Mum, dad. I'm pregnant

El sexo es físico, el amor químico  Kimbery Landson. Hola, mi nombre es Kimberley Landson tengo 17 años y estoy gorda. Si, ha leído bien. ¿Te esperabas un bonito cuerpo, con unos buenos pechos, con curvas y buen culo? Pues bájate de esa nube, porque esta es la vida real.  Me encanta comer, de hecho, mi vida se podría resumir en comer y dormir. Por mala suerte, no tengo la suerte que tienen algunos de comer y no engordar, sino todo lo contrario. Como y engordo mucho. -¿Kim me escuchas? -Dice Hannah intentando llamar mi atención. -No-Respondo mientras sigo centrado en abrir la barrita de chocolate que llevo media hora intentando abrir. -Demonios Kim. Deja esa barrita y escúchame, lo que estoy diciendo es importante-Se queja totalmente frustrada. -Hanna, no me interesa una estúpida fiesta de universitarios, te lo he dicho mil veces. No pierdas el tiempo, no me convencerás. ¡Por fin! -Sonrío cuando el envoltorio de la barrita cede ante mis dedos. -Hug, eres imposible-Rueda los ojos. Ni siquiera me tomo la molestia de contestarla, en esos momentos tengo cosas más importantes que hacer. -Hola nena-Saluda Jake a Hanna con un baboso beso. -Hola bebé-Le sonríe ella. -Iug, que asco-Suelto mostrando el asco que me provocan. -Landson, ¿tienes algún problema? -Me desafía Jake con una sonrisa burlona. -Tú de por si eres un gran problema-Susurro con desprecio. -No sé yo quien sea el problema más grande-Sonríe de lado. Ay, eso se ha sentido como una puñalada. Una de las muchas que suelo sentir a lo largo del día. -Jake no empieces-Lo regaña Hanna. -Nena, no entiendo que haces con esta pudiendo estar con mi grupo.-Le dice haciéndome rodar los ojos. Jake puede ser el chico más guapo del instituto, porque para que engañarnos, lo es. Pero lo que le sobra de guapo, le falta de inteligencia. -Jake, ¿te has planteado implantarte neuronas? -Finjo una sonrisa. -¿Y tu hacerte una liposucción? -Dice una voz detrás de mí. -Britanny, no me digas que por una vez en tu vida ha leído algo que no sea el mar las instrucciones de tu tinte.-La gente que ha empezado a ponerse a nuestro alrededor se ríe por el comentario. Eso le ha enfurecido, lo sé por la cara que pone, pero le dura poco. -Sí, ¿sabes qué pasa? Necesito distraerme con algo, mientras intentas pasar por la puerta.-Obviamente las carcajadas no tardan en hacerse presentes a mi alrededor. Intento fingir que ese comentario no ha provocado nada en mi, que no me ha dolido, pero es difícil hacerlo cuando todos se burlan y ríen de mí. Miro a Hanna, en busca de ayuda, pero esta solo mira hacia el suelo rehuyendo mi mirada. Intentando contener las lágrimas, abro paso hacia la salida y me dirijo hacia el único lugar en donde me siento segura en este instituto, el patio trasero. Cuando por fin llego a un árbol que está apartado de todo, dejo salir todas las lágrimas que estaba conteniendo. Estoy furiosa Muy furiosa Furiosa con Jake y Britanny por volver a convertirme en el hazme reír del instituto. Con Hanna por volver a dejarme sola. Pero sobre todo conmigo misma por dejar que se rían de mí. Estoy harta de esta situación. Muy harta. Me seco las lágrimas con furia mientas me pongo de pie. Esto se acabó. A partir de ahora nadie más se va a reír de mí. Voy a cambiar, tanto físicamente como mi forma de ser. Voy a adelgazar, voy a perder estos quilos de más que me sobran y voy a dejar a esta panda de imbéciles con la boca abierta. Decidida, corro hacia la salida y vigilando que ningún profesor me vea, salgo del instituto y empezar a caminar a paso apresurado hacia casa. Cuando llego, estoy respirando entrecortadamente. Mi casa no está lejos del instituto, de hecho no hay ni 3 cuadras, pero el hecho de no hacer nunca deporte ya que siempre me lleva, o "llevar" Hanna, se nota. -Cariño, ¿qué ha pasado esta vez? -Pregunta mamá saliendo de la cocina con una mirada triste. -Lo de siempre. Pero esto se ha terminado. Él pensó que a partir de ahora voy a hacer dieta. Y lo más importante, me voy a apuntar al gimnasio. -Kimberley, no es que no me parezca bien la idea ... Pero no es la primera vez que dices eso-Dice mama con cautela. -Lo sé mamá-La fulmino-Pero esta vez va enserio. Estoy harta de que se burlen de mí, a partir de este momento, nadie más se burlará de Kimberley Landson.