me puse en marcha, estaba asombrada cuando vi que la nevera estaba llena de comida, estoy segura que ayer había gastado algunas cosas, todo había sido remplazado. Me detuve un momento a ver todo el lugar, las cosas estaban en otra posición, alguien entro, hizo la limpieza y lleno la alacena.-
-El celular vibro, así que fui a verlo-
-Estaré a las 8pm, quiero las luces apagadas, te pondrás ropa interior roja, prenderás tres velas aromáticas, estarás en tu habitación con los ojos vendados-
-Respondí, Entendido señor.-
-Seguí con mi cena, miraba noticias en la televisión, era la manera de saber del mundo exterior.- El canal financiero era mi favorito, siempre soñé con trabajar en Wall Street, desea ser una corredora de valores, las finanzas mueven al mundo- eso pensaba. Limpie la cocina, guarde la comida que me quedo, siempre escuchaba decir que nadie nunca ha sido capaz de calcular la medida exacta para una pasta. Hoy lo comprobé.-
-Ví el reloj, eran casi las 7 de la noche así que corrí alistarme, me imagino que será puntual así que debía darme prisa, de nuevo estaba bañando mi cuerpo, revisaba que no tuviera un solo vello encima, busque ropa interior roja, habían más de 20 trajes de ese color, tome el primero que vi y me lo puse. Mi piel resaltaba con ese traje, seque muy bien mi cabello, agradecí que no estuvieran esas mujeres que me maquillaban, hoy podía ser yo, tomé solo un encrespador de pestañas y un poco de brillo para labios. Me perfume todo el cuerpo. Las luces de todo el departamento estaban apagadas, en la habitación coloque las 3 velas que había pedido. No me iba a vendar los ojos, odio la oscuridad, me paré junto a la ventana. Abrí la ventana, el frío de la ciudad entraba, podía ver como el fuego de las velas se movía. Escuché como abrían la puerta, yo seguía inmóvil.
-Mi corazón comenzó a latir con rapidez, el hombre misterioso estaba aquí, ¿Como lo se? Su aroma, ya había impregnado todo el lugar.-